Repaso
• “Jóvenes construyendo el futuro”: ¿dónde empieza la corrupción?
Para incorporarse como patrón autorizado en el Programa “Jóvenes construyendo el futuro”, los trámites correspondientes se realizan ante la Secretaría del Trabajo, dependencia federal que, para ese efecto, abrió una plataforma digital; también se puede realizar con los llamados Servidores de la Nación o en las oficinas que decida la dependencia federal arriba referida. De entrada, se informa a los posibles tutores interesados: “si eres parte de una empresa, taller, institución u organización social, conviértete en tutor para capacitar a jóvenes…”.
Los requisitos que se les solicitan son los siguientes:
• Registrarse como tutor en jovenesconstruyendoelfuturo.stps,gob.mx
• Subir la documentación necesaria para participar como tutor
• Obtener un convenio de colaboración con la Secretaría del Trabajo y Previsión Social.
• Tomar una capacitación en línea.
• Realizar seguimiento al progreso del joven durante el proceso.
• Evaluar mensualmente al joven para acreditar su avance en la capacitación.
Cuando los jóvenes quedan formalmente incluidos en ese programa y los adscriben a un centro de trabajo autorizado, está determinado que reciban de manera directa una tarjeta bancaria, después de haber cumplido individualmente con el proceso de cobro o pago que se les solicita.
La asignación económica mensual llega a los becarios de manera directa. Pareciera, entonces, que están dadas las condiciones para evitar actos de corrupción por parte de los responsables del Programa “Jóvenes construyendo el futuro”. A lo mejor no. Es posible, precisamente, que la calidad ética y moral de los funcionarios, los tutores e incluso los presuntos becarios, no haya sido tomada en cuenta, lo cual podría aplicarle un severo trompicón a la honestidad que se requiere. Por ello, mucho me temo que los agujeros con los que se horada la intención fundamental del programa son muchos. En Youtube me encontré con un video subido por una señorita de nombre Macarena Montes (https://www.youtube.com/watch?v=G6GxsJpEzoM), quien narra su desagradable experiencia personal, porque fue despedida de un consultorio médico, ya que su “patrón” logró entrar al programa como tutor y se le envió a un becario. Macarena, dice, fue despedida. Si esto tuviera mayores incidencias, ocurre que se estará dando un fenómeno de despedir a empleados, porque los propietarios del negocio o empresa prefieren, obviamente, tener ayudantes a los que no debe pagar de sus propios recursos. Las reacciones y comentarios de ese video ejemplifican claramente cómo se desvirtúan los propósitos de “Jóvenes construyendo el futuro”.
Infiero, por ende, que los tentáculos de la corrupción son muchos y se extienden por donde sea. En Morelos, me parece, eso ocurre. Cualquiera de nosotros de inmediato calificaría de una irregularidad aberrante, el hecho de que. en una empresa como IWet Concept, radicada en el municipio de Jiutepec, se pueda becar a más de 500 jóvenes. ¿Pues qué los pone a hacer? ¿En qué los está capacitando? ¿Qué tal si se está dando una especie de aviaduría colectiva, de común acuerdo entre becarios y tutores, acordando mutuamente el reparto de lo que reciben del recurso federal y, no hay que olvidarlo, público?
¿Becar a muchos en una sola empresa está permitido normativamente o los responsables del registro de becarios actúan discrecionalmente? En una consulta a los Lineamientos para la Operación del Programa “Jóvenes Construyendo el Futuro”, artículo Noveno, se establecen los requisitos y documentación que deben cumplir y presentar los centros de trabajo. En el numeral VI se establece: “Señalar el número de becarios(as) que puede recibir para desarrollar la capacitación”. No se habla de mínimos ni máximos.
Bimbo, en su portal, le da la bienvenida en enero a dos mil becarios, comprometiéndose a que “la empresa ofrecerá oportunidades a jóvenes en 32 sedes, en los 32 estados de la República Mexicana”.
En el portal de IWET Concept no se habla nada de eso. Esta empresa ofrece como domicilio particular la Privada Dina Querido Sámano 28, Sumiya, 62550, Cuernavaca, Morelos. ¿Podrían los administradores, por lo menos, mostrar algunas imágenes en las que se observe, a la hora de entrada, a los becarios mientras van llegando? Sumados a sus presuntos empleados, serían muchos que cotidianamente estarían allí. Eso es tan fácil de comprobar, si no están cometiendo algún fraude. Lo mismo sería para otra empresa, DC Jiménez: ¿qué produce, ¿dónde está ubicada y cuál capacitación garantizaba a sus ahora ex becarios? Hay mucho por investigar, compromiso que asumió Hugo Erick Flores, delegado federal para los Programas de Bienestar Social en Morelos.
Las sanciones determinadas para los centros de trabajo incumplidos o fraudulentos, se enlistan de la manera siguiente:
1. Que se hubieran proporcionado datos falsos.
2. Se simule la capacitación.
3. Se pida dinero a los/las becarios(as),
4. Se cometa una falta que atente en contra de los derechos humanos de los/las becarios(as).
5. Remplazar trabajadores por aprendices.
6. Terminar una relación laboral y comenzar una de aprendiz la misma persona,
Más otras irregularidades que se acumulen, en las que sean protagonistas los inefables funcionarios corruptos, así como los políticos y partidos de la misma calaña. De éstos últimos hablaré en la próxima columna.
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