¡Qué nivel de descomposición!
En opinión de Víctor Iván Saucedo
Es verdaderamente increíble que cada semana parezco disco rayado, pero la podredumbre que reina en Morelos se ha vuelto hasta tediosa.
¿De qué hablar?
¿Del Gobernador y sus ausencias? ¿O de sus paranoias?
¿De los excesos de sus colaboradores (secuaces)?
¿De la intromisión de sus familiares?
¿Del español, el veracruzano y demás pseudo gobernadores?
¿De la vergüenza que emana del Congreso local?
¿De la incertidumbre que priva en el Judicial?
¿De la inseguridad incontrolable?
¿De las ejecuciones a plena luz del día?
¿Del pleito de ciegos entre el Gobernador y el Alcalde de Cuernavaca?
¿De los pésimos servicios públicos de la capital?
¿Del desinterés de la sociedad civil organizada en presionar a las autoridades para que brinden soluciones?
¿Del silencio del obispo, antes activo y frontal?
¿Del abandono de la Federación?
¿De la ausencia de una oposición seria? ¿De partidos políticos mudos?
Es cansado vivir en Morelos, es difícil soportar todo esto; y aún así todos nos levantamos cada día y luchamos por darle lo mejor a nuestros hijos, a nuestros seres amados; desde nuestra trinchera ponemos lo mejor, nuestro esmero, nuestro patrimonio, nuestro empeño y todo el corazón. Por que así somos los morelenses, somos gente de lucha, de esfuerzo, de batalla, de crecerse al castigo, de sacar la casta, de ver siempre la luz en el futuro próximo.
Pero pareciera que la clase gobernante abusa de esa entereza, se aprovecha de esa mentalidad para saquear al estado, burlarse de su gente, engañar, mentir, robar, abusar y lastimar a un pueblo que ya bastante ha sufrido los excesos de un gobierno como el que antecedió al actual; y lo peor es que hoy nadie alza la voz.
El miedo se ha apoderado de todos nosotros, nadie quiere salir a deshoras, nadie quiere gritar “¡ya basta!”, nadie va a enarbolar una lucha.
Resulta que ahora algunos “graquistas” se erigen como los paladines de la justicia, como si los demás fuéramos tontos, como si el río de sangre en el que se ha convertido el estado sea parte del pleito que tienen en un ring llamado Morelos.
Es urgente que se tomen medidas severas, lapidarias y contundentes.
Esta es una tierra que ha sido bastión del Presidente López Obrador, y que desafortunadamente sus representantes aquí siempre han dejado mucho (pero mucho) que desear. Hace seis años, AMLO vino a levantarle el brazo a Graco Ramírez, sus resultados son de sobra conocidos; el año pasado hizo lo propio con Cuauhtémoc Blanco y las cosas lucen increíblemente peor.
De ninguna manera estoy diciendo que esto sea culpa del Presidente, al contrario, creo que dentro de todo es un hombre bien intencionado, pero sería bueno que en reciprocidad a un pueblo como el morelense que siempre le ha entregado su apoyo, su cariño y sus votos, venga a poner orden, venga a dar un manotazo en la mesa. Créanme, Morelos no va a aguantar mucho más.