Para todo el año
En opinión de Lorena Elizabeth Castillo
En el pasado 10 de Mayo, además de celebrar el tradicional Día de las Madres, fue y sigue siendo necesario reflexionar y actuar en el sentido de que, como sociedad, hemos evolucionado del estereotipo de la "madre sufrida y abnegada" al del arquetipo de la mujer-madre que es jefa de familia, administradora y pilar económico de la familia.
Aunado a lo anterior, debido a las circunstancias sociales y de inseguridad, muchas madres son hoy activistas, promotoras de la no violencia y buscadoras de hijos e hijas desaparecidas a manos de la delincuencia.
La propuesta es que cada persona, desde el hogar, centro de trabajo o actividad que desempeñe, puede y debe solidarizarse con las causas de las mujeres que son madres en las actuales circunstancias.
El cambio sociodemográfico y económico de las mujeres en México, al igual que en otros muchos países, está marcado, sin duda, por el obligado desplazamiento de los hombres debido a la falta de empleo y la caída de la actividad productiva en las áreas rurales, causantes de la emigración a Estados Unidos.
Otro factor no menos importantes es la justificada búsqueda de la autonomía económica de las mujeres, la obtención de empleos y profesiones antes reservados a los hombres y el anhelo de ellas por ampliar sus horizontes educativos y culturales, aún cuando en este último punto haya mucho por avanzar.
Reflejado en cifras y categorías, precisamente sociales, ocupacionales y educativas, la situación de las mujeres a la fecha es la siguiente, según datos del Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES):
48% son casadas, 23% viven en unión libre, 10% son viudas, 9% están separadas, 7% son solteras y 3% están divorciadas.
En el grado de escolaridad las cifras son: 57% educación básica, 19% educación media superior, 17% educación superior y 7% sin escolaridad.
Por último, las ocupaciones se dividen de la siguiente manera: 63% empleadas y obreras, 26% trabajan por su cuenta y 3% son empleadas.
De manera que las tres categorías así cuantificadas son el parámetro por medio del cual verificamos el incremento exponencial de las contribución de las mujeres al desarrollo de los hogares, centros de trabajo y de la sociedad en su conjunto.
Por lo tanto, cualquiera que sea la trinchera en la que nos desempeños hombres y mujeres, resulta imprescindible colaborar para garantizar las condiciones adecuadas y apoyos necesarios para las mujeres que han abolido esquemas del pasado de violencia y dependencia.
Se trata de construir un 10 de Mayo todos los días del año, para convertir a esa celebración en modelo de autonomía, desarrollo personal y contribución a una vida de paz para todas las madres de México.