Observador político - PAN, secuestrado por los Martínez Terrazas
En opinión de Gerardo Suárez Dorantes
En la arena política, la ética y la transparencia deberían ser los pilares sobre los cuales se erige la democracia interna de cualquier partido, sin embargo, recientes acontecimientos dentro del Partido Acción Nacional arrojan una sombra sobre estos valores fundamentales que los evidencian por permitir que un instituto como el PAN, sea secuestrado y apropiado de las candidaturas para los hermanos Martínez Terrazas.
SERÁN DIPUTADO LOCAL Y FEDERAL.- Las acusaciones de manipulación y favoritismo desde las altas esferas del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PAN en favor de los hermanos Daniel y Adrián Martínez Terrazas para obtener candidaturas a cargos públicos, han desatado una ola de cuestionamientos sobre la integridad del proceso de selección de candidatos.
Desde el CEN, se señala al secretario adjunto, Juan Carlos Martínez Terrazas, un hombre cercano a su dirigente nacional, Marko Antonio Cortés Mendoza, a quien prácticamente le habla al oído, es el el presunto orquestador de esta maniobra para beneficiar a sus hermanos, empero, la dirigente panista Dalila Morales Sandoval ha permanecido inexplicablemente inquebrantable en su apoyo hacia ellos, por ser parte del clan.
Es preocupante observar cómo, a pesar de las voces críticas y las interrogantes planteadas sobre la moralidad de permitir que una misma familia concentre múltiples cargos políticos, la presidenta del PAN ha optado por eludir estos cuestionamientos, negándose a abordar la cuestión de las posibles influencias indebidas.
Morales Sandoval, en su defensa de los hermanos Martínez Terrazas, argumenta que estos han seguido los procesos democráticos establecidos por el partido, presentando sus candidaturas en tiempo y forma, y siendo ratificados mayoritariamente, aunque, la sombra de la controversia persiste.
Especialmente inquietante es el caso de Daniel Martínez Terrazas, quien, tras ser desplazado de una diputación federal por falsificación de identidad indígena, en lugar de ser denunciado por esos actos ilícitos y tratar de engañar al pueblo, ahora busca obtener un escaño como diputado local y para ello, hace la finta de hacer campaña en el primer distrito local electoral pero al mismo tiempo, va amarrado en la primera posición de la lista plurinominal local. ¿Esta es una señal de integridad democrática o un intento descarado de seguir acumulando poder a cualquier costo?
AMBICIÓN DESMEDIDA.- La acumulación de cargos políticos por parte de la familia Martínez Terrazas plantea interrogantes sobre la concentración de poder y la posible falta de renovación dentro de las estructuras del partido. ¿Dónde queda el espacio para la diversidad de voces y la representación equitativa cuando una sola familia parece monopolizar los puestos de poder?
Y es que, la propia militancia se ha cansado de denunciar estos atropellos y abusos de los tres carnales oriundos del norte del país, más porque el primero, hace seis años fue diputado federal y al intentar reelegirse incurrió en actos abominables que provocó que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación lo haya bajado de la curul. Ahora, tres años después, pensando que a la gente ya se le olvidó, vuelve a obtener otra candidatura con el amparo de su hermano Juan Carlos.
Este debate no solo concierne al PAN, sino que tiene implicaciones más amplias para el panorama político nacional; la necesidad de reformas urgentes para evitar los abusos y la concentración de poder se vuelve cada vez más evidente como lo es la opacidad y la falta de rendición de cuentas en el proceso de selección de candidatos socavan la legitimidad del sistema democrático y alimentan la desconfianza en las instituciones políticas.
En última instancia, el desafío radica en restablecer la confianza perdida y asegurar que la política sea verdaderamente un espacio de servicio público y representación democrática, no un terreno fértil para la acumulación de poder y privilegios familiares.
JORGE ARIZMENDI.- En un encuentro reciente con el gremio periodístico, Jorge Arizmendi, empresario de la educación y político ahora candidato al Senado por el partido Movimiento Ciudadano, compartió sus motivaciones para incursionar en la arena política, reconociendo que enfrenta adversidades inherentes a este proceso electoral; sin embargo, aseguró su determinación de no claudicar y de dedicar toda su dedicación, esfuerzo e interés para obtener una curul en la cámara alta del Congreso de la Unión.
Es innegable que Jorge Arizmendi ha cultivado una relación estrecha con los comunicadores a lo largo de los años; su carisma y don para conectar con ellos no solo se manifiesta en este reciente encuentro, sino que ha sido una constante a lo largo de décadas. Su compromiso con el apoyo académico, facilitando becas para que los periodistas puedan concluir sus estudios universitarios, es loable y merece reconocimiento.
Los reporteros presentes expresaron su gratitud por el respaldo incondicional que Jorge Arizmendi ha brindado durante más de dos décadas; este respaldo no se limita a los procesos electorales, sino que se extiende a la formación de un gremio periodístico preparado y capacitado para enfrentar los desafíos actuales, en un contexto donde las condiciones para ejercer el periodismo son cada vez más adversas.
Es importante la confianza depositada en él para ser senador de la República y seguir apoyando con leyes a un sector vital como lo es el periodismo es comprensible dadas sus acciones pasadas; es necesario recordar que la efectividad legislativa y el compromiso real con las causas populares van más allá de la retórica y las promesas.
En un contexto donde el periodismo enfrenta desafíos cada vez más graves, desde la censura hasta la violencia, es fundamental contar con legisladores comprometidos con la defensa de la libertad de expresión y el fortalecimiento de las garantías para el ejercicio de la profesión periodística.
En última instancia, la columna crítica se erige como un espacio para reflexionar sobre estos temas y para fomentar un debate informado y constructivo en la sociedad; la tarea de los periodistas y de los ciudadanos es mantenerse vigilantes y exigir a nuestros representantes un verdadero compromiso con el bienestar común y con la defensa de los derechos fundamentales de todos los mexicanos.
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