Observador político - Otra vez la inseguridad en Morelos
En opinión de Gerardo Suárez Dorantes
El pasado jueves fue el día más violento del año y de otros, al registrarse diez asesinatos en un solo día en diferentes puntos de la entidad. Esto, a pesar de la coordinación que exista el estado, la federación y los municipios. Por ello, es urgente más acciones reales y concretas que generen confianza, certidumbre entre la población y una percepción de que la cosas van por buen camino.
LA PERCEPCIÖN DE INSEGURIDAD.- En pleno inicio del periodo de asueto de la Semana Mayor la percepción es de una grave situación de inseguridad, a pesar de que el comisionado de Seguridad Pública, José Antonio Ortiz Guarneros adelantó que la ola de violencia que se desató en la tierra de mi general Emiliano Zapata, se debe a la detención de grandes capos y líderes de los carteles existes en la entidad y otras estados del país, lo que ha provocado le llaman, un reacomodo entre los delincuentes que buscan ocupar los espacios de los ahora detenidos.
Lo cierto, es que eso a la gente en nada le beneficia. En ningún momento la hace sentir más segura el que cada vez que detengan a delincuentes de alta peligrosidad se desate la ola de violencia. Alguna estrategia se debe de implementar, de acuerdo a los especialistas en la materia para que la percepción entre la población no sea que el hampa está en todos lados y sin lugares seguros en Morelos. Se trata de contrarrestar esos conflictos para que la gente está más tranquila de las acciones de las corporaciones policíacas y se sienta segura de las acciones que realizan para no solo inhibir sino contrarrestar la grave situación de inseguridad.
Hay que recordar que en los últimos años se ha podido comprobar que el talón de Aquiles de las administraciones federal y estatal ha sido la inseguridad, algo que no ha cambiado favorablemente recientemente al comprobarse la fragilidad de nuestras instituciones policíacas que solo miran como se siguen cometiendo delitos entre los que destacan los de alto impacto como asesinatos y feminicidios.
Por lo tanto, pese a todos los esfuerzos de las autoridades estales no se logra erradicar o disminuir en gran medida los diferentes delitos que siguen lacerando a la sociedad que exige se investigue y se castigue a los responsables, en razón de que lo que más preocupa es que la omisión e impunidad son los platos fuertes que todos los días se constatan en diversos puntos de la entidad. Lo triste y preocupante, pareciera que la gente se está acostumbrando a este tipo de situaciones cuando es una situación anormal, de la cual jamás tendremos que verlo como parte de nuestra vida cotidiana.
La situación del covid-19 que obligó a que mucha gente estuviera aislada en sus hogares, no impidió los delitos de alto impacto en los municipios de la entidad, incluso, la violencia se recrudeció ante la opacidad, omisión y desinterés de las autoridades de seguridad que han visto como los grupos criminales avanzan de forma grosera y ofensiva en detrimento de los intereses de la ciudadanía.
Es horrible que la gente se tenga que acostumbrar a seguir siendo uno de los estados del país más violentos. Cierto, las administraciones pasadas nos heredaron muchos problemas, pero ya es justo y necesario que se pongan las pilas, que implementen las acciones necesarias y se impulse una mejor estrategia para ofrecer mejores resultados. Es decir, que haya hechos y no tantas palabras.
La sociedad en Morelos ya está cansada, fastidiada, inconforme por la forma en cómo se están manejando las cosas, sin embargo, son ya varias organizaciones sociales las que exigen un alto a la violencia en la entidad. Lo único que demandan es vivir en paz y sin miedo a que sean parte de la larga lista negra y dejar de lado el protagonismo de los jefes policíacos.
CAUSAS DE INSEGURIDAD.- Son la pobreza, desigualdad, desempleo y falta de oportunidades de acuerdo a los especialistas del tema en materia de prevención y procuración de la justicia. Y quizá por esta razón, en los últimos meses, pasó a ser una de las entidades federativas de la república mexicana que constante y permanentemente aparece en los medios nacionales especializados en nota roja, esto, por el cúmulo de asesinatos y delitos de alto impacto que se registran casi de forma cotidiana. La tierra del general Emiliano Zapata, se tiñe de sangre y está inmersa ante la delincuencia sin importar el descrédito ciudadano ante la inoperancia y complacencia gubernamental.
Lamentablemente hoy nos dormimos con el “Jesús en la boca” y al otro día amanecimos igual, debido a la ola de sangre que se está derramando provocando que Morelos, sea ya información de nota roja, situación que les pega a los comercios nocturnos como bares, restaurantes, discotecas, cafeterías, taquerías y demás que han visto cómo sus ventas van en declive cada vez más de forma preocupante sin que nadie haga algo para tratar de evitarlo.
De ahí que la iglesia de forma constante esté exigiendo paz y justicia, por lo tanto, es de los sectores de la población que más ha exigencias se cambie la estrategia de seguridad al considerar que no ha dado resultados.
Y es que ante la ola de violencia y crueldad que sacude a Estado se han hecho llamados a todas las personas a ser constructoras de paz, pero al mismo tiempo, a las autoridades para que sea atendida la crisis de seguridad como un problema de salud pública, para erradicarla pese a que suene a casi imposible.
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