Observador político - El temor del gabinetazo por amenazas de Lucy Meza
En opinión de Gerardo Suárez Dorantes
Desde hace meses, un virtual enfrentamiento entre el grupo de poder del Ejecutivo y la candidata a la gubernatura de Morelos por Morena ha sacudido los cimientos políticos del estado; la tensión se ha exacerbado debido a la disconformidad de los integrantes del gabinete que no obtuvieron candidaturas a cargos de elección popular, convirtiéndose algunos en enemigos declarados de la abanderada de la coalición “Juntos sigamos haciendo historia”.
INCERTIDUMBRE.- Curiosamente, aquellos que deberían estar más preocupados por el triunfo de la candidata de Morena, Margarita González, parecen haber perdido de vista las consecuencias de una posible derrota; la candidata de la oposición, Lucy Meza, del PAN, PRI, PRD y RSP, ha amenazado con investigar posibles desvíos millonarios de recursos, lo que pone en riesgo a secretarios como Jaime Juárez López, conocido por su historial de gastos excesivos con recursos públicos.
Incluso figuras relevantes dentro de Morena, como Fabiola del Sol Urióstegui Alvear, directora del Instituto de Crédito al Servicio de los Trabajadores del Poder Ejecutivo, podrían enfrentar escrutinio si Meza cumple su promesa de llevar a cabo auditorías.
La postura de la candidata de oposición es clara: no habrá inmunidad ni impunidad para ningún servidor público en caso de ganar las elecciones, empero, es evidente que la preferencia electoral favorece ampliamente a Margarita González, lo que debería poner en alerta a los secretarios del poder Ejecutivo.
Es crucial que estos funcionarios redoblen esfuerzos para respaldar la candidatura de González, ya que una derrota podría significar su caída en desgracia y enfrentarse a consecuencias legales; por lo que en última instancia, los carniceros de hoy podrían convertirse en las reses del mañana si no actúan con prudencia y solidaridad política en estos momentos críticos.
Por lo que la amenaza de auditoría por parte de Lucy Meza, respaldada por los partidos que conforman la coalición "Dignidad y Seguridad por Morelos, Vamos Todos", no solo representa un peligro para los secretarios del poder Ejecutivo, sino que también refleja una demanda creciente de transparencia y rendición de cuentas por parte de la ciudadanía.
¿AUDITORÍAS? Es innegable que la corrupción y el mal uso de los recursos públicos han minado la confianza de la población en las instituciones gubernamentales; en este contexto, los funcionarios públicos tienen la responsabilidad de actuar con integridad y compromiso con el bienestar de la sociedad.
Sin embargo, la realidad política en Morelos es compleja y está marcada por intereses encontrados y luchas de poder internas; la falta de unidad dentro del propio partido gobernante y las divisiones internas han debilitado la capacidad de acción y han generado un clima de incertidumbre y desconfianza.
En este sentido, es fundamental que los integrantes del poder Ejecutivo reconozcan la importancia de cerrar filas en torno a la candidatura de Margarita González y trabajar en conjunto para asegurar su triunfo en las elecciones; solo así podrán garantizar su propia supervivencia política y contribuir a la construcción de un gobierno honesto y comprometido con el pueblo de Morelos.
La batalla por la gubernatura de Morelos trasciende los intereses individuales y partidistas, más porque se trata de un momento decisivo para el futuro del estado y sus habitantes.
De ahí que los secretarios del poder Ejecutivo deben entender que su lealtad no debe estar alineada con un grupo o una facción, sino con el bienestar colectivo y los valores democráticos que representan.
En última instancia, la verdadera victoria será aquella que se logre con honestidad, transparencia y compromiso con el servicio público.
IMORALIDAD DE DIPUTADOS LOCALES.- En el teatro político de nuestra realidad, los diputados locales se han convertido en actores que desafían el guion de la equidad electoral; y es que, mientras se preparan para buscar el favor de los votantes en las próximas elecciones del dos de junio, optan por permanecer en sus cómodos asientos legislativos, haciendo uso desmedido de recursos públicos, infraestructura y personal del Congreso local. Esta práctica, denunciada por Morelos Rinde Cuentas, desdibuja los límites entre lo legal y lo moral en la búsqueda del poder.
Sobre todo, porque el presidente de la Mesa Directiva del Congreso del Estado, Francisco Sánchez Zavala, ha defendido esta cuestionable práctica bajo el paraguas de la legalidad, argumentando que la ley no prohíbe a los diputados participar en la contienda electoral sin separarse del cargo. Pero, ¿dónde queda la ética en este juego político desigual? ¿Es suficiente la mera legalidad para asegurar la transparencia y la equidad en el proceso electoral?
Los llamamientos de las dirigencias estatales del Partido Acción Nacional y del Revolucionario Institucional, representadas por Dalila Morales Sandoval y Jonathan Márquez respectivamente, exhortando a los diputados a separarse del cargo para garantizar condiciones igualitarias, han caído en oídos sordos. Ningún parlamentario local ha mostrado voluntad de cumplir con esta petición, evidenciando su falta de compromiso con la equidad electoral.
La negativa de los diputados a dejar sus posiciones legislativas mientras buscan la reelección o aspiran a nuevos cargos políticos plantea serias dudas sobre la transparencia y la equidad del proceso electoral en curso. Al mantenerse en el poder, estos candidatos mantienen una ventaja injusta sobre sus competidores, aprovechándose de recursos y estructuras institucionales para promover sus campañas.
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