La cultura del agua y Perspectiva de Género

En opinión de Lorena Elizabeth Castillo

La cultura del agua y Perspectiva de Género

La relación entre la cultura del cuidado del agua y la perspectiva de género, se puede abordar desde diferentes enfoques. Para el objetivo del presente artículo, con el que conmemoramos el Día del Mundial del Agua en este 22 de marzo, nos ubicamos en tres vertientes.

Primero, el acceso al agua y el saneamiento básico impactan de manera desproporcionada a mujeres y niñas en muchas partes del mundo, incluido, por supuesto nuestro país y la entidad morelense.

En la gran mayoría de comunidades, son las mujeres quienes tienen la responsabilidad principal de recolectar agua, lo que puede implicar largos desplazamientos diarios, exponiéndolas a riesgos de seguridad, limitando su tiempo para actividades educativas o económicas y aumentando su carga de trabajo no remunerado. Esto afecta su empoderamiento y restringe sus oportunidades de desarrollo.

Segundo enfoque: la falta de acceso a agua potable y servicios sanitarios seguros también puede tener un impacto específico en la salud de las mujeres. Por ejemplo, la falta de instalaciones sanitarias adecuadas dificulta el cuidado menstrual adecuado, lo que afecta la dignidad, la salud y la participación plena de las mujeres en la sociedad.

Tercero: además de todo lo anterior, la gestión y toma de decisiones relacionadas con el agua con frecuencia excluye a las mujeres de manera desproporcionada. En muchos casos, no se les consulta ni se les involucra en la planificación y implementación de políticas y proyectos relacionados con el agua. Esta exclusión limita su capacidad para defender sus intereses y prioridades específicas, perpetuando desigualdades de género.

Antes de concluir es pertinente recordar que el Día Mundial del Agua se remonta a 1992, cuando la Organización de las Naciones Unidas (ONU) recomendó su creación durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo en Río de Janeiro, Brasil, también conocida como Cumbre de la Tierra, en Brasil.

Líderes gubernamentales, ONG’s, mujeres y hombre de la sociedad civil participaron en esta reunión internacional, que tenía como desafío iniciar un desarrollo económico sostenible que considere la conservación medioambiental. En esta misma conferencia, además de la propuesta del Día Mundial del Agua, nació también la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) y la Declaración de Río.

En resumen, el Día Mundial del Agua ofrece una oportunidad para reflexionar sobre la importancia del acceso equitativo al agua y la necesidad de abordar las desigualdades de género relacionadas con este tema. Promover una perspectiva de género en la gestión del agua, puede contribuir a un desarrollo sostenible y equitativo, donde hombres y mujeres tengan igualdad de oportunidades para acceder y beneficiarse de los recursos hídricos.