Observador político - ¿Dónde estamos seguros en Morelos?
En opinión de Gerardo Suárez Dorantes
La inseguridad está a todo lo que da en Morelos. Hoy, sin temor a equivocarme existe miedo, temor entre la mayoría de los morelenses por la ola de violencia que arrastra desde hace meses a la tierra de mi general Emiliano Zapata. Lo peor, es que la psicosis empieza a apoderarse de la gente y muchos han decidido ya no hacer vida social en restaurantes, bares y centros nocturnos, para desgracia de los prestadores de servicios que laboran por las noches.
MORELOS EN SANGRE.- En los últimos meses, Morelos pasó a ser una de las entidades federativas de la república mexicana que constante y permanentemente aparece en los medios nacionales especializados en nota roja, esto, por el cúmulo de asesinatos y delitos de alto impacto que se registran casi de forma cotidiana. La tierra del general Emiliano Zapata, se tiñe de sangre y está inmersa ante la delincuencia sin importar el descrédito ciudadano ante la inoperancia y complacencia gubernamental.
Lo cierto es que Morelos está bañado en sangre por la ola de violencia que ha puesto en evidencia la capacidad de los titulares de las corporaciones policíacas, llámese Comisión Estatal de Seguridad Pública o Fiscalía General del Estado, además de que están rebasados y por mucho por las células delictivas, aunado a que la primera acción que realizan cuando se registra un asesinato es revictimizar a la víctima porque en lugar de detener a los criminales que los privan de la vida, en automático difunden a través de las redes sociales supuestos antecedentes delictivos de quienes son ejecutados.
Para los especialistas del tema, esta acción de no castigar a los delincuentes y revictimizar a las víctimas es algo que les ha funcionado a las corporaciones policíacas, porque así ya no investigan y solo aseguran que “fue entre ellos”, “se trató de una lucha entre grupos criminales”, o “el control de la plaza”, entre otras estupideces más.
Lo cierto es que la criminalidad ha crecido de manera exponencial porque no se castiga a quienes matan a individuos y al andar libres, estos siguen haciendo de las suyas. Por lo tanto, como lo informa el “Índice de Impunidad Global México” que reveló que al menos 99 por ciento de los delitos que se cometen en el país no son castigados, debido a que solo 7 de cada 100 delitos son denunciados por los ciudadanos y por estos delitos solo hay un 4.46 por ciento de sentencias condenatorias.
IMPUNIDAD.- Tanto en México como en Morelos, la cifra negra de delitos que no se denuncian es de al menos el 92 por ciento desde hace al menos una década por situaciones como la pérdida de tiempo y la desconfianza de los ciudadanos hacia sus autoridades. Hay un hartazgo social impresionante y una apatía de las autoridades federales, estatales y municipales. Nadie hace nada para frenar la violencia que está desgarrando vidas todos los días ante una población escéptica de lo que está sucediendo. Ya no hay confianza en sus autoridades que rayan en la idiotez y la ignorancia.
La impunidad es igual o peor que los crímenes que se cometen y más, porque cualquier persona hoy en día puede asesinar en cualquier lugar: restaurante, bar, discoteca, en plazas comerciales, en pleno corazón del poder político como lo es el centro de la ciudad. No importa ya si es de día, de noche, si hay cámaras de videovigilancia o no. Hoy, el cinismo delincuencial raya en lo absurdo. Tampoco hay contemplaciones para las familias de las personas que asesinan. No importa si son madres, hijas, hermanas, menores de edad, padres de familia, hoy nadie se salva en un planeta, un país y un estado corrompido por la corrupción y la delincuencia que crece como la espuma y sin ningún programa, sin estrategia política contra las bandas delincuenciales que hacen de las suyas con total impunidad. ¡Pobre México¡ ¡Pobre Morelos¡
Lo preocupante, es que las cámaras de videovigilancia en su mayoría no funcionan, o funcionan cuando se trata de cuestiones políticas, como cuando Alberto Capella Ibarra, hizo el seguimiento de una camioneta blanca que supuestamente se había llevado despensas para su consumo personal sin importar que se había donado por parte de la sociedad, esto después del sismo del 19 de septiembre del año 2017, en razón de que inició desde la Luna hasta el municipio de Cuautla. Ahí sí se pudo seguir todo el trayecto, luego de una vigilancia con lupa para evidenciar los actos de rapiña de algunos supuestos luchadores sociales. Empero, este mismo procedimiento y esta acción de interés es la que se muestra cuando asesinan a unas personas y se les persigue con todo el rigor como en su momento lo hizo el jefe policíaco que ahora despacha en la Comisión de Seguridad Pública de Quintana Roo.
Es decir, no hay interés por detener a los sicarios. Por ello, en los últimos tres años los homicidios dolosos en México se han disparado más de 50 por ciento. Y las sentencias condenatorias por este delito en el mismo periodo han disminuido, lo que evidencia la corrupción y el nivel de impunidad que va en ascenso y en tristemente en este apartado se encuentran estados de la República Mexicano como Morelos y Oaxaca, en razón de que alcanzan niveles alarmantes de hasta un 99 por ciento de impunidad.
Esta información, la proporcionó la organización “Impunidad Cero” a través de un informe que dio a conocer y en los que refirió que la delincuencia tan arraigada en territorio mexicano, supera a otros países de centro y sur américa. Y es que de 10 víctimas de homicidio doloso que se registran en nuestro país tan solo dos sentencias condenatorias son las que se dictan, es decir, al menos ocho de cada diez asesinatos carece de esclarecimiento alguno.
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