Observador político - Ausencia política y descoordinación en Morena
En opinión de Gerardo Suárez Dorantes
En la primera semana de arranque de la campaña electoral en Morelos, los dirigentes locales de diversos partidos tradicionales como el PAN, PRI, PRD y RSP han destacado por su presencia constante en conferencias de prensa, enfocándose no solo en poner temas en la agenda, sino también en atacar políticamente a Margarita González.
"NADANDO DE A MUERTITO".-
Esta actitud contrasta profundamente con la pasividad y ausencia de los dirigentes de Morena, PT, PANAL, PES, VERDE y MAS, quienes, a pesar de tener una mayor cantidad de aliados, han permanecido en las sombras, sin acompañar a su candidata de manera visible en los eventos de proselitismo político ni en las calles de las colonias.
Es evidente la diferencia entre aquellos que verdaderamente se comprometen con su candidata y los que solo buscan el poder por el poder mismo; mientras un grupo muestra un apoyo activo y comprometido, el otro parece estar escondido, incapaz de coordinarse y de demostrar unidad.
Javier García, conocido como "El Gato", está demostrando una ineficacia notable en su rol de coordinador, ya que su única contribución parece ser generar descoordinación y divisiones dentro de su propio grupo.
Es preocupante que los propios candidatos de Morena y sus aliados estén ausentes en la campaña, quizás confiando ciegamente en la marca Morena y los programas sociales del gobierno federal para asegurarles la victoria. Sin embargo, la realidad es que las cosas están tensas, especialmente debido al grave problema de seguridad que afecta a Morelos, y que golpea directamente a los morenistas, quienes son los responsables del gobierno estatal.
Es fundamental que los candidatos de la coalición "Sigamos Haciendo Historia" se involucren activamente en la campaña, y que los dirigentes se coordinen efectivamente para enfrentar los desafíos presentes; de lo contrario, el proyecto opositor podría fortalecerse aún más, utilizando la situación de inseguridad como un arma para erosionar el apoyo hacia Morena y sus aliados.
Y es que, la pasividad y la descoordinación no pueden ser toleradas en un momento crucial como este, donde está en juego el futuro de Morelos y de su gente.
Es imprescindible que los candidatos y dirigentes de Morena y sus aliados reconozcan la gravedad de la situación y actúen en consecuencia. No pueden darse el lujo de quedarse al margen o de asumir que el respaldo automático de ciertos sectores les garantizará la victoria.
Lo cierto, es que la realidad política es dinámica y requiere un compromiso activo, una presencia constante y una estrategia coherente.
La falta de atención a la campaña y la ausencia de liderazgo efectivo solo alimentan la percepción de desinterés y descuido por parte de quienes aspiran a representar al pueblo de Morelos. Los electores demandan más que promesas vacías y eslóganes partidistas; esperan propuestas concretas, soluciones viables y un compromiso genuino con mejorar su calidad de vida.
Es hora de que los dirigentes y candidatos de Morena y sus aliados asuman su responsabilidad y trabajen arduamente para ganarse la confianza y el respaldo de la ciudadanía. Deben salir de las sombras, enfrentar los desafíos con valentía y demostrar que están verdaderamente comprometidos con el bienestar de Morelos y su gente.
El tiempo apremia y cada día de inacción es una oportunidad perdida para construir un futuro mejor; es momento de actuar con determinación, unidad y visión, para que juntos podamos enfrentar los retos que se presentan y construir un Morelos más próspero, justo y seguro para todos.
¿Y DÓNDE ESTÁN LOS CONSEJEROS DE MORENA? Una vez más, el panorama político en Morelos se ve eclipsado por la confusión y la falta de cohesión dentro del partido en el poder, Morena; sobre todo, en la reciente conferencia de prensa de líderes opositores reveló no solo su falta de comprensión jurídica, sino también puso de manifiesto la ausencia de acción por parte de los consejeros estatales de Morena en medio de una crisis interna.
El reciente anuncio del congresista Juan Ramírez Peralta, quien abogó por el voto diferenciado y arremetió contra las figuras de Morena, plantea interrogantes sobre la lealtad y coherencia dentro del partido; es sorprendente observar cómo un reducido grupo de militantes, incluidos consejeros estatales y nacionales de Morena, se apartan del partido sin enfrentar consecuencias.
Según los estatutos de cualquier partido político, la violación de sus principios debería resultar en un proceso de expulsión automático. Sin embargo, en Morena, esta norma parece ser ignorada o evadida, lo que refleja una falta de coherencia y liderazgo interno.
¿Y LOS 49 CONSEJEROS ESTATALES? Han permanecido en silencio ante esta situación, su falta acción evidencia un partido fracturado y desunido, incapaz de ejercer su voz y voto de manera efectiva. Parece que Morena tiene al enemigo en casa, con divisiones internas que obstaculizan su capacidad de acción y cohesión.
El grupo que se autodenomina fundador de Morena anuncia su intención de votar de forma diferenciada, desafiando la línea de la dirigencia nacional y respaldando a candidatos de la oposición. Este acto de disidencia subraya las divisiones dentro del partido y la falta de confianza en las decisiones de la dirección.
Es preocupante ver cómo se desvanecen los principios y la unidad dentro de Morena, con consejeros estatales y nacionales que optan por seguir sus propios intereses en lugar de los del partido; la falta de cohesión y disciplina interna plantea serias dudas sobre el futuro del partido guinda y su capacidad para mantenerse como una fuerza política unida y coherente en el panorama nacional.
Esta falta de cohesión interna también tiene consecuencias graves en el ámbito político más amplio; el anuncio de apoyo a candidatos de la oposición por parte de consejeros estatales y nacionales de MORENA socava la credibilidad del partido y debilita su posición frente a sus adversarios.
Además, la negativa a seguir la línea de la dirigencia nacional y votar en cascada a favor de candidatos de Morena sugiere una falta de confianza en las decisiones tomadas por el liderazgo del partido. Esta falta de cohesión y unidad interna debilita la capacidad del partido de AMLO, para competir de manera efectiva en el escenario político y obstaculiza sus posibilidades de éxito en las próximas elecciones.
Es necesario que los consejeros estatales de Morena asuman su responsabilidad y tomen medidas para abordar esta crisis interna; deben demostrar liderazgo y compromiso con los principios del partido, en lugar de seguir sus propios intereses o agendas personales.
En última instancia, es crucial que los miembros de Morena se unan en torno a un objetivo común y trabajen juntos para fortalecer al partido y avanzar en su agenda política; solo así podrán superar las divisiones internas y competir de manera efectiva en el panorama político mexicano.