Observador político - ¡Abandonarán diputados el Congreso… por andar en campaña!
En opinión de Gerardo Suárez Dorantes
En las entrañas del Congreso del estado de Morelos, la LV Legislatura se perfila como una de las menos productivas de la historia. A pesar de sus escasos logros, el futuro de esta institución se ve aún más sombrío, ya que la mayoría de sus miembros, en lugar de cumplir con sus deberes legislativos, se encuentran en una danza desenfrenada en busca de puestos electorales.
IMPRODUCTIVIDAD Y AMBICIÓN DESMEDIDA.- Los diputados, encargados de representar al pueblo en el Congreso, han perdido de vista sus responsabilidades fundamentales, y es que, en lugar de dedicarse a discutir, reformar y aprobar leyes para el beneficio de la sociedad, muchos de ellos se encuentran inmersos en una pre-campaña perpetua, persiguiendo sus propios intereses políticos y económicos.
Las funciones claras y esenciales de un diputado, como legislar en materias locales, decretar contribuciones para cubrir gastos, aprobar presupuestos anuales y fiscalizar el gasto público, parecen haberse desdibujado en una vorágine de decisiones egoístas y desmedidas.
Basta recordar el año pasado, cuando se evidenció la falta de ética y la búsqueda desesperada de votos al aprobar más de 500 millones de pesos destinados a proyectos específicos, muchos de los cuales beneficiaron a municipios dirigidos por familiares y aliados políticos.
Un ejemplo flagrante de esta práctica es el caso de Yecapixtla, donde el alcalde Rafael Sánchez Zavala ha sido favorecido repetidamente con recursos millonarios aprobados por su hermano, el presidente de la Mesa Directiva, Pancho Erick Sánchez. Este patrón de tráfico de influencias no solo socava la integridad del proceso legislativo, sino que también crea un ambiente propicio para la perpetuación en el poder mediante la reelección.
La falta de transparencia y rendición de cuentas en la asignación de presupuestos es una sombra que se cierne sobre la legislatura, amparados porque tienen en sus manos, en su poder, es decir, maniatado a José Blas Cuevas Díaz, titular de la El nombramiento en la Entidad Superior de Auditoría y Fiscalización (ESAF), y quien jamás hará nada en contra de sus jefes los diputados que fueron quienes lo designaron en el cargo.
Lo cierto es que la ambición económica y política de los parlamentarios ha dejado al descubierto un entramado de intereses particulares, donde se destinan importantes sumas de dinero sin que exista un mínimo de responsabilidad hacia la sociedad que representan.
Pancho Erick Sánchez Zavala, presidente de la Mesa Directiva, no escapa a esta vorágine. Su búsqueda de una curul en el Senado o en San Lázaro revela una sed insaciable de poder, mientras que todo apunta a que también contempla la posibilidad de la reelección en el Congreso local.
Otra figura que ha empañado la imagen del Congreso es Verónica Anrubio Kempis, quien, bajo las siglas del Partido Nueva Alianza, ha mostrado un desempeño gris en la legislatura. Sobre todo, porque su participación en campañas políticas para la presidencia municipal de Ayala, mediante el uso de recursos públicos y violando la ley al desplazar al presidente municipal en funciones, es una muestra de la falta de ética que permea en la LV Legislatura al estar inaugurando obras y publicitándolas como si ella fuera la Ejecutiva municipal.
Por tanto, el Congreso del estado de Morelos se encuentra en una encrucijada entre la improductividad legislativa y la ambición desmedida de sus miembros; la ciudadanía merece una representación comprometida con el bienestar común, y no legisladores que antepongan sus intereses personales y políticos. Por fortuna, el dos de julio, la sociedad decidirá si respaldar a estos haraganes y abusivos diputados que en solo tres años se habrán enriquecido a más no poder, o darles la espalda con su voto en las urnas, sobre todo, porque se ha exijido transparencia, ética y responsabilidad a estos parásitos legislativos que nos mal representan en el ámbito legislativo.
¿DESVIÓ DE RECURSOS EN EL LEGISLATIVO? Lo mínimo que se tendría que solicitar es que hubiera una auditoría para saber en qué, cómo y dónde van a parar los recursos millonarios que se autoaprueban los legisladores, sin embargo, insisto, de nada servirá mientras tengan de su lado a José Blas Cuevas Díaz, titular de la Entidad Superior de Auditoría y Fiscalización porque los protegerá y pese a la posible malversación de recursos públicos, difícilmente pasará nada. Al menos, hasta que se mantenga en el cargo.
La opacidad y el posible desvío de recursos en el Congreso del estado no solo amenazan la credibilidad de la institución, sino que también socavan los cimientos mismos de la democracia; de ahí que la aprobación de cuantiosos presupuestos sin la debida rendición de cuentas solo sirve para enriquecer a unos pocos, mientras deja a la población en la oscuridad sobre el destino real de sus impuestos.
Es imperativo que la ciudadanía esté alerta y exija una transformación en la manera en que se manejan los asuntos públicos, más aún, porque la democracia no puede ser solo un eslogan vacío; debe reflejarse en la rendición de cuentas, la transparencia y la honestidad de aquellos a quienes se les confía la representación popular.
La voracidad política y la perpetua campaña electoral de algunos legisladores desdibujan el propósito fundamental de su cargo; la búsqueda desmedida de puestos de elección popular parece haber eclipsado la responsabilidad primordial de legislar en favor de la sociedad. Y es que, en lugar de contribuir al desarrollo y bienestar del estado, muchos están más interesados en asegurar su permanencia en el poder.
El caso específico de Verónica Anrubio Kempis, quien utiliza recursos públicos y viola la ley para impulsar su candidatura a la presidencia municipal de Ayala, es un ejemplo flagrante de la necesidad de establecer límites claros y sanciones efectivas para aquellos que abusan de su posición.
La LV Legislatura enfrentará un momento crítico en su historia no solo por su improductividad y ambición económica desbordante que amenazan con dejar a la deriva la función legislativa; sino porque dejarán en breve vació el poder Legislativo en búsqueda de una candidatura y después del voto ciudadano, para lo cual, no solicitarán licencia al cargo sino que utilizarán la infraestructura y personal a su cargo, para sus respectivas campañas como ya es un hecho.
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