O salimos, o nos atoramos
En opinión de José Román
Las reglas de la economía son muy diferentes que las de la demagogia de los políticos. Por eso es necesario diferenciar que persona representa el valor que queremos para nuestras familias y para la sociedad, ante el gobierno o en el gobierno. ¿Necesitamos levanta dedos inútiles como los actuales diputados federales y parte de senadores de Morelos que no saben decir? :¡No!, ¿al Presidente?
El tiempo apremia porque el país en materia económica sentirá pronto los efectos totales de las malas planeación del poder ejecutivo y obviamente sus consecuencias. Es momento, porque es la oportunidad en estas elecciones de corregir el rumbo y hacer del gobierno federal sobre todo, un gobierno viable y razonable en cuanto a las finanzas y en todos sus actos legales. Los servicios sociales que por cierto ni siquiera comenzaron con AMLO, obviamente deben seguir proporcionándose a las personas mayores y a los niños. Hace mucho que se estableció en tiempos del Adolfo López Mateos y su INPI que eran los desayunos escolares un medio para apoyar la niñez necesitada de alimentación. Después fueron retirados y estuvo mal hacerlo porque hay niños cuyas condiciones alimenticias son muy deficiente. Lo mismo los ancianos que ya aportaron a la sociedad su esfuerzo, malo o bueno ya no importa; transitaron toda su vida pagando directa o indirectamente los impuestos y es momento que por la incapacidad o la necesidad el gobierno o la sociedad beneficiada retribuya aquel que ha contribuido al estado de cosas que actualmente tenemos.
Pero de ahí a regalar dinero a personas que pueden ganarse el sustento como los jóvenes del programa Sembrando Vida, caemos en el absurdo de lo inútil y no porque no sea necesario, sino porque el esquema no convierte autosuficiente al muchacho que recibe el recurso. Se necesita, eso sí, impulsar el desarrollo generando el estado las condiciones adecuadas y la infraestructura que le permita su desenvolvimiento y hasta ahora ningún gobierno se ha preocupado por eso. Se han apurado y en especial éste gobierno en hacer del joven un cliente electoral, no un ente útil a su familia y a su sociedad.
AMLO especialmente se ha dedicado a pervertir la ayuda convirtiendo a esos muchachos en limosneros del presupuesto y enganchado a la república y su administración a hacerlos dependientes del sistema y eso para nada es correcto. Se necesita por lo mismo una urgente revisión de la asistencia social y las condiciones en que se otorga a los beneficiados.
Para eso, corregir el rumbo y establecer mediante el voto a legisladores independientes o ajenos a los fines al gobierno es hoy una necesidad apremiante y llevar mediante el voto a la persona y candidato que esté a la altura de lo que necesitamos: El contrapeso de las decisiones del poder ejecutivo. Por ahora no existe y todo al no tener ninguna contención ha significado derroche tras derroche por parte de AMLO, porque al repartir dinero, le quita recursos a la obra pública y a los servicios públicos, pero además, le está quitando dinero a los que pagan impuestos y producen para dárselo a quienes no son productivos, pudiendo serlo. Y no son productivos porque es el mismo gobierno quien los hace improductivos al convertirlos en dependientes de la caridad fiscal, independientemente de que es conocido que son francos promotores del partido en el gobierno.
Votar la próxima semana por quien realmente puede hacer valer el contrapeso al gobierno federal es una necesidad que todos, no importando el gobierno ni el partido en el poder, debemos promover para que mediante la discusión y el análisis obligado por ser fuerzas opositoras, decidan en favor de la república y sus ciudadanos, los mejores proyectos que nos hagan prosperar como nación y como individuos. Estamos ya contra reloj, es ya urgente un análisis en conciencia para someter los actos del gobierno a la conveniencia de la sociedad, no a la conveniencia y capricho de un solo hombre, por más que sea el Presidente de la Republica. Por eso, pensemos bien a quien otorgar nuestro voto y pensemos en el futuro no tan solo nuestro, sino de nuestros descendientes. Es momento de salir del bache en que nos metió AMLO.