Niños y Filosofía USAER 24
En opinión de David García Figueroa
David García Figueroa 
Pensar nuestra historia, el devenir como humanos, el origen del mundo y la idea de un universo, nos convoca a pensar desde el lugar del cuestionamiento y la inquietud por la comprobación, en medio de una realidad que nos empuja. Práctica que no debiera solo regirse por un tejido pedagógico donde los estudiantes hacen lectura de un libro de texto, legitimando así la dinámica circular de la enseñanza aprendizaje.
Necesitamos llevar estas interrogantes a decursar en un escenario de diálogo, un encuentro con el otro donde nos volvamos a remitir al ¿Por qué? de los sucesos, la epistemología es un camino paralelo y a la vez sinuoso como profundo que nos revela y nos acontece, es una posibilidad, no la última.
Poco antes del final del presente cierre de ciclo escolar, nos decidimos a la aventura donde el amor y la sabiduría fueron surcando un lugar y una función para llevar a juicio una diversidad de preguntas, creencias, y de aquello que se nos presenta como verdad.
El ejercicio no es para completar o cerrar la incesante incertidumbre que se despierta en el estudiante sobre un lugar en la existencia, es colmar quizá, en una lógica donde una palabra invita a otra para discutir; disentir, disernir, y discurrir, por los ríos de Heráclito y por el cogito ergo sum de Descartes.
Los estudiantes con quienes se interpela, son niñas y niños de escuelas primarias que apoya la USAER 24, ellas y ellos, actrices y actores de este pasaje mayéutico donde el phatos funda la posibilidad de aprender discutiendo.
Hemos así entonces, puesto en concejo con el alumnado, y en complicidad con sus maestras y maestros de grupo, la idea de iniciarnos en una andanza filosófica, que cruza la historia, geografía, literatura y las ciencias, dejando de verlas como asignaturas obligadas, y proponiendo en cambio; un fluir de pasajes y andanzas del conocimiento y del pensamiento.
Para esta apuesta, nos propusimos comenzar a leer y a ver lo que nos invita Jostein Gardner y Erik Gustavsón, el primero autor del libro, y el segundo director de la película “El mundo de Sofía” en condición de análisis, reflexión y diálogo.
Para el retorno e inicio del siguiente ciclo escolar, se ha pensado en sembrar nuestra tierra surcada, a la luz del cuarto creciente de los trabajos: La formación del espíritu científico de Gaston Bachelard y el pensamiento complejo Edgar Morin. No cabe duda, a los niños les gusta la filosofía.
