MOVILIZACIÓN SOCIAL

En opinión de Juan Salgado Brito

MOVILIZACIÓN SOCIAL

Las marchas del pasado domingo 13 de noviembre realizadas en la Ciudad de México y en varias ciudades del país, más allá del motivo u objetivo que persiguen los manifestantes es una enseñanza, una lección y  muestra fehaciente de la capacidad de movilización que tiene la sociedad y de la participación ciudadana cuando de levantar la voz o de protestar se trata. Sin duda fue una demostración de la gente de que si existe conciencia cívica, que la cultura de participar para reorientar las decisiones políticas y gubernamentales ha evolucionado, que hoy es una realidad y que ignorar la determinación individual y colectiva para hacerse escuchar puede ser en detrimento de la fuerza del Estado y del poder de las autoridades.

Todos los pueblos deben alentar su costumbre de movilizarse y participar en la cosa pública como condición de vida comunitaria, de vida en común, compartiendo con los demás causas, motivos, razones y preocupaciones sociales que constituyan el denominador común para convocarse, deliberar debatir y ponerse de acuerdo sobre acciones y estrategias para organizarse, movilizarse e influir en la definición de programas, planes y acciones institucionales que emprenda o quiera llevar a cabo el gobierno o la autoridad.

Todo gobierno, necesita una sociedad fuerte y participativa para conciliar la libertad y la democracia como valores intrínsecos de los objetivos de Estado, del imperio de la justicia y el derecho. Solamente las alianzas de los gobiernos con su pueblo pueden dar lugar a la estabilidad, la tranquilidad y a las condiciones para el desarrollo social y el crecimiento económico del País de los Estados y los Municipios por eso es que la movilización social en paz, con libertad siempre contribuirá a fortalecer la democracia y a perfeccionar el orden jurídico e institucional.