¡Morelos se asa! Ola de calor y contaminación: la combinación perfecta
En opinión de Tania Jasso Blancas
Hoy quiero hablar de un tema muy refrescante y agradable: el calor sofocante que nos azota en Morelos. ¿No es emocionante vivir en un horno gigante? ¡Qué alegría es sentir cómo nuestras células se derriten como helados abandonados en el sol!
Pero no nos equivoquemos, esto no es solo un capricho del clima. No no no. Resulta que tenemos a nuestro fiel compañero de todos los días: el calentamiento global. ¿Han oído hablar de él? Es esa maravillosa tendencia que hemos creado para disfrutar de la sensación de estar dentro de un horno industrial mientras tomamos nuestro café matutino. ¡Bravo humanidad! Siempre tan ingeniosa.
Y ¿qué hay de la contaminación? ¡Ah, la contaminación! Ese dulce aroma de fábricas y automóviles que nos recuerda que estamos contribuyendo al bienestar de nuestro planeta. Por supuesto, todos sabemos que los gases de efecto invernadero son la mejor fragancia para embriagarnos en estos días bochornosos.
Me encanta cómo las capas de humo, vapor de agua y otras sustancias tóxicas se definen en nuestro propio spa personalizado. Es como si estuviéramos en una sauna permanente, ¡pero sin los beneficios para la salud! ¡Maravilloso!
¿Sabían que las altas temperaturas pueden tener consecuencias? Así es, quemaduras solares, insolación, deshidratación... ¡son solo algunos de los fabulosos premios que nos regala la ola de calor! Podríamos pensar que, en lugar de lamentarnos y buscar soluciones a esta ola de calor, simplemente aplaudir y celebrar cada nuevo registro de temperatura que se rompa. Después de todo, es emocionante ver cómo nuestro querido Morelos se convierte en el infierno tropical que siempre soñamos.
Y no olvidemos mencionar cómo la deforestación y la contaminación contribuyen a esta fiesta del calor. ¿Quién necesita árboles cuando podemos disfrutar de un paisaje urbano lleno de concreto que absorbe el calor y nos lo devuelve con creces? ¡Eso es lo que yo llamo una planificación inteligente!
Pero no hay de que preocuparse, porque estoy segura de que nuestras autoridades están tomando medidas muy serias para enfrentar este problema. Seguro están ocupados organizando conferencias y debates mientras el sol nos derrite en la calle. ¡Enhorabuena!
Y no se me olviden las recomendaciones habituales: beber mucha agua, buscar lugares frescos, usar protector solar y, por supuesto, no preocuparse demasiado. Después de todo, el cambio climático solo es un pequeño detalle en nuestra vida cotidiana.
Recuerden disfrutar del calor mientras pueden, porque quién sabe, ¡tal vez pronto seamos famosos por tener playas en Morelos! ¡Ah, la maravilla de la imaginación!