Molotov en Cuernavaca: pan, circo y el arte de lo 'gratis' con tus impuestos
En opinión de Tania Jasso Blancas
¿Recuerdas la historia de la antigua Roma y su famoso lema "pan y circo"? Aquellos sabios gobernantes sabían cómo mantener a las masas ocupadas y contentas. Y, parece que, en el encantador Estado de Morelos, nuestros líderes actuales también han tomado una página del libro de la historia.
Hace unos días, en medio del vibrante festival Miquixtli, el gobierno estatal decidió regalarnos un concierto de rock de una de las bandas más emblemáticas del país: Molotov. Suena emocionante, ¿verdad? Pero antes de que comencemos a corear "Gimme the Power" a todo pulmón, es hora de analizar más de cerca esta generosa oferta de entretenimiento.
El evento fue promocionado como "gratis" para el público, como si el gobierno de repente hubiera decidido convertirse en el Santa Claus de la música en vivo. Sin embargo, aquellos de nosotros que entendemos cómo funcionan las cosas que sabemos que en realidad no hay almuerzo gratis. Ese concierto de Molotov, como tantos otros "eventos gratuitos" auspiciados por el gobierno, ya está pagado con nuestros preciados impuestos.
Es irónico cómo los políticos pueden hacer alarde de ofrecer regalos a la gente, cuando en realidad, están utilizando nuestros propios recursos para hacerlo. Claro, la música de Molotov es genial y todo eso, pero no olvidemos que el dinero detrás de este espectáculo no creció en un árbol, sino que salió directamente de nuestros bolsillos.
Entonces, mientras disfrutamos de las explosivas letras de "Frijolero", recordemos que, en este gran circo que es la política, la estrategia del "pan y circo" sigue viva y coleando. Nos ofrecen una distracción, nos entregan una fiesta de rock, pero no podemos permitirnos olvidar las cuestiones más serias y apremiantes que requieren nuestra atención.
En lugar de proporcionar una cobertura efectiva de salud, una educación de calidad o infraestructura digna, a menudo nos encontramos con estos "regalos" de entretenimiento. Y no malinterpretemos, el arte y la música son importantes para la sociedad, pero no pueden servir como sustitutos de una administración competente y preocupada por el bienestar de sus ciudadanos.
Así que, mientras agitamos nuestras manos y brincamos al ritmo de "Puto", recordemos que el gobierno no nos está haciendo un favor regalándonos conciertos. Estamos pagando por ellos de una u otra forma, y deberíamos exigir más que solo entretenimiento efímero. Es hora de dejar de ser cómplices de esta estrategia del "pan y circo" y empezar a cuestionar cómo se están utilizando nuestros impuestos.
Mientras tanto, seguiré disfrutando de la música de Molotov, pero no sin dejar de lado mi papel crítico como ciudadana. Porque, al final del día, necesitamos más que solo música para construir un mejor futuro.
Es decir, el concierto de Molotov en Cuernavaca puede ser un evento emocionante, pero no olvidemos que la generosidad del gobierno "gratis" a menudo tiene un costo oculto. Es hora de mirar más allá del espectáculo y exigir un gobierno que realmente se preocupe por el bienestar de sus ciudadanos.