La Lengüita

¿Es LA PRESIDENTE o LA PRESIDENTA?

La Lengüita

Por años, la cultura machista, en México y otras naciones de habla hispana, forzó a usar voces masculinas cuando se hablaba de las mujeres, sin importar la opción de acudir a la derivación femenina. Cuando, en el siglo 20, al pasar de los lustros, el sector femenil (por su esfuerzo, insistencia y tenacidad) fue ganando espacios en universidades y en el ambiente laboral, la misoginia (de algunos y algunas, hay que decir), obligaba a referir: "la arquitecto", "la contador", "la ingeniero" y más. 

Esa visión parecía partir de la postura falocrática siguiente: "si ya les permitimos entrar a actividades del hombre, al menos que usen los términos masculinos,para compensar el gracioso favor".

Afortunadamente, y aunque falte mucho camino por andar en la lucha por la equidad, hoy ya hablamos de las ingenieras, contadoras, arquitectas, bomberas, cirujanas y más. No puede ser de otra forma.

Lo anterior, no obstante, no se inscribe en las razones del asunto que hoy quisimos abordar.

En estos días estuvieron, incluso en titulares de primera plana, los casos de la PRESIDENTE de la CNDH y la nueva PRESIDENTE de la Mesa Directiva de la Cámara Baja, Rosario Piedra Ibarra y Dulce María Sauri Riancho, en ese orden, que generaron mucha tinta que escribir, bits por poner a navegar y motivos de discusión. Una gran cantidad de personas y medios usó, usa y seguirá usando (para ése y otros asuntos) -por decir lo menos y evitar altisonancias- la inútil e innecesaria forma femenina de esa palabra.

Ni usted, ni persona feminista alguna (como quien esto redacta), ni prácticamente nadie jamás usará los siguientes términos, le puedo apostar, si se refiere uno a una fémina:

REPRESENTANTA
ESTUDIANTA
CANTANTA
DOCENTA
SOBREVIVIENTA
DIRIGENTA
CAMINANTA
AGENTA
GERENTA

En español, tenemos adjetivos y sustantivos que usan el sufijo del latín ENTIS y que normalmente se unen a verbos, para definir a la persona o ente que realiza o está relacionada con la acción que antecede. Las terminaciones suelen ser:
nte, ante, ente, iente.

TODAS ESAS PALABRAS, EN CUANTO A GÉNERO, SON INDEFINIDAS.
SE APLICAN A HOMBRES O MUJERES. SON VOCES NEUTRAS, NI MASCULINAS O FEMENINAS.

Por eso es  "la cantante" (y no "el cantanto" o "la cantanta");  "la representante", "la sobreviviente", etc.  En su forma femenina (o masculina) -coincidirá usted- son ridículas, por innecesarias.

Es exactamente el caso de PRESIDENTE (ente que preside), voz neutra; y, exactamente igual, el absurdo de recurrir a "PRESIDENTA" (como todas en la lista previa).

Pero, pese a lo inútil de usar ese femenino ilógico, la Real Academia Española lo permite, de manera irrisoria. La excusa es la siguiente: es de uso general y desde hace mucho tiempo se emplea así. Ese razonamiento, sin sentido lo incluye en otros disparates, como permitir la tilde en guion (los monosílabos nunca se acentúan, salvo cuando implican más de una acepción), o el redundante "periodo de tiempo".

Bajo ese insostenible criterio de la RAE (el uso amplio y añejo de una palabra o expresión y su extensa estadía entre nosotros), alguno se daría licencia de usar, entonces, avalado por la Academia, el común "vieja", como sinónimo de mujer, simplemente porque tantos así lo emplean y desde tiempo ha. Razonamiento irracional, sin duda.

En fin. Si usted desea seguir usando el, sin sentido, PRESIDENTA, ni se apure si alguien lo cuestiona. Dígale que la RAE ya se lo permitió.

Que quede claro, por favor, que favorecer el correcto "LA PRESIDENTE" nada tiene que ver, entonces, con cuestiones de género. No nos confundamos.

Se deben analizar formas reales de discriminación y sexismo en el idioma, como lo hicieron muchos (recuerde que, en español, usamos el masculino incluyente) y lo siguen haciendo; y combatirlas. Y hay que perseverar en ello, pero con sustento.

Y evitar, por favor, las mayores incongruencias, con el uso de la E o la espantosa EQUIS (diría el inmortal Chabelo) para crear engendros lingüísticos, como TODXS o  TODES;  NOSOTRES o NOSOTRXS; MEXICANXS o MEXICANES (algunos, además, impronunciables).

Recomendación sin par es la respuesta del premio Nobel (sin tilde, pues no es voz española), Mario Vargas LLosa (excelente literato; pésimo político) al periodista Jorge Ramos, quien le sugería justamente el uso de tales disparates, para ser "incluyentes". Tras morir de risa, el peruano español le abre los ojos al comunicador (quien queda sin palabras y en ridículo). Es un desperdicio no ver:
https://youtu.be/9q1qopWrPdo