La Inclusión Educativa en la UAEM - La condición bilingüe de la Lengua Escrita (III): UAEM

En opinión de Eliseo Guajardo Ramos

La Inclusión Educativa en la UAEM - La condición bilingüe de la Lengua Escrita (III): UAEM

A los niños más pequeños que se ha interrogado mediante el método clínico psicogéntico, acerca de la escritura, son de 3 años. Más pequeños no logran dar cuenta de lo que se les pregunta con claridad. A los 3 años, es suficientemente una temprana edad, para indagar sobre los orígenes del pensamiento del niño sobre la escritura. Estos casos, corresponden a sujetos documentados por las investigaciones de Emilia Ferreiro y sus discípulas. Otros, son los sujetos pequeños de Lev S. Vygoski, como ya hemos señalado en estas páginas.

 

Se preguntarán por qué estas edades de los niños, al respecto. Que van de los 3 a los 6 años, exclusive. Esto es, antes de que ingresaran al 1º de Primaria donde, precisamente, se les enseña las primeras letras para que aprendan la lecto-escritura. Lo que buscaban estos investigadores pioneros, es saber lo que los niños piensan por su cuenta, antes de que el sistema escolar les inculque sus ideas, digamos, las ideas adultas. De ahí el basamento de la Psicología Genética, de génesis: origen.

 

¿Qué tanto han podido decir estos niños que sean sistemáticas y recurrentes? Porque se indagaron en varios países en los años 80s del Siglo pasado, como fueron Argentina, Venezuela, México (Distrito Federal y Monterrey), Barcelona, Tel Aviv y Roma, por lo menos. Y aunque ya hace 40 años de ello, no deja de sorprender la originalidad de las respuestas que resultan muy novedosas.

 

Sabían distinguir las letras de los números, por ejemplo. En un cuento ilustrado, sabían dónde se leía, entre la imagen y el texto. También, que donde estaba escrito algo, no podía, al mismo tiempo decir otra cosa. Por ejemplo, si se escribía la palabra manzana y se le decía que ahí decía manzana, ya no podía decir ahí mismo, pera. Desde muy pequeños descubren la conservación del significado de la escritura. Este sentido es altamente relevante, dado que una de las funciones de la escritura es, nada menos, que la conservación o memoria de los significados.

 

Frente a tarjetas con escrituras de una, dos, tres, cuatro y cinco letras. Con números, con signos, con escrituras de letras “manuscrita”, con escrituras con la misma letra repetida (AAAA), y así por el estilo. Se le pedía al niño que pusiera en un lado las tarjetas que se podían leer y en otro las que no servían para leer. Todos los niños, no admitían que pudiera decir algo en las tarjetas con la misma letra repetida. Decía algo, en las que tenían letras diferentes y las que tenían tres letras o más. Con una sola letra no servía para leer, así como con la misma letra repetida, aunque fueran más de una.

 

Prácticamente, todas estas regularidades que los niños formulaban en sus hipótesis de escritura, resultan regularidades propias de la Lengua Escrita. Que los niños descubren muy tempranamente, siempre y que estén en contacto con material escrito en sus hogares y sitios cotidianos. Porque extraen este conocimiento de la escritura, nada de la Lengua hablada les ofrece información sobre el particular. Además, son tardías las hipótesis de escritura que correlacionan la escritura con el lenguaje oral.

 

Cuando se les propone que escriban como ellos creen que se escribe algunos nombres de cosas, lo realizan con grafías, seudoletras o letras conocidas, sin correspondencia sonora; todavía, de tres o más, y alternadas sin que sean letras repetidas. Este conocimiento inicial, lo impone sobre el recorte de palabra escrita. Pero es, hasta que se dan cuenta que lo que se escriben son las palabras. Así adquiere la noción de palabra. Sólo se escriben las que son palabras. Cuando se da cuenta que lo que se escribe y lo que se habla son palabras, busca su correspondencia. Pero, esta noción de palabra surge de la escritura, no del habla. Luego, es que hace corresponder las fronteras de la palabra hablada con la palabra escrita (que, además, se escriben con letras diferentes, y al menos tres). Va luego a articular la parte oral con las partes de la escritura. Los primeros recortes orales nítidos son los recortes silábicos que va a querer ajustar a las partes escritas. Casi siempre le sobran letras. Porque si se escribe con mínimo tres, y trata de escribir casa, por ejemplo, son dos sílabas con tres letras. Hasta que logra articular c-a/sa para una escritura de tres letras o grafías. Y el gran salto, separar la consonante de la vocal, provine de una necesidad del recorte escrito, no del recorte oral, porque éste lo ofrece de forma natural hasta la sílaba. Se dice rápido, pero es aquí donde deviene la conciencia fonológica. La conciencia fonológica, tiene su origen en la escritura de palabra. No en la oralidad de la palabra. Por ello, ni los adultos no alfabetizados, logran la conciencia fonológica.

 

Concluimos diciendo, que los Sordos pueden lograr la conciencia fonológica, porque ésta no deviene de la fonetización oral, sino de la diferenciación gráfica (letras diferentes) de la escritura de palabra. 

 

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