La importancia de la educación y el significado del espacio

Alejandro Cruz Solano en Cultura

La importancia de la educación y el significado del espacio

El espacio juega un papel importante en la configuración cultural de los individuos, dado que se constituye a partir del significado que este tiene para ellos; sin embargo, este espacio tiene un significado diferente para los miembros que lo ocupan, así, para unos significa un elemento identitario que construye una significación de la diferencia entre el “yo” y el “otro. El otro, ¿Quién es el otro? Son aquellos a quienes la modernidad los alcanzó no en su propio territorio, sino en la expulsión de este hacia mejores condiciones de vida, lo que hoy conocemos como migraciones; esos otros cuyo territorio no es propio, no tiene el mismo significado identitario, no representa algo para sí, sino es entendido de manera conceptual. En esa dicotomía entre los que son y viven dentro de un territorio y los que no y migran a ocupar esos territorios, la sociedad va generando y degenerando una relación de exclusión social, de metamorfosis, es decir de cambios culturales, sociales y económicos que modifican la vida de los seres humanos. Margaret Mead apuntaba que las metamorfosis no radican en las condiciones biológicas sino en la cultura que es lo que hace que las personas adquieran un conjunto de comportamientos que no son ajenos al proceso educativo, cultural y de personalidad. En este sentido, la educación juega un papel importante, primero porque en la infancia es un receptor de la familia y la escuela, posteriormente pasa a ser marcado por un sistema educativo. La pregunta fundamental es ¿Cuál debe ser el papel de una institución que educa? Me parece fundamental que la educación tiene un papel más allá de lo escolar, tiene que ir a encontrar su significado social y que ésta, es decir, la sociedad le permita como espacio real, concreto ser facilitadora de estrategias pedagógicas que le permitan a las instituciones educativas trascender su propio significado como instituciones y adquieran un matiz más social. ¿Por qué tendría que tener ese matiz? Pues me parece que los acuciantes problemas sociales cada día demandan la construcción de un modelo social que esté enraizado en las construcciones paradigmáticas de la educación. Bien lo decía Emile Durkheim que la educación hace algo mucho más esencial que educar, crear particulares humanos, individualidades y conciencias. En ese sentido, radica la necesidad de trascendencia de las instituciones educativas, pues no solo lo complejo que resulta de las relaciones sociales, económicas y culturales es motivo de intervención y trasformación sino de construcción de nuevos hombres que en el marco de una ética puedan confrontar esa disyuntiva interna que tiene una mirada hacia el otro, como diferente. La convivencia, la construcción del espacio sin discriminación, el sentido territorial que no excluya a los otros, son parte de esa compleja situación social producto de la modernidad. En vano es señalar las deficiencias del sistema educativo sino se mira en función de sus alcances sociales, es decir, de su capacidad de incidir para construir una sociedad sociocultural.

En mi opinión, la trascendencia de todo sistema educativo va alcanzar un significado transformador no solo de las individualidades sino de lo social, aquí es donde se plantea el nudo de las contradicciones entre lo que puede hacer la educación en el individuo y como éste configura lo social; también del otro lado, lo social, como configura al individuo y, entre ambos, jugando un papel importante: la cultura. La sociedad, la cultura y la educación constituyen una triada que merece considerarse como aspecto de estudio, tomando en cuenta sus interrelaciones.