Juego de Manos - Por ley, póntelo

En opinión de Diego Pacheco

Juego de Manos - Por ley, póntelo

Dentro de las páginas del Periódico Oficial del estado de Morelos “Tierra y Libertad” del pasado 27 de noviembre, se publicó la “Ley que regula el uso de cubrebocas y demás medidas para prevenir la transmisión de la enfermedad por COVID-19 en el estado de Morelos”, una medida que tiene como fin establecer el uso obligatorio de cubrebocas en las personas, así́ como otras medidas para prevenir la transmisión y riesgos de contagio por la pandemia.

Esta Ley establece que el uso del cubrebocas es obligatorio para todas las personas que se encuentren en territorio de Morelos, en espacios públicos —abiertos o cerrados— sean comerciales, religiosos, industriales o de cualquier índole; así como a usuarios y operadores de servicios de transporte público o de carga. Es decir, que mientras no estés en un espacio privado, deberás usar cubrebocas. Esta reglamentación se excluye para personas menores de 4 años, personas con problemas para respirar, personas que requieran de ayuda para colocar y retirar el cubrebocas y personas que se encuentren en el interior de un vehículo sin compañía.

Sobre el uso correcto de esta medida preventiva, se recalcan los puntos que ya son de dominio público (y públicamente ignorados): cubrir nariz, boca y barbilla con la mascarilla, lavarse las manos antes y después de usarlo. Asimismo, se hace hincapié en que, para lo dispuesto en dicha legislación, no se consideran cubrebocas todos aquellos que cuentan con un sistema de filtro o válvula; ello, a partir de lo determinado por la Organización Mundial de la Salud. Recordemos que los cubrebocas son una medida para proteger la salud de otras personas, no la propia y, si le agregamos una válvula que permite que las exhalaciones salgan del barbijo, este deja de cumplir su única función.

Ahora, ¿qué ocurre si se incumple con ello? Bien, se establecen penas que van desde advertencias y trabajo comunitario, hasta la clausura (parcial o total) temporal del espacio y multas de hasta 30 Unidades de Medida y Actualización, cuya recaudación será destinada a los Servicios de Salud Morelos para comprar insumos para atender la pandemia.

Ahora bien, aquí hay un par de asuntos que valen la pena señalar. En primer lugar, que podemos entender a las legislaciones como medidas reaccionarias a problemas existentes; es decir, que surgen, se modifican o se eliminan en función del contexto, con la finalidad de dar respuesta a una necesidad presente.

En este sentido, podemos interpretar esta medida como un síntoma del fracaso de la estrategia del gobierno por atender la emergencia que, de acuerdo con cifras oficiales, ha llevado a un total acumulado de 1,100,683 contagios y 105,459 personas fallecidas a causa del virus que enfrentamos. Los números y las fechas han superado considerablemente las estimaciones con las que se contaba al inicio de la contingencia.

Lamentablemente, al caminar bajo la línea de la “no opresión” y “la sabiduría del pueblo”, se establecieron medidas laxas alrededor de la prevención de la salud, se tomaron decisiones cuestionables respecto a los que se puede y no puede hacer y, aunado a ello, se hicieron señalamientos contradictorios entre diversas autoridades al interior del país y entre el Gobierno de México y especialistas en la materia a nivel internacional. Lamentablemente, se continuó cuidando con recelo la imagen y el discurso oficial, sin tomar en consideración que, dentro de contextos extraordinarios, se deben realizar acciones excepcionales. Ahora, 9 meses después del inicio de la pandemia, hemos visto que días festivos, reuniones religiosas y fiestas de disfraces son suficientes para pasar del pueblo sabio al valemadrismo colectivo. Y las cifras suben y suben.

 

 

Por cierto:

 

Como si no se hubiera escrito suficiente de Ricardo Salinas Pliego en este espacio.

 

En esta ocasión, el empresario multimillonario se hizo del odio colectivo al hacer uso de la salida de Best Buy en México para hacer publicidad a sus tiendas Elektra y, de paso, dar unas clases de humildad a la comunidad de Twitter. Vamos por partes.

Luego de que la cadena de tiendas de tecnología anunció su salida del mercado mexicano, consecuencia de las afectaciones que ha causado el COVID-19, la cuenta de Twitter del Grupo Salinas emitió un comunicado que dentro de sus línea incluye: “No se preocupen por sus clientes las más de 1,250 sucursales de Elektra estarán abiertas todos los días, de 9 a 9, para atenderlos y cuidarlos bien (por si regresan) […] si necesitan alguna cosa antes de irse pueden pedir en la tienda en línea”.

Pero espera, hay más. Dentro de la misma polémica, un internauta comentó que las personas que acudían a comprar en Best Buy lo hacía por estatus, algo que (de acuerdo con su óptica) las tiendas Elektra no pueden ofrecer. A ello, el empresario multimillonario respondió “Nosotros en Elektra no vendemos estatus, el estatus no se compra, se gana. Yo puedo ir por la calle descalzo y con mis peores ropas y aún así me dirán Don Ricardo, pero eso usted no lo entiende y compraba estatus, ¿la cosa es, ahora quién le venderá estatus?”. Y así, uno de los grandes caciques mexicanos (y uno de los más indolentes con sus trabajadoras, trabajadores y clientela) nos regaló una invaluable cátedra de humildad y clase. Gracias por el tip, crack. La respuesta de las redes sociales, obviamente, no se hizo esperar y las etiquetas #Don, #ElFraudeAzteca y #RickyEvasor se posicionaron como tendencias en el país.

De lo que Don Ricardo no se da cuenta —porque, al parecer, su “estatus” (o privilegio) nubla su vista—es que, detrás de las grandes tiendas de Best Buy que están por cerrar, hay miles de personas que perderán su trabajo y, dentro del contexto pandémico en el que nos encontramos (que agudizó las problemáticas económicas y laborales preexistentes) será muy complicado que logren encontrar un nuevo empleo a la brevedad.

Hay que tener mucho cuidado en la comunicación que manejamos durante estos tiempos difíciles, si bien se dice y repite que vale hacerse de fama y odio que no ser conocido en lo absoluto, en el contexto la infamia tiene un costo más elevado de lo habitual. Aguas.

 

Ya quítenle el Twitter a Don Ricardo: 

  

diegopachecowil@gmail.com