Itinerario Hacia La Escritura - Inseguridad, participación y gobernabilidad
Alejandro Cruz Solano en cultura
Hay una condición para hablar, que alguien escuche. En ese sentido, ubicamos en el contexto actual dos problemas; el primero el de la inseguridad, el segundo el de la gobernabilidad. Y es que la gobernabilidad en el estado de Morelos se mira así mismo como si quisiera verse mal.
La inseguridad atraviesa, queramos o no, por el papel de la gobernabilidad, entendida como, la capacidad de a). Una percepción de la legitimidad; b). La importancia del papel del ciudadano; c). La visión de un proyecto sobre la sociedad en la que actúa y, d). La adaptación de la gestión pública.
El gobierno ha sido legitimado desde el punto de vista electoral, pero no está hablando para legitimarse socialmente, no se ve, no se concreta absolutamente nada en el tema de la seguridad; la percepción social empieza a deslegitimar el papel del gobierno; ¿Dónde está el papel del ciudadano?
Atomizado, fracturado, no convocado por el gobierno, sabemos que para que haya gobernabilidad necesitamos dos cosas: el papel colaborativo del ciudadano y el rescate del proyecto que legitime su papel en apoyo al gobierno. Mucho se dice a la hora de pronunciarse sobre el tema, qué este tiene una connotación política, creo que toda acción o discurso tiene que tenerlo, más bien cambiaría que tiene un tono partidista, allí las cosas cambian, allí se puede sacar raja a la tabla.
La violencia actual ha rebasado la capacidad del gobierno, no es porque no la tenga, sino porque no convoca a su aliado social, a los actores de grupos, asociaciones, personajes claves, para buscar una salida cordial, estratégica de la participación de los ciudadanos.
Para gobernar se necesita visión, se requiere una imagen, idea de un estado deseado, planteado seguramente en un plan de desarrollo, lo que permitiría una adaptación de todas las visiones y percepciones que muchos deseamos para nuestro Estado, lo que llamamos adaptación a la gestión pública.
Escuchar la voz de los actores que desean un estado diferente de cosas implica una presencia, un cuerpo, una voz, un estar allí, presente, para trascender, es lo que llamamos representación social, que no es otra cosa que el significado que distintos colectivos le otorgan a su realidad. La problemática de la realidad tiene varias aristas, no hay una realidad verdadera ni absoluta, de allí que, el pluralismo enriquece las soluciones a un problema.
Lo que importa es cómo recuperamos esos significados de aquellas prácticas de grupos, organizaciones, experiencias que tienen una idea y una solución al tema de la inseguridad. Resolver esto es urgente, pero pareciera que el gobierno se mira a sí mismo como si quisiera verse mal. ¿Cuál es la representación que el gobierno actual tiene de la problemática de la inseguridad?
Escuchamos sus discursos y pareciera que no viven en esa problemática, no pasa de ser una mera preocupación; este no se va a resolver con policías, ni con estrategias policiacas, se requiere de los actores sociales, se requiere la participación ciudadana, se necesita la fuerza moral, la inteligencia social y la respuesta estratégica de todos; por eso insistí en que para hablar se necesita quien escuche, pero, esto último no sucede; escuchar, hacer presencia, participar, son estrategias que pese a su poco significado en las prácticas gubernamentales, resultan significativas a la hora de practicarlas.
Para hacerlo, es necesario la apertura, ya van seis meses y, ésta no se ve, entonces esperemos las consecuencias todavía, de lo que falta por venir.
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