Escala de Grises - Justicia para todas

En opinión de Arendy Ávalos

Escala de Grises - Justicia para todas

 

Jessica González Villaseñor salió de su casa para reunirse con un amigo. El pasado 21 de septiembre, luego de no tener noticias de ella, fue reportada como desaparecida en Morelia, Michoacán. Tras cuatro días de búsqueda, las autoridades encontraron su cuerpo.

El 25 de septiembre, la Fiscalía del estado informó que “derivado de trabajos de investigación, fue localizado el cuerpo sin vida de Jessica González Villaseñor”, a través de Twitter. La joven de 21 años tenía alrededor de 72 horas de haber sido asesinada.

El fiscal general del estado, Adrián López Solís y el gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles, lamentaron este feminicidio y aseguraron que no quedará impune. En los últimos días, la Fiscalía de Michoacán ofreció una recompensa a quien entregue información que permita la aprehensión de Diego Urik Mañón Melgoza, presunto feminicida de Jessica; quien —hasta el cierre de esta columna— sigue prófugo.

En Twitter, como cada que se da a conocer un feminicidio, circuló la etiqueta #JusticiaParaJessica en diferentes contenidos: su ficha de desaparición, fotos e información de su presunto feminicida y los posibles cómplices del caso, palabras de indignación y fotos de Jessica marchando con sus amigas por la violencia de género.

Uno de los contenidos más dolorosos fue el video en el que la joven profesora de educación básica se presenta con sus estudiantes al inicio del ciclo escolar. Jessica, como las otras diez mujeres que, según las estadísticas, fueron asesinadas ese mismo día en México, salió de su casa con toda la intención de regresar.

En Michoacán, colectivas feministas convocaron a una jornada de protestas para exigir la investigación y resolución del caso. El mismo viernes 25, frente al palacio municipal, decenas de mujeres se reunieron a gritar consignas como “Ni una asesinada más”, a prender veladoras y luces en memoria de Jessica, entre otras actividades.

De acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), Morelia es el sexto municipio con más carpetas de investigación iniciadas por feminicidio en todo México.

El 22 de septiembre, en Coahuila, se reportó la desaparición de Alondra Gallegos. Su cuerpo fue encontrado el 26 de septiembre.

En Cuautla, Morelos, se encontró el cuerpo de Judith y Sofía (madre e hija, respectivamente); ambas reportadas como desaparecidas los primeros días del mes.

El 24 de septiembre, en Zacatecas, Carmen (conocida como “Caramelo”) fue asesinada al salir de su casa.

El sábado 26, en Chiapas, el cuerpo de Nayeli fue encontrado en una carretera de Comitán.

Los anteriores son únicamente los feminicidios retomados por los medios de comunicación el fin de semana. Sin embargo, como lo he repetido en diferentes Escalas, en México asesinan a 11 mujeres cada día por razones de género.

Todos los días, el 97% de estos crímenes de odio quedan impunes. Se abren carpetas que se pierden o se simulan investigaciones que no se realizan. Todos los días los culpables quedan libres o ni siquiera se persiguen.

Todos los días, once mujeres son asesinadas por sus parejas sentimentales o sexuales, por sus amigos, por sus padres, por sus hijos o por desconocidos que las odian por el simple hecho de ser mujeres.

Todos los días, las mujeres leemos aterrorizadas que una más de nosotras fue víctima de feminicidio y circulan etiquetas en Twitter exigiendo justicia por un nuevo nombre, y nos manifestamos como podemos desde donde podemos, y se nos parte el alma.

Cuando exigimos justicia por ellas, por todas, nos referimos al castigo de sus feminicidas, a la vinculación de los cómplices, al cumplimiento de la ley, que es lo mínimo que podemos esperar. Justicia sería que siguieran vivas. Pero aquí seguimos, con una rabia que nos hierve la sangre, con un dolor que nos pesa en el cuerpo y con una sed de justicia que no calmarían océanos enteros.

#28S

El pasado domingo, como parte del Día de Acción Global por el Aborto Legal y Seguro se realizaron manifestaron en la Ciudad y el Estado de México para exigir la despenalización del aborto en todo el país.

El lunes 28 de septiembre, un grupo de mujeres vestidas de negro, con la cara cubierta y pañuelos verdes atados en diferentes partes del cuerpo iniciaron una marcha del Monumento a la Revolución al Zócalo de la CDMX.

Antes de llegar a su destino, fueron rodeadas [encapsuladas] por elementos de la policía capitalina que utilizaron extintores para disuadir al contingente feminista y, según reportes oficiales, para apagar el fuego que había llegado a sus pies.

Por otro lado, las denuncias en redes como Facebook y Twitter indicaban lo contrario.  Con fotos y videos se documentaron las diferentes agresiones de la policía. Además de los extintores dirigidos hacia el rostro de las manifestantes (en el que vieron fuego, aparentemente), la policía les lanzó “palomas” y gas lacrimógeno.

En unas lamentables declaraciones, antes de dicho incidente, la jefa de gobierno de la CDMX declaró que no entendía el motivo de la protesta por parte de “mujeres que se tapan el rostro y luchan por la Interrupción Legal del Embarazo en una ciudad que tiene 23 años de tener este derecho”.

Aunado a esto, se pronunció en contra de la represión policial y dijo que se están “cambiando los cuerpos policiales para que no haya un cuerpo represivo, sino sencillamente de apoyo para la contención y la protección civil”.

Yo creo que todavía no cambian a la policía, porque mire nada más todo lo que pasó. ¿Pues no que nada más iban de apoyo? Protección civil debieron llevar las manifestantes para contrarrestar los efectos del gas en sus ojos.

Como al parecer a Claudia Sheinbaum no le ha quedado muy claro el asunto, aquí le resuelvo un par de dudas. Las mujeres marchan con el rostro cubierto para no ser identificadas y doxxeadas (investigar y publicar información sobre una persona sin su consentimiento) como ocurrió con una de las donadoras a la antigua sede de la CNDH, cuyo nombre no será mencionado aquí.

¿Por qué luchamos por el aborto en una ciudad donde ya no está penalizado? La Ciudad de México es la capital política del país, eso debería tenerlo bien estudiado, pero bueno. Acá la respuesta. Aunque en la ciudad este derecho esté vigente, hay 30 estados en México donde se sigue encarcelando a las mujeres por decidir sobre sus cuerpos.

Seguimos luchando, cada quién desde sus trincheras, porque no deseamos que nadie viva la culpa ni la criminalización que implica para la sociedad el acto de abortar. Porque no queremos que las mujeres con bajos recursos sigan muriendo a causa de los abortos clandestinos. Porque es un tema de salud pública que nos concierne a todas, porque de eso se trata la empatía.

 

 #AbortoLegalYa

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