Escala de Grises - Después del 8M

En opinión de Arendy Ávalos

Escala de Grises - Después del 8M

 El 8 de marzo, como cada año, las mujeres de México y otras partes del mundo se reunieron para conmemorar el Día Internacional de las Mujeres. Con marchas en los principales puntos de las ciudades, actividades culturales, consignas y otras expresiones artísticas, las calles se pintaron de morado para dar paso a las exigencias de las mexicanas.

 

Justicia para las mujeres asesinadas y sus familias, un sistema de justicia con perspectiva de género que castigue a agresores y feminicidas en lugar de privilegiarlos con la libertad, seguridad para caminar tranquilas por las calles, instituciones que realmente hagan su trabajo y el respeto de nuestros derechos fundamentales son algunas de las tantas cuestiones que se abordaron el sábado pasado.

 

A pesar de que cada una de las solicitudes al Estado es absolutamente legítima (porque el único objetivo es vivir con igualdad), aún hay personas que se lamentan por las paredes y los monumentos o que aseguran que “esas no son las formas”. La duda aquí es: ¿cuáles son las formas correctas para “pedir por favor” que dejen de matar a 11 mujeres cada día (todos los días)?

 

¿De qué forma se espera que las mujeres denuncien las múltiples fallas que el gobierno (en cualquiera de sus administraciones) ha tenido para garantizarnos seguridad o, por lo menos, cuidar nuestra integridad? ¿Cuáles son las formas correctas de visibilizar las múltiples formas de violencia a las que nos enfrentamos desde el primer día, nada más por una cuestión de género?

 

¿Cómo se exige de manera correcta que el Estado se haga responsable de prevenir y eliminar las agresiones que vivimos (en mayor o menor medida, según nuestras características) en todas las esferas a las que pertenecemos? No hay formas correctas de expresar la impotencia que provoca la injusticia, la negligencia y la ineptitud de las autoridades, la ignorancia de la sociedad.

 

Eso ya debería de haber quedado claro; pero me tomo el atrevimiento de mencionarlo en este espacio como un recordatorio de que las protestas no están para cumplir expectativas de nadie. En una idea completamente errónea del feminismo, hubo personas que solicitaron que aquellas mujeres que no cumplieran con los estándares de “lo correcto” se abstuvieran de ir a la marcha.

 

Bajo argumentos ad hominem que no tienen ni pies ni cabeza, el objetivo era demeritar el puño en alto de mujeres que, de acuerdo con la sociedad, no merecían exigir justicia. Esto nos demuestra el largo camino que nos queda por recorrer en materia de perspectiva de género.

 

Los motivos que nos impulsan a protestar el 8M no se limitan a un día y las demandas van mucho más allá de si todas las mujeres nos caemos bien o tenemos la capacidad de ser mejores amigas. El objetivo es gritar, hasta que nos escuchen, que sin importar nuestro récord de buenas o malas obras, siempre vamos a querernos libres, seguras y vivas. Y siempre vamos a exigir justicia para las víctimas.

 

Siempre.

arendy.avalos@gmail.com

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