El poder de la sociedad

En opinión de Juan Salgado Brito

El poder de la sociedad

El poder de la sociedad es el poder del pueblo, la fuerza de la ciudadanía que influye con voz y voto en los destinos de su comunidad, Municipio, Estado o el País; la fuerza de la gente puede lograr lo que muchas veces ni se imagina, inclusive más allá de lo que puede ser y hacer la sociedad organizada; hoy merced a las redes sociales, los medios de comunicación y otros instrumentos como el rumor, los comentarios de boca en boca, reuniones, manifestaciones, etc., las ciudadanas y ciudadanos pueden definir la situación de una autoridad o gobierno y el rumbo de políticas y programas por aplicarse. Es ahí en estos casos donde puede verse y valorarse el poder social y político que incide en la vida pública, de ahí que el poder de la sociedad es determinante para todo cambio y de ahí también de que en política lo mejor es conceder que ceder, conceder fortalece y ceder debilita. Todo gobierno y autoridad debe tener presente el poder de la sociedad para sus determinaciones pues siempre será mejor gobernar con el máximo de consenso social y el mínimo de coerción.

 

Con base en el artículo 9 constitucional todos los ciudadanos de la República tienen derecho de asociarse o reunirse pacíficamente con cualquier objeto lícito y el artículo 39 de nuestra Carta Magna define que la soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo, por eso la fuerza de la sociedad, el poder del pueblo, además de tener sustento jurídico tiene una gran consistencia moral que permite a la ciudadanía tomar la iniciativa y emprender acciones para transformar la realidad económica, política y social de la población y de todo gobierno. Solamente con organización, con sensibilidad, con entusiasmo y emoción social, los liderazgos de todos los sectores pueden hacer valer la fuerza y el poder de quienes representan para lograr los cambios que urgen para superar desigualdades, injusticias y falta de oportunidades; así como contribuirán mejor a que tengamos instituciones fuertes y a que cristalicen los ideales y objetivos de justicia social.

 

Autoridad y poder son elementos sustanciales de la fuerza del Estado y de la sociedad, tanto en el gobierno como entre la ciudadanía la autoridad más que imponerse debe merecerse; esto implica poder de persuasión y capacidad de conciliación; así, el Estado de Derecho y la participación ciudadana seguramente son garantía para la estabilidad, tranquilidad y bienestar de todos.