Cuando sea demasiado tarde… - Clases Sociales (lo que sea que eso sea).

En opinión de Gabriel Dorantes Argandar

Cuando sea demasiado tarde… - Clases Sociales (lo que sea que eso sea).

            Esta semana salió publicando un estudio del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, que me extraña que no hayan querido hacer con esta institución lo que han hecho con el CONEVAL y el INEE, pues al parecer la mejor manera de evitar indicadores vergonzosos es desapareciendo a las instituciones que los producen. Pues bien, dicho estudio lleva como título “Cuantificando la Clase Media en México”, cuya tesis sostiene que existen tres clases sociales diferentes en México a partir del estudio de su capacidad adquisitiva. El desarrollo de la metodología está interesante, y aunque sus estadistas suelen ser la mar de arrogantes, su trabajo suele venir debidamente fundamentado. Ellos mismos (INEGI, 2022) sostienen que no es lo mismo clase baja que pobreza (y me llama la atención que los documentos traen fecha del año pasado), y justifican el uso de la palabra “clase” a partir de un desarrollo interesante pero que hubiera agradecido contara con referencias bibliográficas. Personal y profesionalmente considero que el INEGI hace buenos trabajos y, aunque no están exentos del error y la política, suelo darle crédito a los indicadores que producen.

            Así que bien, resulta que los mexicanos nos dividimos en tres grandes clases sociales (poco sorpresivamente): baja, media, y alta, en virtud del ingreso promedio. No voy a adentrarme en el cálculo de este indicador porque me gustó lo que leí de la metodología, pero aquí es donde los números se ponen interesantes. Lamentablemente hablan de ingresos promedio, pero no mencionan las desviaciones pertinentes, por lo que es difícil estimar las fronteras entre uno y otro. Sin embargo, sostienen que aquellos individuos que ingresen 13 mil pesos al mes, pertenecen a la clase baja (que a ojo de buen cubero debe de ser más menos 4 o 5 mil pesos, lo cual deja en el limbo a todos aquellos que ingresen menos de 8 mil al mes), aquellos que ingresan sobre los 24 mil morlacos (con su respectivo más menos 5-7 mil pesos) pertenecen a la clase media, y una muy distante clase alta, con ingresos de casi 80 mil pesos al mes en promedio (los redondeos son míos y están tantito para arriba, ahora explico por qué, pero no hay manera de estimarle el más menos a la clase alta porque la distancia entre ésta y la anterior es abismal).

            Lo primero en lo que pensé (no con cierta ironía) fue la estupidez de los “suelditos” de 50 mil pesos (Infobae, 2020, 15 de diciembre), sobre todo porque Samuel García representa a la nueva generación de políticos mexicanos, no sólo por lo aberrante que es su comentario y lo mucho que refleja su manera de pensar, sino porque la cifra le pega con precisión casi quirúrgica a la frontera entre la clase media y la clase alta de los datos presentados por el INEGI. Si usted ingresa entre 40 y 50 mil pesos al mes, muchas felicidades, pues está usted en la frontera entre una y la otra. Además, es interesante subrayar que la metodología del estudio habla de familias, no de individuos, por lo que se puede hablar del ingreso en conjunto. Lo mejor de tal situación es que, así como hicieron que el Commander in Absence fuera gobernador, no va a faltar el político creativo que piense que García pueda ser presidente de la República. Así como va la pendiente, hay que echarle muchas ganas para ser peor que el pelmazo en turno, y Samuel es un “contender” en esa división. Creo que le voy más a Eugenio Derbez.

            Lo verdaderamente sustantivo de este argumento son los números, y aquí es donde el estadista tuerce la r de Pearson. Si su familia ingresa en conjunto sobre los 24 mil pesos al mes, en automático queda usted fuera del mercado inmobiliario. Su única opción es contratar un crédito Infonavit para adquirir una casa con valor de dos millones de pesos, lo que se traduce en una casa o un departamento de interés social (o de esas casas “oportunidad”), a un plazo de treinta años. Vamos a decir que usted termina de pagar su casa en 10 años, lo que le permitiría volver a circular el dinero para otro crédito de mayor valor. Por decir un número, una casa de tres millones de pesos, que tal vez ya no sea de interés social, pero en definitiva no estará cerca de los centros urbanos relevantes (lo cual involucra la compra de uno o dos vehículos también). No debemos olvidar que su ingreso de 24 mil pesos, para dentro de 10 años será, y de todo corazón se lo deseo, de 34 mil pesos al mes, lo cual le tomará otros 10 años (si no es que 20) terminar de pagar la casa. Después de 25 años tendrá usted la posesión absoluta de una propiedad de 3 millones de pesos, y veo ya un poco difícil que, para entonces, a la edad de 50 o 60 años, pueda usted conseguir otro crédito hipotecario para la siguiente casa, la de 5 millones de pesos.  

            Una búsqueda rápida en OCC, me indica que, como Psicólogo, puedo aspirar a un ingreso que va de los 6 mil pesos al mes, hasta los 18 (muy posiblemente antes de impuestos). Según los datos de gobierno mismo, ya me quedé fuera del juego. Según los cálculos presentados en el párrafo anterior, si gano 12 mil pesos al mes, ya sólo podré adquirir una casa de un millón de pesos, de esas casitas de una habitación y baño multifuncional (te bañas, te lavas los dientes, y haces del 2 en un metro cuadrado de espacio), con la esperanza de terminar de pagarla dentro de 10 años. Aquí es donde el problema se pone más serio, y le dejo a usted, apreciado lector, la interrogante, porque yo desconozco la respuesta. ¿Qué va a pasar con todas las casas valuadas por encima de 5 millones de pesos? Si una persona adquirió hace 30 años una casa con valor de 3 millones de pesos, hoy en día dicha propiedad debe valer 10 o 15 millones, y esta realidad aplica a todas las casas que no son Geo o Ara, o de esas colmenas de casitas que nada más de ver hace que uno considere sacarse los ojos. Tengo entendido que el mercado inmobiliario está prácticamente congelado, y el mercado de las casitas de interés social también se ha venido a pique. Si se detiene el mercado inmobiliario irremediablemente, ¿qué le sucede al resto de la economía del país? ¿Cuánto dinero se va a congelar en los bienes raíces, y qué repercusiones tendrá a mediano plazo?

            Por lo demás, Morelos sigue ardiendo. Esta semana aparecieron narcomantas (hay que cambiarle el nombre, el término era más romántico en virtud de lo improvisados que eran, sugiero “narcolonas”) con su respectivo depósito de porciones de individuo envueltos en bolsas de basura para darle énfasis al mensaje. También hubo una balacera dentro de un bar en la capital de la ciudad y como ya empieza a ser costumbre, simplemente no va a pasar nada. Como en la balacera de Forum y las muchas otras más acaecidas en territorio morelense, simplemente no se dice nada y esperamos la siguiente porque ni tiempo va a dar de realizar la pesquiza. Supongo que ha comenzado el camino a las elecciones del 2024, y de aquí para entonces la cosa sólo se va a poner peor.

Así que como siempre, abrace usted a los suyos y si no tiene a qué salir, le ruego no lo haga porque esta economía no ha muerto, pero diría que le quedan cuando mucho 10 años.

 

INEGI. (2022). Clase Media. Instituto Nacional de Estadística y Geografía. Disponible en línea: https://www.inegi.org.mx/investigacion/cmedia/ Consultado 22-07-2022 12:00 hrs.

Infobae. (2020, 15 de diciembre). Samuel García volvió a desatar la indignación: aseguró que se puede ser feliz con un “sueldito” de 40-50 mil pesos. Infobae. Disponible en línea: https://www.infobae.com/america/mexico/2020/12/15/samuel-garcia-volvio-a-desatar-la-indignacion-aseguro-que-se-puede-ser-feliz-con-un-sueldito-de-40-50-mil-pesos/ Consultado 22-07-2022 13:00 hrs.