Caricatura Política - Otra marrullería del Chamuco de Tabasco

En opinión de Sergio Dorado

Caricatura Política - Otra marrullería del Chamuco de Tabasco

 

            Vivir en el norte de Cuernavaca es en ocasiones inconveniente, como me sucedió el martes pasado como a las tres de la tarde. Al regresar del trabajo, con ganas descansar en casa después de la jornada cotidiana, el tránsito era un caos insoportable. La glorieta de Buenavista, donde confluyen varias arterias provenientes de los cuatro puntos cardinales, estaba bloqueada por cientos de automovilistas varados y desesperados.

Los transportistas del oriente de Morelos bloquearon primero la calle Gutenberg del centro de la ciudad, en el mero corazón del centro histórico, donde tuvo su origen el caos vehicular. No conformes con ello, sin embargo, sitiaron después la glorieta de la Paz, que se encuentra en la salida a la Ciudad de México. La inmovilización del tránsito duró al menos un par de horas, con la amenaza de los transportistas de subir el tono a sus acciones de protesta en caso de que no se cumpla su demanda. Así que si sucede un nuevo bloqueo en los próximos días, no se sorprenda usted, estimado y único lector. Así nos toca vivir.

Por otra parte, queremos ser optimistas y pensar que en el ánimo de hacer respetar la ley de un estado caótico que no encuentra brújula ni orden, la Secretaría de Movilidad y Transporte desconoce hoy la irregularidad de los permisos provisionales que el famoso Chamuco de Tabasco, el ex gobernador de Morelos, extendió por centenares a estos transportistas con la pretensión de mercar votos en favor de su hijastro Rodrigo Gayosso, su delfín por la gubernatura de Morelos para el sexenio 2018-2024, la cual por cierto perdió estrepitosamente ante Cuauhtémoc Blanco. Y claro, con la venta de estos permisos, el Chamuco se embolsó otra morralla que adicionó a los miles de millones que robó a Morelos.

Por un lado, los transportistas tienen razón, pues los permisos del Chamuco tuvieron un costo que aquéllos cándidamente desembolsaron, atraídos por recompensas prometedoras una vez que Gayosso tomara la gubernatura del estado. Porque si alguien era especialista en embelesar idiotas, era el tabasqueño, que por seis años hipnotizó al Morelos más ingenuo con un discurso de campeón nacional en todos los rubros del servicio público. Los transportistas fueron uno de los bobos crédulos que fueron adormecidos con el péndulo oscilante del psicoanalista perverso y en el pecado llevan la penitencia.

Por otro lado, la Secretaría de Movilidad y Transporte debe aplicar la ley, como intento de encontrar la brújula perdida de Morelos, donde cada quien hace lo que se le pega la gana y sin importar afectaciones a terceros, y además sin consecuencias derivadas de la irresponsabilidad. Desde luego que para ello se requiere calidad moral del sector público y el deseo genuino de erradicar la corrupción primero en casa, si es que continúan los malos hábitos, para tener así la cara y las manos limpias y aplicar la ley con rigor a quienes cayeron en el engaño del Chamuco, y al Chamuco mismo.

Más allá de mi molestia y la de muchos otros automovilistas que resultamos afectados por el bloqueo, el enfado aumenta al continuar encontrando en Morelos las fechorías del Chamuco en cada hoyo y a cada rato. Corruptelas por aquí y corruptelas por allá, todas ellas de diversas dimensiones, pero el engendro, aun cuando despide azufre hasta por la trastienda de su fodonga humanidad, continúa inmune e impune, y hasta burlándose de los morelenses porque se sabe intocable y muy superior a los gobernados.

Ojalá que la sociedad no olvide la promesa mayor del actual gobernador de Morelos, que fue la de asegurar prisión a familia tan distinguida en el manoseo de recursos públicos a plena luz del día. Tanto el Chamuco, la Chamucota y el Chamuquillo saquearon a Morelos a mansalva, con premeditación y ventaja. Todo a su ancho gusto y sin medida alguna, justo como han hecho los sinvergüenzas más distinguidos de México. Por eso el gobernador de Morelos debe preocuparse por cumplir su promesa, por consumar su ofrecimiento de campaña en el que todo Morelos creyó y se volcó con su voto de confianza por el exfutbolista.