Caricatura Política - La historia en Morelos no sirve de nada

En opinión de Sergio Dorado

Caricatura Política - La historia en Morelos no sirve de nada

Con frecuencia se afirma que la única utilidad dela historia es servir como marco para no repetir los errores del pasado. Dicho que,aunque muy cierto, no aplica en el establo de los representantes ciudadanos de la legislatura 54, quienes a casi un mes de haber tenido que aprobar el presupuesto 2020 –o sea, el 15 de diciembre del 2019-, siguen de vacaciones “decembrinas”. Hecho que si no se resuelve a la brevedad, obligará al Ejecutivo, para este año, a ejercer el mismo presupuesto del año 2019.

            El colmo de esta tragedia legislativa, sin embargo, es que el 2020 no sería el primer año con este retraso impune. Cabe recordar que el presupuesto 2019 no fue aprobado en el tiempo oficial requerido, y éste, por negligencia, nulidad o llámelo usted como guste, operó con el mismo presupuesto del año 2018. Por eso, si el de 2020 no se aprueba pronto, sería en realidad el segundo año sin aprobación de presupuesto.

            Pero no solamente es el asunto de la dilación presupuestal que hoy nos ocupa lo más grave del asunto, sino la discrecionalidad rapiña con que los legisladores se sirven sobre el erario público, su rechazo a la fiscalización y otros temas opacos respecto a la gestión tanto de la legislatura 54 como de la 53. Hacienda acaba de declarar que la deuda del estado permanece en los 8 mil millones de pesos, que fueron los que la 53 autorizó, con sus respectivos moches parlamentarios, a Graco Ramírez Garrido Abreu, exgobernador de Morelos, en un préstamo que ningún beneficio trajo al estado sino al bolsillo político personal.

            Pero la 54 nada ha aprendido de su antecesora y no sólo sigue en lo mismo, sino que ya la supera en cinismo a la 53. A la fecha, nadie sabe la manera en que el Congreso gasta los recursos del estado. La opacidad, a más de un año de ejercicio, sigue refundida en una cueva de oscuridad que a muchos morelenses molesta hasta el tuétano. Porque cuando no se quiere arrojar luz sobre la oscuridad, es que algo grande se esconde. Los legisladores llegan a la representatividad ciudadana mediante el voto popular con un único propósito, que es el de enriquecerse a la brevedad posible, pues después de su período de gestión, se pierden en la nada.

            Además, para colmo de males, los servidores públicos roban sin consecuencia, si no indague usted, ente otros delincuentes políticos, sobre Hortencia Figueroa Peralta, Francisco “Paquito” Merino Moreno, Julio Espín Navarrete, Beatriz Vicera Alatriste, Silvia Irra Marín, ex integrantes de la maleante legislatura 53 y sus 30 ladrones, quienes siguen caminando muy campantes por las calles morelenses y silbando disimulados hacia la loma cuando debieran estar refundidos en la cárcel de Atlacholoaya a puro pan y agua.

            Por favor, estimado y único lector, para el próximo fin de año 2020, no se olvide del desempeño de la Legislatura 54, cuando no pocos cínicos intentarán reelegirse como diputados, lo que usted, con su voto inteligentemente razonado, es quien puede evitar. Y claro, seguir en busca de la manera de meterlos en chirona para que la historia de Morelos sirva de algo.