Caricatura Política - ¡Irra nomás!
En opinión de Sergio Dorado
A veces enfada tener que estar recordando a usted, estimado y único lector, sobre acontecimientos de Morelos relativamente recientes. Sí, está bien que la encomienda vocacional del periodista es informar a la sociedad sobre temas de interés local cueste lo que cueste, pero también habría de poner usted, por su lado y por conciencia moral, un granito de arena y no nada más estar ahí apoltronado en el sitio más apacible y cómodo de la casa, esperando que todo aterrice peladito y a la boca.
¡Conchudo!
Más allá del fastidio momentáneo, sin embargo -y porque hay días en que usted, estimado y único lector, me cae re-que-te-bien (¡había que confesarlo y se confesó!),hago majestuosa excepción y le sugiero se acople mejor a su poltrona; así, de ladito, si gusta, para que me permita a tiempo apropiado informar que la ex diputada de la mafia 53, Silvia Irra Marín, de quien lo más seguro es que ya ni se acuerde usted (¡conchudito!), tiene orden de aprehensión por pertenecer al “Club Hortencia y su Hilerita de Gusanos Amarillos y Pinchurrientos”, mejor conocido como CHHGAP, obra teatral con exitazo rotundo en la calle Matamoros a lo largo de los años 15 al 18, y que desgraciadamente se ha borrado de la cultura mundial por el advenimiento de la invasión italiana.
En este elenco hubo hasta barítono de lujo extremo para amenizar el Pleno del Congreso del Estado de Morelos 2015-2018, después de levantar el telón. Escenario al que “Paquito” Moreno arribó sin camisa al ambientazioney con unas borras de algodón negro plantadas en el pecho, que lo hacían más varonil, por cierto, empezó la ópera; y claro, el aplauso cerrado de la audiencia y de Espín, de Álvarez y de la misma Hortencia “N”, entre otros miembros de la banda que, con billetes de dólar acababa de lustrar sus pitos con los que magistralmente acompañaron -en bu bemol más bien flojito-, al chaparrito de marras.
Y déjeme contar a usted que como nunca estuvo la gloriosa banda en el acompañamiento de un “Andrea Bocelli” disminuido de tamaño, muy cierto, pero con un vozarrón más cabrón que el del italiano. ¡Lo juro! Incluso algunos fifíes medianos llegaron a la exageración de declarar en prensa que las primeras cuarteaduras del Legislativo de Matamoros las produjo la “Tuba de Morelos”, como llamaban a “Paquito” Moreno sus amiguitos de entonces, un día que se le escapó un gas al mismo tiempo, aunque bien afinado, ¿eh?
Y todo en italiano, no vaya usted a creer que en pinchurriento español de barrio; ya lo conozco luego con sus ocurrencias impertinentes, canijo. ¡No, hombre! ¡Apoltróneseme bien, carajo, y vea usted por la ventana! Imagínese a usted mismo en el Mediterráneo, con una Peroni espumosa y los ojos entrecerrados pero bien hacha del exterior, viendo las olas romper en las tetas perfectas de una hermosura etíope. ¡Digo, cómo no se va a enamorar uno así! ¡Hasta sin comer camarones, chingá!
“Quandosono solo sognoall´orizzonte e mancan le parole, si lo che non, c´e luce in una stanza…”–canta “Paquito” una de Bocelli en el oído de Morelos que se derrite en miel hasta Jojutla, melancólico por la dulzura de una flauta precisa y maciza interpretada por Elena Cepeda, que con los cachetes bien inflados encuentra un querubín con un sol altísimo. Y agudo, agudo, agudo, así hasta que “Paquirrín”, en un ademán por demás apasionado pero equívoco, le resume la flauta en los cachetes por accidente, pero retoma la batuta a tiempo… “Por ti, volaré, espera que llegaré, mi fin de trayecto eres tú para vivirlo los dos…”.
¡Pero se ha quedado dormido usted, con un carajo! ¡Shhht,shhht, despierte! Sí ya sé que es la misma cantaleta de siempre pero qué va a hacer usted con la cotidianidad cultural que viste y reviste al chinelo de Morelos.
Bueno… ahí le va para cuando se desmodorre usted, güevón: Se han cateado propiedades de la exdiputada Silvia Irra Marín y parece que la última vez que fue al baño en una de sus propiedades, y según peritos expertos en cacofonía de la Fiscalía, no ha hecho más popó ahí desde hace más de un año (aunque no precisaron el día u hora exactos como lo hacen los gringos, ¿eh?).
Los sabuesos, por otra parte, todavía no consiguen la plantilla de ADN de la diputada para seguirle la pista, pero tienen un rastro cacofónico de alguna vez que Irra Marín, después de un arduo día de la Comisión del Trabajo, ingirió cecina pasada y pintó una raya color barniz diluido desde la recámara principal hasta la taza del baño bañado con plata de Taxco, y ahora también con crema de maní de Coyuca de Benítez, Guerrero. De ahí se agarró ADN.
Por otro lado, “Paquito” dejó un caminito de borras negras a lo largo de la huida, pero no ajustaron ni para llegar a La Pera, donde se pierde la huella del enigma en un laberinto confuso e inextricable; algunos dicen -ya ve que no faltan- que el pequeño tiene exitazo en otro estado donde ya usa borlas grises en el pecho rodeado de edecanes. Digo, el tiempo no pasa en balde, amigo. Sin embargo, otros abusivos del CHHGAP que estuvieron en el concierto monumental del trienio siguen gozando de cabal salud; y gracias por preocuparse.
¡Irra nomás!