Breves de Abogados y Políticos - La ¨cajita feliz¨ no fiscalizada
En opinión de Alejandro Corona Markina
El Tribunal Superior de Justicia ha tenido desde siempre esa famosa “cajita feliz” (nunca auditada), llamada Fondo Auxiliar para la Administración de Justicia. Allí van a parar las multas, pensiones alimenticias, fianzas, pago de edictos, cobros por expedición de copias certificadas y un largo etcétera que corresponde a cualquier ingreso diverso que tenga el Poder Judicial del Estado.
De allí salió el dinerito para que el presidente del Tribunal Superior de Justicia, Luis Jorge Gamboa Olea, hiciera tremendos fiestones el pasado fin de año: uno de élite para magistrados, jueces (y cuates) y otro para la tropa, o sea el resto de los trabajadores del Poder judicial.
En el primero de los festejos, se rifaron viajes a las Vegas, Nevada, en los Estados Unidos, para nuestros sacrificados magistrados y en la otra pachanga, el sorteo fue de automóviles. Seguramente el señor Gamboa no le cuadra eso de la “Austeridad Republicana”, pues “modosito” y “fifi” como es, le viene valiendo un cacahuate, pues para ese tipo de neoliberales, no hay mayor placer que el hecho de gastar el dinero ajeno o sea del erario.
¿Cuánto dinero hay en la cajita feliz? Mucho, mucho, mucho. No se sabe cuánto, ya que no se audita y aumenta su caudal de forma constante, pues todos los días hábiles hay ingresos por servicios de copias certificadas, fianzas, edictos, multas y pago de pensiones alimenticias, muchas de las cuales ya no se reclaman.
Pero la discrecionalidad con a que se maneja este presupuesto, que es extraordinario a los millones que año con año le aprueba el Congreso del Estado de Morelos, debe ser un tema para que al menos, se haga obligatorio rendir un informe específico y comprobable, de cuánto dinero ingresó en un ejercicio fiscal y cuánto -y sobre todo en qué- se ocuparon recursos provenientes de dicho fondo.
Ya en una ocasión, un presidente del Tribunal Superior de Justicia había ordenado dar “bonos compensatorios” a los magistrados, para tenerlos contentos y así lograr la reelección en la presidencia del Poder Judicial.
Próximamente habrán de designarse por parte del Congreso del Estado, nuevos magistrados para ocupar las vacantes que se abrirán en el Tribunal Superior. El Fondo Auxiliar para la Administración de Justicia se convierte en una tentación para que el presidente en turno “empuje” ante los diputados (que no se les da eso de venderse por billetes), la llegada de amigos, que luego le serán incondicionales en los plenos del Poder Judicial.
Lo grave del asunto es que eso de tener una “cajita feliz”, es ahora imitada por los presidentes municipales de Cuernavaca, Temixco y Jiutepec, principalmente. Con toda proporción guardada, el alcoholímetro es la forma en que obtienen fondos, mismos de los que disponen libremente, sin rendir cuentas. Algunos ya hacen su “guardadito” para la próxima elección.
Un ejemplo de lo anterior, es el hecho de que mientras los habitantes de la parte norte de Cuernavaca (principalmente de Chamilpa y Santa María), padecían el pasado fin de semana un insoportable tráfico vehicular por el paso de vacacionistas hacia la Ciudad de México, no hubo allí ni un solo policía que apoyara para agilizar la vialidad, pues al parecer, laboraron horas extras en el alcoholímetro, que es la prioridad de la comandante Alicia Vázquez Luna, y como terminaron desvelados en eso de sangrar a conductores, al otro día no se levantaron ni para ver en la tele el partido de Pumas contra San Luis.