Asesinato de Samir desquicia carreteras
Estudiantes de la Normal de Ayotzinapa tomaron la caseta de Alpuyeca; exigen se esclarezca el crimen En un acto coordinado, alumnos dejaron pasar a los automovilistas; solicitaban “una cooperación”
Estudiantes de la normal de Ayotzinapa tomaron la caseta que se sitúa en Alpuyeca, como una manera de exigir el esclarecimiento del asesinato de Samir Flores, activista que, en vida, se opuso a la termoeléctrica de Huesca.
Al filo de las 15:30, de este domingo, los manifestantes tomaron el control de esa aduana y, asimismo, repartieron propaganda impresa, cuyo título dice: “¡Luchamos por nuestros derechos, nuestros recursos y nuestra vida!” (así… con signos de exclamación).
En un acto coordinado (y encapuchados), los alumnos dejaron pasar a los automovilistas y, al respecto, solicitaban “una cooperación”, para “continuar su causa”.
En el libelo que se prorrateó (conformado por una hoja de papel), se dice: “A 57 años del asesinato de Rubén Jaramillo, su esposa Epifanía, que estaba encinta, y sus hijos Enrique, Filemón, y a 56 meses de la desaparición forzada de los 43 normalistas de Ayotzinapa, denunciamos que la represión sistemática, de la que fueron víctima estos luchadores sociales, se presenta hoy una vez más contra aquellos que se oponen a los intereses monopolios que avanzan en detrimento de los pueblos, los campesinos y los trabajadores”.
Además, aduce: “Denunciamos el asesinato artero de Samir Flores, opositor a la termoeléctrica de Huesca, así como a los opositores del tren Maya; las detenciones arbitrarias de dirigentes, que, desde la llegada del nuevo gobierno, no se han detenido, sino recrudecido”.
Más adelante, continúa: “Ante estas acciones, no nos quedaremos de brazos cruzados (así fue. La presión fue consuetudinaria), las jornadas exigiendo (sic) justicia por Samir se mantendrán y se elevarán ante la inacción de las autoridades”.
Y sigue: “Señalamos que actuaremos contra todo agravio hacia cualquier movimiento, organización y acción que sea reprimida, abierta o encubiertamente. Llamamos a los trabajadores, a los campesinos, a los estudiantes y el conjunto de la clase a no callar ante los agravios que vivimos en nuestras condiciones laborales, contra nuestro territorio y los recursos naturales de nuestras comunidades, ante la seguridad nuestra y de nuestra familia y nuestra propia vida, en un estado que usa la violencia para aplacar el descontento social”.