Árbol inmóvil - Incesante, maltrato infantil

En opinión de Juan Lagunas

Árbol inmóvil - Incesante, maltrato infantil

La pandemia es transversal. Ha acentuado el maltrato infantil (en los hogares). Se trata de un fenómeno que emerge desde distintas aristas; este suceso ha mostrado una sociedad morelense ataviada de belicismo, exclusión y desigualdad. 

Antes eso, la Fiscalía Especializada en Atención a Niñas, Niños y Adolescentes (FENNA) poco ha informado. ¿Y cómo no? fue erigida en el anterior régimen, donde la corrupción se elevó (una suspensión preparada) a niveles inéditos (aún hay secuelas).  

El Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la UNAM desarrolló (hace unos años) un “estudio de caso” de ese ente, para lograr una aproximación a la incidencia del problema. De esta forma, se otearon amenazas diversas, provenientes, en gran medida, de la alta rotación de personal, así como la ausencia de recursos y convenios de colaboración (lo que se prolongó hasta hace dos años). 

La Ley de Desarrollo Social del estado refiere, en el artículo 56, “la importancia de realizar procesos de evaluación para valorar de manera sistemática las dimensiones de diseño, operación e impacto de los programas y acciones…”. 

 

Realidad acerba 

 

Según informes oficiales recientes, la población entre 0 a 17 años corresponde al 31.2 por ciento del total, en donde la tasa de mortalidad por homicidio es de 3.2 por cada 100 mil.  

En su momento, la Procuraduría de Defensa del Menor y la Familia reconoció que el maltrato infantil “es un problema grave en la población menor de 18 años del estado de Morelos, pues existen varios registros que indican la agresión física o psicológica como medio de castigo o práctica de crianza común en las familias”.  

Considerando corolarios de esa dependencia, se determina que hay aún un porcentaje que no emite denuncia, pese a que el tipo de maltrato más frecuente es la “omisión de cuidados”, que abarca: maltrato físico, psicológico o emocional y abuso sexual. Se suma la explotación laboral, sexual con fines comerciales y denuncias de abandono. La atmósfera es cruel, desde donde se observe. 

La entidad es una de las siete del país con las tasas más elevadas de abuso sexual y violencia contra la población infantil. Así lo fijó “Early Institute” (hace tres años).   

Otrosí, esta tierra repunta en asesinatos: la pauta, en el caso de niñas, es de 21 homicidios por cada 100 mil (el nacional es de 19). 

En lesiones en contra de niñas, (por cada 100 mil) de 54 casos, mientras que el nacional, de 36. 

No hay certeza ni combate al crimen. La simulación es un acto ominoso y deliberado. Nadie hace nada. El Mando Coordinado es una quimera. ¿Actos de palabrería? Surgen a partir de la Comisión Estatal de Seguridad. El entorno es una pandemia de olvido y desolación.