AMLO ratificó postura vs. la corrupción: Keila
La Cuarta Transformación posicionó a Morena como primera fuerza política en el país, externó la congresista
En torno al segundo informe del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, la diputada Keila Celene Figueroa Evaristo adujo que el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) ha enfatizado su enfoque: “opuesto a la corrupción, las desigualdades sociales y la exclusión que sufren miles de morelenses”.
En ese sentido, dijo que, a dos años de gobierno, la “confianza de la gente en la Cuarta Transformación permitió posicionar a Morena como primera fuerza política en el país y, parcialmente, en el estado”.
Asimismo, la congresista adujo que en la entidad “se vislumbró una lección de libertad y democracia, donde se eligió a quien debía coordinar sus esfuerzos, por lo que la mejor retribución es no sólo cumplirles, sino escucharlos, atenderles, obedecerles…”. Es decir, “gobernar para y con ellos, con honestidad y eficacia, haciendo más con menos”.
En su posicionamiento, en el Pleno del recinto, la parlamentaria expuso que esta fuerza: “ha dejado claro que su posicionamiento político es opuesto a las desigualdades sociales; a los hechos de corrupción; al modelo económico privatizador; a la injusticia, al autoritarismo, a la pérdida de derechos, al incremento de la pobreza…”.
Ergo, con el inicio del último año de actividades legislativas, caviló: “es momento propicio para realizar un balance que funja como un verdadero instrumento de rendición de cuentas a la ciudadanía morelense, donde se puedan analizar los avances, resistencias e, incluso, retrocesos; todo esto con la finalidad de cumplir los afanes del cuarto gran movimiento social…”.
Figueroa Evaristo externó que los cambios “factuales y normativos de la política y de las instituciones han puesto -de nueva cuenta- en la mira aquello que nos recordaba fervientemente Francisco I. Madero: “El poder público no puede tener otro origen ni otra base que la voluntad nacional”; esta frase deja claro que hay que mandar, obedeciendo…”. Y, sobre todo, “… aboliendo cualquier capricho como razón de Estado”.
Precisó que los asambleístas tienen que entender que el “bien común” de los representados debe estar “por encima de nuestros legítimos disentimientos, sin que esto implique que callaremos nuestras voces ante ninguna ignominia, o que dejaremos de impulsar acciones legislativas en beneficio de todos…”.