¿AMLO es la ley?

En opinión de José Román

¿AMLO es la ley?

Ya lo dijo Cicerón hace 2060 años: “El presupuesto debe equilibrarse, el tesoro debe ser reaprovisionado, la deuda pública debe ser disminuida, la arrogancia de los funcionarios públicos debe ser moderada y controlada, y la ayuda de otros países debe eliminarse, para que Roma no se vaya a la bancarrota. La gente debe de aprender a trabajar, en lugar de vivir a costa del Estado”

No hemos aprendido la lección, no hemos sabido elegir porque no elegimos al mejor presidente, sino al mas ganador en el verbo, en la promesa hueca, en la falsedad de que elegirlo era “por el bien de todos” El resultado de cual es su personalidad real la tenemos a la vista: tintes directos de un dictador cuando trata mediante decreto de imponer silencio a las protestas e inconformidades de los afectados y de los ciudadanos inconformes con sus obras por afectar según opiniones de esos opositores, el interés social o el interés individual. ¿Qué va hacer el congreso en su conjunto? ¿Se va ir a juicio a la suprema corte quien en este caso tiene la última palabra? ¿Se quedarán callados?, ¿consentirán tamaña insensatez a la razón y a la cordura de la congruencia? Porque todos estamos en problemas con este decreto, mentira que solo algunos (los siempre inconformes), sino todos nosotros. Bajo este argumento AMLO está legislando sin haber sido electo para ese papel, pero hay más, AMLO está pasando por encima de la constitución y de las leyes debidamente aprobadas por el cuerpo legislativo legítimamente electo por el pueblo, ese pueblo que reza la constitución que puede darse el gobierno que se le antoje porque es soberano y democrático, es decir, de las mayorías. Pero si AMLO dice que le vale, Usted, yo, cualquiera estamos en aprietos y a merced del poder, o sea, en este caso elegimos a nuestro verdugo, no a nuestro guía o a nuestro líder, sino al dictador que, según su mal o buen humor de hoy, dictará las medidas que se le antoje para lo que él y solo él y nadie más que él considera el bien público, los demás, velemos…nada. Puede demoler nuestra propiedad, fijar el valor, determinar cuándo como y además con quien y con que debe de hacerlo sin que tenga que rendir cuentas ni ajustarse a la congruencia de la realidad. Él, AMLO, de acuerdo a este decreto es la realidad y la sabiduría, el sabelotodo y puede hacer con nuestro dinero que todos aportamos mediante impuestos directa o indirectamente lo que se le antoje.

Todo desde luego bajo el argumento de que, si se somete a las leyes, las cosas no se harán como el desea, ni como la sociedad desea, o como la sociedad mediante las legislaciones determine. No pensó en reformar leyes para ajustar esta realidad que desea, no, pensó como Fidel Castro, su ídolo y como Maduro el dictador, su amigo e invitado a nuestra máxima celebración nacional que fueron las fiestas patrias. Es decir, pensó como Luis XVI: “El   estado soy YO” El peligro no medido es que no se razona en el futuro en el furor de su ambición y manejo del poder porque esto mismo si se sienta el precedente, lo podrá hacer el próximo presidente que no sabemos de que partido ó que ciudadano llegue al poder. Está entregando una pistola AMLO a un potencial ambicioso en el futuro para que apunte directamente al corazón de su sociedad y dispare…los cañonazos de decreto que de lleno pega en la cara de nosotros los votantes indefensos y sin posibilidad de decir que no al poder presidencial. Pero algo más, el precedente que sustenta también repercute en los gobiernos estatales y municipales por lógica congruencia. Los gobernadores, nada tarugos, dirán los mismo, acuerdese que son coros solamente, los presidentes municipales sacarán igualmente sus propios Bandos de que a la “juerza”, o sea por sus pantalones o faldas se hará lo que quieran, cuando quieran y como quieran y Usted y Yo háganle como puedan, si pueden y ya de plano estamos de plano entrando de lleno a la dictadura. Pero, ¿Qué es la Seguridad Nacional bajo el paraguas en que se cobija el Tabasqueño? Porque ésa es la base de su cuento para hacer el decreto. Según pienso, seguridad nacional es cuando un hecho produce efectos que pone en riesgo la existencia del estado o lo pone en condiciones violentas que puede destruirlo o acotarlo. Obvio que, en este caso, el que se inconforme la gente contra su gobierno, no refleja ese riesgo. También podríamos asimilarlo en el caso de la seguridad de la delincuencia que tampoco lo es. O que el revelar un secreto (los contratistas y los precios de las obras públicas) se desestabilice el estado. ¡tampoco! El chismito que trae el presidente es un simple argumento de la incapacidad de hacer correctamente las cosas y de querer ya que solo él y nomas él es el que dice donde sus chicharrones truenen…y nadie más, es más hasta el derecho del pataleo nos va quitar.