Advierten continuidad del síndrome de Down
Una pareja que ya tuvo un vástago con síndrome de Down -con la variante por traslocación- (de tres a cuatro por ciento de los casos) tiene “mayor riesgo” de que un siguiente bebé también nazca con este trastorno, advierte el Instituto Mexicano del Seguro Social.
Y afirma: “estos papás reciben asesoría genética de especialistas del IMSS que los apoyan para que dispongan de mayor información ante esta posibilidad”. Refiere que consiste en un trastorno genético que abarca un conjunto de padecimientos que involucra retraso en el desarrollo psicomotor; por ende, se prolonga: deficiencia intelectual, dificultad para el aprendizaje, hipotiroidismo, leucemia, alteraciones gastrointestinales y defectos cardíacos, siendo estos últimos los que causan “mayores problemas de salud, si no son atendidos con oportunidad”.
Además, señaló que cuenta con 188 servicios de rehabilitación en todo el país, para la atención de pacientes, a fin de que reciban programas de intervención temprana que favorezcan su integración a la vida social y que puedan desarrollar autonomía, realizar actividades de la vida cotidiana e ir a la escuela.
La doctora Catalina Valencia Hernández, coordinadora de Programas Médicos de la División de Unidades de Rehabilitación del IMSS, señaló que estos servicios están ubicados en 49 Unidades de Medicina Familiar, 115 hospitales de segundo nivel, 19 Unidades Médicas de Alta Especialidad (UMAE) y tres Unidades de Medicina Física y Rehabilitación, en los que cada año se brindan unas 40 mil consultas (medicina física, especialidades y urgencias), así como dos mil de rehabilitación, en promedio.
Indicó que la atención para los menores con síndrome de Down se divide en etapas que comienzan con la terapia física: control del cuello, que el menor consiga estar sentada(o) y lograr equilibrio, arrastre, gateo y marcha.
La terapia ocupacional, dijo, consiste en la estimulación múltiple temprana del desarrollo motor fino de la mano; el manejo de la cavidad oral para la correcta deglución de alimentos, pues tienen la lengua con un tono disminuido; y posteriormente, ejercicios para el habla y mejorar destrezas lingüísticas (fonoaudiología).
Indicó que, si bien no se puede hablar de prevención, una mejor comprensión del síndrome pretende la funcionalidad y la calidad de vida de los niños y adultos con el trastorno.
Explicó que, aunque no hay una causa o factor de riesgo para desarrollarlo, aumenta la probabilidad de que un menor nazca con síndrome de Down cuando la mujer tiene su embarazo después de los 35 años y la incidencia va aumentando a mayor edad.