Activistas de la Resiliencia: una Antología
En opinión de Lorena Elizabeth Castillo
Además de las implicaciones explícitas de cada conmemoración del 8 de Marzo, Día Internacional de la Mujer, entre las que sin duda, sobresale la permanente lucha por crear las condiciones por una vida libre de violencia, para quien esto escribe, reviste el significado de ser la tercera ocasión, como parte de las actividades del Instituto de la Mujer de Cuernavaca.
Otra significación intrínseca radica en la singular manera en que las mujeres de Cuernavaca hemos hecho nuestra, esta conmemoración: plasmando por escrito nuestro sentir y nuestro pensar; es decir, tomando como materia prima nuestra propia vida y nuestras duras experiencias que hemos convertido, no sólo en lección y aprendizaje, sino, valga la presunción, en una expresión creativa.
Por lo tanto, me permito replicar aquí la Presentación de la Antología “Letras de Resiliencia Activa: Para reescribir nuestra historia” que presentamos el pasado miércoles 8 de Marzo en el Museo de la Ciudad:
La Resiliencia Activa como práctica, es la facultad de sobreponernos a las dificultades normales o extraordinarias que nos opone la vida y, además de este logro, convertir esos obstáculos en lecciones y experiencias que se traducen en madurez y sabiduría.
Así podemos definir esencia que permea cada una de las narraciones que forman la presente Antología, un ejercicio inédito en el ámbito municipal de Morelos, antecedido por similares esfuerzos en la entidad y a nivel nacional. El conjunto de testimonios escritos como parte del Taller de Lectoescritura con Perspectiva de Género del Instituto de la Mujer de Cuernavaca constituyen, ya no el “grito desesperado”, sino la exclamación de triunfo de las dieciséis narradoras participantes.
En el contexto de las actividades de atención, prevención y erradicación de la violencia contra las mujeres que realizamos como parte de los programas del Instituto, además de los talleres de resiliencia, psicotalleres, diálogos por la paz, salud mental y las terapias psicológicas, el ejercicio de la escritura se ha ganado así, por derecho propio, un lugar como recurso catártico y sanador.
Sólo basta leer los textos que componen el libro Letras de Resiliencia Activa, para comprender el concepto que le da título a nuestra Antología, más allá de las definiciones conceptuales y las justificaciones teóricas. En las letras de las compañeras antologuistas, se advierte la naturaleza misma de la fortaleza de cada mujer, la cual se desarrolla a partir del reconocimiento de su potencial.
Con la evocación de obstáculos y dificultades del pasado remoto o reciente, tamizado por el ejercicio crítico de la escritura, sobreviene el golpe de conciencia o “el darse cuenta”; en otras palabras, la iluminación de la mente y la razón para re-valorar y re-significar el sufrimiento ante la adversidad.
Se sabe que el dolor es natural y el sufrimiento, la prolongación artificial del primero. Al momento de padecerlo, no nos queda otra opción. Pero cuando la mujer reflexiona sobre las causas de su aflicción y concluye que no lo merecía, por provenir de circunstancias y personas ajenas, y no de una causa natural; es entonces cuando sobreviene el crecimiento interior que conlleva a la autonomía, libertad y realización.
Tal es la clave y mérito de nuestra Antología, Letras de Resiliencia Activa: plasmar con tinta en el papel y con enfoque crítico, aquel o aquellos puntos de quiebre del pasado. El sufrimiento artificial se transforma así en lección de vida, es decir, la mujer es una auténtica activista de la resiliencia. Dueña de su aquí y de su ahora.