A Nivel Banqueta - ¿Morelos, hacia dónde vamos?
En opinión de Francisco Valverde Prado
Nada nuevo ni especial, resulta pensar, sentir y ver, que hace mucho que al estado de Morelos no le va bien o por lo menos, lo suficiente para estar tranquilos y contentos.
Lo más lógico para la mayoría de nosotros, sería pensar que el Gobierno del Estado de Morelos, contara con un plan de desarrollo, objetivos y metas claras de acuerdo a nuestra vocación y características de nuestra tierra. Sabemos que no somos primordialmente un estado productivo como algunos otros, pero sí un territorio que tiene mucho que ofrecer en materia de turismo, servicios, cultura y conocimiento -entre otros-. Tenemos un clima privilegiado y una ubicación geográfica estratégica por estar cerca de estados de gran poder adquisitivo.
Se antoja pensar que si sabemos lo que podemos ser de acuerdo a nuestras fortalezas, trabajáramos en un proyecto específico a corto, mediano y largo plazo y justo aquí, es donde el puerco torció el rabo. Al día de hoy no se cuenta con ninguna idea (siquiera), mucho menos el deseo o buena voluntad para lograr contar con uno. Dicho en español, el gobierno actual reacciona en función de urgencias o crisis por resolver que dicho sea de paso, tampoco logra, ¡ja!
En materia de seguridad, educación, salud y otros, el gobierno de Morelos solo sigue la inercia del presupuesto y raquíticamente cumple con algunos escuetos objetivos. ¿Hacia dónde nos dirigimos, pues? Hacia una situación cada día más precaria o hablando en plata: cada día más jodida para que se entienda bien. No hay propuestas ni ejes a ejecutar correctamente articulados y quizás la primera pregunta es si existe alguien que piense en ello o siquiera se le ocurra cuestionarlo y la respuesta es: ¡no!
No hay funcionarios ni secretarios que en verdad hayan demostrado la claridad suficiente para pensar en una propuesta que se transforme en acción cercana al éxito. En todo caso podemos hablar de intereses personales, de grupo y de negocios por hacer pero de una agenda clara de desarrollo o proyecto a ejecutar durante un periodo determinado, ¡naaaaa, nada!
¿Triste? Sí, pero todo problema a resolver comienza con el descubrir de su existencia. Mucho más triste es ni siquiera tenerlo claro. En un primer paso, bien podemos comenzar por pedirles a los impresentables candidatos cuál es su proyecto. No nos perdamos en sus mentiras y mucho menos en ideas abstractas que nada cambian. Debemos contar con un proyecto y rumbo claro, que hable de los cómos y cuándos. ¿Qué esperaban de quien nos decía comiéramos frutas y verduras? ¿Pues qué creen? Justo eso nos dieron: una verdulería en combo con una frutería, ¿y todavía se enojan y sorprenden? ¡Si nos los dijo!
La primera responsabilidad de nosotros los ciudadanos si queremos que algo cambie es no ser presas tan fáciles de cazar. Seamos analíticos y reflexionemos nuestro voto. Cuestionemos a nuestros candidatos, pensemos…
El estado de Morelos no luce bien y mucho menos le está yendo bien. Cada vez se le ve más desordenado y poco agraciado, no por atributos propios más sí, por la poca o nula presencia de autoridades que den resultados. ¿Qué queremos hacer de Morelos? ¿Qué queremos resolver y ordenar? ¿Y cuál es el proyecto para poder lograrlo? Por más pocos recursos que se tengan siempre es posible hacer algo, esa vieja cantaleta de no hay dinero, honestamente ya da mucha flojera. Un ejemplo: si sabemos que una de nuestra fortaleza es el turismo y la cultura, ¿no deberíamos iniciar por contar con un entorno atractivo y visualmente agradable? ¿A quién le gusta visitar un estado sucio, abandonado y en mal estado? ¿Qué tal si se articularán acciones coordinadas entre todos los municipios y el gobierno de Morelos para lograr rescatar nuestros espacios, imagen y calidad de servicios a ofrecer? Si por el contrario, no sabemos lo que queremos o podemos ser y día con día, nos parecemos más a un estado fronterizo que a uno turístico, los resultados no sólo serán iguales pero también, más decadentes. Morelos, no estará entre los estados más visitados y día tras día, seguiremos descubriendo el cambio que en otras entidades sí han logrado realizar.
El potencial de nuestro estado es enorme: clima privilegiado, culturalmente vibrante por sus costumbres y artistas que lo habitan. Hablar de turismo, de salud, de cultura y de aventura sí es una realidad posible y cercana. Más aún, el posible aprovechamiento de la ciencia que aquí se piensa pero no se transforma en una economía local.
¿Hacia dónde vamos? Por ahora, a más de lo mismo, más inseguridad, deterioro y ausencia de proyectos. No perdamos la esperanza pero sobretodo, hagamos nuestra parte, pensemos diferente. Frases tontas dan gobiernos tontos, seamos distintos y pensemos para no ser igual que ellos.
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