Repaso - La pulverización política magisteria
En opinión de Carlos Gallardo Sánchez
En Morelos, para las próximas elecciones intermedias del 2021 aparecerán en las boletas electorales los respectivos logos de dos partidos políticos emparentados estrechamente con los grupos de poder que se disputan los privilegios cupulares del magisterio sindicalizado.
Hace unos meses suponía que iban a ser tres, pero eso no ocurrirá al negársele el registro al Grupo Social Promotor de México, al detectársele “que el 86 por ciento de los afiliados del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) participaron como delegados y secretarios en las asambleas de la organización”.
Si bien el Partido Nueva Alianza (PNA) perdió su registro a nivel nacional, lo conservó en nuestro estado y está garantizada su participación en la jornada comicial a la que arriba me referí. Tiene derecho por ley, desde luego, a una asignación económica a la cual difícilmente renunciaría, sean cuales fueren los planes futuros que sus administradores pergeñen.
De todos modos, eliminada una tercera opción, cabe la posibilidad de que los votos que pudieran obtener ambos institutos políticos en nuestro estado, ya no garantizarían ni siquiera su permanencia futura en el espectro partidista que se asoma. Además, porque es evidente, que entre los docentes sindicalizados hay miles que tienen preferencias por otros partidos.
Finalmente, Nueva Alianza ya no iría solo pretendiendo convencer a sus presuntos principales militantes cautivos (casi nunca lo ha logrado y menos con representantes populares como la actual diputada local plurinominal, Blanca Nieves Sánchez Arano, de quien muy poco se sabe en eso de cumplirle a la organización que la premió con la curul y mucho menos a la base de la cual emanó). Es muy probable que ahora se hagan sombra el partido Redes Sociales Progresistas (RSP) y Nueva Alianza. Su pugna se trasladará, ni duda cabe, al territorio estrictamente gremial. Los grupos hegemónicos que los manipulan están plenamente convencidos que, si les va mal en los comicios del 2021, deben tener preparadas las “armas”, como seguramente ya las tienen, para hacerse de la dirigencia seccional.
Redes Sociales Progresistas, surgido al amparo de Elba Esther Gordillo Morales y su parentela, se viene presentando como la opción para recuperar la confianza de ciertos grupos magisteriales y la dignidad de los docentes en general, cuyos miembros principales están históricamente identificados como institucionales, si bien su actual lucha los ubica en algún lado opositor contra quienes mantienen el control del SNTE. Para lograr mayor impacto en la supuesta fuerza con la que se proyecta, recibieron el apoyo de asociaciones como “Maestros por México”, “Vamos” y “Nuevo Espacio”. Son sopa del mismo plato, desde luego.
Al final de cuentas, enfatizo, lo que está en disputa, como fácilmente se infiere, es la dirigencia del SNTE a nivel nacional, y de la Sección 19 a nivel local. En nuestra entidad, también insisto, tal disputa seguramente ya se está replicando.
¿Qué efectos podría tener esa diversificación alimentada por discrepancias aparentemente irreconciliables? En primer lugar, debilita el discurso y las intenciones —si verdaderamente las hay— de la unidad pregonada una y otra vez. Además, las querellas rompen con el esquema aquel de disidentes contra institucionales. Más bien, conforman nuevos focos de conflictos cuyos protagonistas principales tienen el mismo origen doctrinario e idénticas tendencias de manipulación gremial. La democracia no es su fuerte. En consecuencia, lo que logren esos partidos en cuestión de espacios de representación pública podría ser insignificante, pero suficiente para quienes los regenteen. No hay que olvidar que la condición de partidos bisagra les ha traído a muchos excelentes dividendos. Pregúntesele al respecto a políticos como Jaime Álvarez Cisneros o Francisco Santillán Arredondo e incluso los mafiosos hermanos Yáñez,
Súmese a lo anterior el interés de varios grupos y personajes por hacerse del control de la Sección 19 del SNTE, ubicados en nuestros días, tanto en espacios políticos y públicos dentro de dependencias como el IEBEM, así como de grupos y personajes plenamente identificados al interior de la misma Sección 19.
Todo estará por verse en plazos perentorios. El panorama en este sector importante de la sociedad no se ve diáfano. Más bien asoman indeseables los polvos de una inminente pulverización.
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