¨Yo tengo otros datos¨ - Un Presidente en el pasado
En opinión de Carlos A. Galicia
Hay ciudadanos que consideran que el Presidente de México es un estudioso de la historia de su país. Incluso lo han considerado un hombre versado en el pasado inmediato. El meollo de la historia es su perspectiva; es decir la interpretación de los hechos. Es consabido que el poder político impone su propia interpretación de los sucesos, es parte de los mecanismos de legitimidad y de soporte ideológico para continuar su permanencia. Lo antitético de este discurso es la academia, cuando cuestiona precisamente del contenido discursivo del poder y se ocupa de cuestionarlo y de esclarecer los hechos, desde una óptica científica. En ese sentido trataré de situar el discurso histórico de AMLO- Presidente. Si bien he cierto, que este país estuvo condicionado por un mensaje discursivo de un régimen político que emanaba de un hecho histórico. La revolución mexicana. Con la llegada de los gobiernos panistas no vario mucho el discurso, no se hacía mención de la revolución mexicana, se utilizaban los mismos prolegómenos del viejo régimen como eran: la solución somos todos, la grandeza del país, el bienestar y la pretensión que el pueblo es superior a los grandes problemas que aquejan al país.
El arribo de AMLO- Presidente rompe con ese discurso y se elabora un mensaje que incluye al pasado, pero no para negar la revolución mexicana como soporte ideológico, sino de cuestionar el desempeño de los gobiernos que emanan de regímenes priistas y panistas. Argumentando que son corruptos, deshonestos, anti-pueblo, conservadores. Promotores del neoliberalismo.
La narrativa del Presidente consiste en desprestigiar, denostar y evidenciar principalmente la conducta de los hombres y mujeres que participaron en esos regímenes. Cuando las acciones que se emprendieron en el pasado, hoy forman parte de la historia contemporánea de este país. Las obras, las instituciones y las reformas estructurales que se realizaron no se podría entender a México en la actualidad.
Sin embargo, el presidente de México ha tratado de interpretar la historia con tintes morales y éticos aunados con un revestimiento ideológico de izquierda trasnochada, en la que su margen de actuación está en el limbo de la globalización; no trasciende más allá de un discurso de criticar al neoliberalismo, pero que no rompe con las formas, ni con los dispositivos que ha creado la misma globalidad. Las transferencias condicionadas en efectivo. (TEC) son programas que otorgan un subsidio monetario a familias de bajo nivel socioeconómico previamente focalizados a cambio, deben cumplir con ciertos compromisos que implica una inversión en capital humano. Son estrategias del Banco Mundial para mitigar la crisis en los países en desarrollo y que forman parte de las estrategias de los organismos internacionales que operan y promueven la globalización. Por lo tanto, las diversas becas que el Presidente ha diseñado para proteger a los grupos vulnerables, no son resultado de la buena voluntad de un hombre que quiere lo mejor para su pueblo, sino de las medidas que imponen los organismos internacionales a los países en desarrollo.
El discurso presidencial gira en torno a la crítica del neoliberalismo, pero en ningún momento rompe con los lineamientos de esa política; al contrario, trata de disfrazarla a través de un discurso en donde estigmatiza al pasado inmediato, pretendiendo imponer una narrativa en la que señala que los gobiernos anteriores no les interesaban los pobres, las decisiones las tomaban de manera cupular. Que la política es sólo para los poderosos. Hoy, el pueblo puede decidir, puede participar, tiene voz. En realidad, la dinámica de la globalización obliga a que la democracia deje de operar en su sentido lato; democracia directa y representativa y que trascienda a la toma de decisiones en las que los ciudadanos participen directamente en los asuntos públicos. (Democracia participativa y deliberativa). Así que hay quienes no creen que AMLO - Presidente sea un demócrata. Es más bien un político que conduce al país dentro de los cauces de la globalización, y que las políticas públicas de subsidio, o de ayuda, no son otra cosa que, más de lo mismo, producto de la misma lógica del capitalismo global.