¨Yo tengo otros datos¨ - La polarización de AMLO; el posible revire

En opinión de Carlos A Galicia

¨Yo tengo otros datos¨ - La polarización de AMLO; el posible revire

La polarización en México es cada vez más evidente. Las diferencias entre el pasado y presente se agudiza. El Presidente Andrés Manuel López Obrador es el principal artífice de esta modalidad en la política mexicana. La lucha de los contrarios se acentúa con mayor intensidad en su programa de información matutino “las mañaneras”. Que, desde luego, es una plataforma que sirve para exhibir a los gobiernos emanados del viejo régimen; aunque cabe señalar que él es producto de un sincretismo ideológico entre el partido hegemónico que gobernó el país por más de siete décadas, con una izquierda cambiante y volátil en la que ha estado participando en diferentes fuerzas políticas como son el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y recientemente con Morena.

Ahora bien, lo interesante de esta modalidad en la escena política es que el Presidente en turno considera que pasara a la historia como uno de los mejores presidentes, que en realidad transformó a México. Sin embargo, AMLO- Presidente no ha logrado entender que esta situación que está viviendo es esporádica, mientras dura su gobierno, que son seis años de estancia en palacio nacional.  Después de que pase su sexenio, dejará de tener presencia en el escenario del poder. Será considerado como un expresidente, y seguramente los medios de comunicación publicarán información que comprometa su administración, que por lo regular tiene que ver con abusos y corrupción. Tal como ha sucedido con los anteriores gobiernos de los presidentes de la república.

Como bien, lo dijimos anteriormente, no quiere darse cuenta que una vez que deje la presidencia se convertirá en un ciudadano más y que será muy susceptibles a las críticas, pero lo relevante de esto es que la clase política y la clase gobernante entrarán en escena. Dentro de la clase política, aquellos que fueron duramente cuestionados y señalados por el actual régimen cobrarán sus deudas. Cabe señalar que muchos de los deudores no serán políticos, sino miembros de la sociedad civil como periodistas, intelectuales, empresarios, medios de comunicación que fueron vapuleados por el actual gobierno. Y en cuanto a la clase gobernante, en caso de que la oposición ganara la presidencia, entonces, si habría una fuerte persecución.

 Una de las lecturas interesante es la de Bolivia; cuando renunció Evo Morales, en su lugar lo ocupó Jeanine Añez, vicepresidente del Senado de Bolivia, una vez que asume la presidencia hace gala de abusos y exceso de poder; encarcela, persigue a simpatizantes y funcionarios de Evo Morales. Pero dicen que la historia es cíclica, el revire no tardó mucho. Las elecciones que se celebraron en el país sudamericano lograron el regreso del grupo de poder del presidente depuesto. El nuevo grupo que arribó a la presidencia empiezan a hacer justicia, los que acusaron en un principio se convirtieron en delincuentes y en acosadores de la estabilidad y paz social. Los que asumieron nuevamente el poder se convirtieron en verdugos de los acosadores, que con el tiempo se convirtieron en víctimas de sus propios abusos.

La moraleja es que mientras estas en el poder, puedes hacer y deshacer, una vez que lo dejas te convierte en un sujeto sin poder. Tal como sucedió con Carlos Salinas de Gortari que hasta el momento es un personaje severamente criticado; lo han convertido en la encarnación de la maldad. De igual manera sucede con Vicente Fox, el Presidente del cambio, con el transcurrir del tiempo es el presidente de la decepción.

Difícilmente el sucesor de AMLO- Presidente, en caso de que sea un personaje que pretenda la continuidad, podrá mantener el culto a la personalidad del oriundo de Tabasco. El nuevo presidente tratara de figurar y de ensalzar su obra y acciones de su gobierno. Así que la imagen de AMLO pasara como la de los demás presidentes, con una gran diferencia con un arraigado encono entre la clase política. Que más que hacer justicia pretenderán aplicar venganza. 

 En México no ha sucedido como en el caso de América del Sur que algunos expresidentes han regresado al poder. Los ciudadanos vuelven a votar por el personaje que ya los gobernó. Aquí no es factible… nuestra historia está plagada de episodios que muestran la continuidad en el poder; la inestabilidad política del siglo XIX, la permanencia del Porfirio Díaz y del PRI en el poder, son muestras que el pueblo de México difícilmente aceptara nuevamente la continuidad.  

 

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