¨Yo tengo otros datos¨ - bye

En opinión de Carlos Alfonso Galicia Pineda

¨Yo tengo otros datos¨ - bye

Es una tarea difícil describir a un hombre, principalmente cuando se es un personaje público. Porque la percepción puede ser diferente de acuerdo con el desempeño de sus funciones. No es el mismo cuando se tiene una responsabilidad pública; que cuando no se ejerce ninguna decisión, o no se cuenta con algún mando. Y esto ocurre con Andrés Manuel López Obrador, quien hoy es Presidente de la República. Habría que analizar su personalidad desde tres espacios de actuación. El primero como activista social cuando confrontaba los engranajes del sistema político e implantaba sus propios mecanismos de resistencia y de lucha. Basta recordarlo en la toma de instalaciones gubernamentales, el bloqueo a carreteras, en la toma de la plaza del zócalo y las hirientes declaraciones en los medios de comunicación. Que, desde luego, ha sido la etapa más duradera de su vida social; casi dieciocho años de lucha. Posteriormente en su etapa como jefe de gobierno de la Ciudad de México fue un poco más mesurado y conciliador, aunque con embates constantes con la oposición. Fue en esa época cuando instituye “la mañanera” como la plataforma mediática para informar de las acciones de gobierno capitalino. Es pertinente mencionar que en esa etapa no la utiliza para intimidar ni amenazar, simplemente critica acciones de sus opositores. Él sabe perfectamente que arriba de su jerarquía existe otro poder supremo, el del Presidente de la República, tan es así que durante ese periodo fue muy notorio la confrontación abierta con Vicente Fox Quezada - Presidente de la República-, al extremo de conducirlo a un desafuero. Y finalmente, la etapa que hoy estamos viendo y sintiendo de Andrés Manuel es como Presidente de la República. En esta etapa es combativo, denotativo e intolerante y desde luego, acrítico. Le desagrada la crítica, cuando él fue el principal agorero del caos y de los infortunios del país.

 Hoy, es demasiado susceptible a la crítica, no tolera el cuestionamiento de sus ideas ni el de su proyecto de nación; no acepta ni permite que alguien lo cuestione. Él es el supremo poder.

Quienes lo conocen aseguran que sabe ser amigo; si lo ayudaste en su etapa de resistencia y de lucha corresponde a la lealtad y apoya, si lo traicionaste, te da la espalda; si lo combatiste, te cierra toda oportunidad.

 Ahora, si le hiciste daño, ¡cuidado!, porque como él lo dijo… [ perdono, pero no olvido] Es el momento de regresar a su papel de activista en el cual la confrontación es su mejor estrategia. La diferencia es que hoy lo realiza desde las esferas del poder; echa andar la maquinaria estatal y a los aliados mediáticos para atacar.

Algunos afirman que él sigue siendo el mismo, y tal vez si, si lo es en cuanto a su persona. Pero no en cuanto a su actuación y desempeño. En estos momentos no es una activista, tampoco es el jefe de gobierno de la ciudad más poblada del mundo, ni mucho menos es un dirigente de algún partido político. Sino que es jefe de gobierno y jefe de Estado de una nación. Por lo tanto, su papel es el de un mediador, de conciliar intereses y de impulsar políticas públicas para la sociedad. No se trata de inclinar la balanza hacia un sólo sector de la población y atacar al que tenga recursos; tampoco de utilizar el aparato de Estado al servicio del régimen. Mucho menos de intimidar, amedrentar a los que no piensa como él, porque automáticamente son opositores y en enemigos del gobierno.

Su papel principal es de crear las condiciones de armonía y de estabilidad emocional, política y económica del país. Pero, así como vamos, la cerrazón y la intolerancia son las principales estrategias.

Oportunas

Es normal que en un partido político existan diferencias. Pero que estas diferencias se tornen en insultos como decirle “ratero”, al presidente del partido. Esto es grave. Es lo que ocurre entre Porfirio Muñoz Ledo y Mario Delgado. El primero no fue tomado en cuenta para reelegirse como diputado federal y el segundo no comprobó los recursos privados que utilizó durante la renovación de la presidencia de Morena. Aunque ya regreso 50 millones como parte de sus prerrogativas. Lo interesante es que es el partido del Presidente…

Carlos.alfogali21@gmail.com