¨Yo tengo otros datos¨
En opinión de Carlos A. Galicia
No es buena idea que la autoridad electoral renuncie a su papel de árbitro de los comicios. Justificar que no será posible llevar a cabo un debate entre candidatos por falta de presupuesto, es condicionar su función principal de mediadora. Existe un principio que si te sales alguien ocupará tu lugar. Y es muy cierto, si renuncia la autoridad administrativa a no realizar tal evento, otro retomara su papel. Es así como estamos observando que organizaciones empresariales y sociales se han pronunciado para organizar un debate.
Recientemente una organización civil convocó a las fuerzas políticas y a la autoridad electoral para suscribir un acuerdo para fortalecer la democracia paritaria. A simple vista está bien. Sin embargo, si una organización de mujeres promueve este tipo de acciones, no dudemos que otro tipo de organizaciones puedan impulsar tales iniciativas. En caso de negarse los partidos políticos y la autoridad competente estaría excluyendo, marginando y fomentando las fobias, al rechazar una oferta de tal naturaleza.
Lo que se observa con este tipo de acciones es que existe una debilidad por parte de la autoridad electoral para organizar e implementar acciones que contribuyan al fortalecimiento de la participación ciudadana y desde luego, que los partidos políticos se comprometan a impulsar y respetar la normatividad electoral vigente.
Si la sociedad civil es quien promueve y fortalece la democracia electoral, entonces que no nos sorprenda que la propia autoridad competente requiere de estos artilugios para consolidar y fortalecer sus atribuciones y como consecuencia tengamos un problema de credibilidad por parte de los actores concurrentes en un proceso electoral.
De ahí que, es inevitable que aun sin presupuesto tendría la autoridad que promover los debates e intensificar la transparencia y difusión de las campañas, pero desde luego, bajo la supervisión de la autoridad electoral. De lo contrario estamos ante un escenario lamentable. Mientras que los partidos políticos han aumentado, tenemos un sistema de partidos obeso. Mientras que la autoridad electoral se presenta con una notoria flaqueza, sin la posibilidad de hacer frente a sus propias atribuciones.
Transporte.
El transporte público es uno de los servicios que debería de poner mayor atención el gobierno estatal. Es notorio que hay unidades (rutas) que están en condiciones muy desfavorables y que no brindan un servicio de calidad. Muchas de ellas emiten contaminantes por su escape y nadie dice nada. Pero, además, es un sector que se ha convertido en un grupo de poder con un grado de influencia que puede parar de puntitas al gobierno. Con el simple hecho de que suspenda el servicio de una ruta, con eso basta para que se haga un caos. Realmente los concesionarios son los que determinan los cambios de unidades y el gobierno sólo tiene que supeditarse a las determinaciones de los dueños de las unidades.
El Parque Revolución.
El Parque Revolución es un lugar histórico, y no lo es por los años que han transcurrido, sino porque en ese parque han transitado generaciones de ciudadanos. Al interior de dicho jardín existe un preescolar, “el resurgimiento”, en su momento era nombrado como el kínder de los Cuenavacences, porque era la única escuela que existía en el centro de la ciudad. Pero, también existen canchas deportivas que en su oportunidad eran espacios de diversión y esparcimiento para los jóvenes. La cancha de basket ball con sus gradas de concreto. Todos los días se veía a chicos que practicaban tal deporte. Los sábados y domingos había encuentros deportivos entre equipos. Aun lado, se encontraba la cancha de futbol rellena de chapopote, pero no era impedimento para echar la cascara, eran encuentros intensos entre las retas que se organizaban de última hora con los presentes. Posteriormente la cancha de basket se convirtió en un feudo de una familia que se apropió de las instalaciones, y finalmente la dirección del deporte se adueñó del inmueble, al extremo de que la burocracia de dicha dependencia es la propietaria absoluta de las canchas y de la alberca, que, por cierto, mucho tiempo estuvo en desuso porque nunca le daban mantenimiento. Fue hasta la llegada de Jorge Carrillo que se remodelo y se puso nuevamente en uso. Obviamente bajo el patrocinio de la burocracia del deporte. Que por cierto en estos momentos que no hay actividades presenciales por la pandemia. ¿Qué es lo que hacen? ¿A qué se dedican?