¨Yo tengo otros datos¨
En opinión de Carlos Alfonso Galicia Pineda
En la actualidad se habla de que tenemos un presidente autoritario, hegemónico incluso algunos analistas consideran el actual régimen como hiper- presidencialista. Que existe una prótesis del viejo régimen priista, para ser exactos de la década de los 60- 70. Sin embargo, en la actualidad no podemos considerar que son las mismas condiciones de aquella época. Existen en la actualidad condiciones que son totalmente diferentes. Primeramente, no es un régimen totalmente vertical como sucedía con los tiempos del PRI. Que las cámaras del Congreso de la Unión eran de un solo partido político, los gobernadores de igual forman pertenecían al mismo partido del Presidente y los medios de comunicación estaban controlados por el Estado. El papel que se proporcionaba a la prensa, era distribuido por una empresa del Estado. Los partidos políticos tenían espacios muy limitados de participación y de crítica.
En la actualidad las condiciones son distintas. Hoy, contamos con un Poder Judicial independiente, en el que los ministros pueden disertar de las opiniones del Ejecutivo. Existen organizaciones de gobernadores que son de oposición y que no están de acuerdo con las políticas del Ejecutivo Federal, Así como también existe expresidentes de la República que están en pugna con el Presidente en turno. Pero, además, los medios de comunicación no están condicionados a la voluntad del Ejecutivo. Carlos Loret de Mola y Brozzo son dos personajes de los medios de comunicación que no están sujetos a la voluntad del habitante de los Pinos, incluso se han convertido en sus principales críticos de las acciones y políticas del Presidente.
Además, en la época del priismo el país vivía bajo los albores del estado de bienestar, en el que el Estado garantizaba el desarrollo y crecimiento del país. Y la figura central era el presidente, pues en él concentraba la actividad política, administrativa, económica del país.
En la actualidad, bajo la influencia del Estado de mercado, que es una creación del propio neoliberalismo. La situación es totalmente diferente. Son las trasnacionales y los organismos internacionales los que marcan las directrices de desarrollo. Lo que anteriormente era propiedad de la nación, en la actualidad se puede particularizar; es decir los particulares pueden apropiarse de eso bienes materiales, como son los mares, lagos, ríos, playas, incluso monumentos históricos. Cada vez se desmantela los bines estatales para apropiarse los particulares. En algunos lugares cobran por visitar zonas arqueológicas en razón de que son concesiones de particulares, lo mismo sucede con algunas playas que se encuentran acordonadas porque están prohibidas para los turistas, sólo para los huéspedes del hotel.
En ese sentido la figura presidencial en los países es sumamente limitada. Como sucedió con el actual Presidente cuando prometió bajar el precio de la gasolina. El problema fue que no lo determinaba él. Sino la correlación de fuerzas internacionales el precio de la gasolina, por lo tanto, no pudo hacer nada. En estos instantes tenemos un Presidente que añora el viejo presidencialismo. El único inconveniente es que el Presidente puede imponerse en su ámbito de competencia, pero en los demás poderes