Un poco distintos
En opinión de César Daniel Nájera
Es cierto. Biológicamente, somos animales. Tenemos necesidad sexual para la supervivencia de la especie, buscamos dominio dentro de esta, y exhibimos nuestros mejores atributos en torno a la seducción. Sin embargo, en estos tiempos tumultuosos y confusos, necesitamos una refrenda en torno al hecho de que somos algo más que bestias. Afortunadamente, aún existe un aspecto que nos distingue de todo ser viviente.
A lo largo de los años, los humanos hemos desarrollado una necesidad espiritual única. Desde reconocernos en el espejo hasta buscar un ser supremo, hemos creado con todo esto el elemento distintivo: la cultura. Nuestras sociedades dinámicas, evolutivas, y esencialmente diversas, han hecho que nos consideremos un escalafón más arriba de los animales. Las cartas de amor y desamor, la fe, lenguas, sexualidades e ideales, son lo único que puede mantener esta concepción de ser especiales. Si destruimos nuestra diversidad, destruimos la esencia del humano. La uniformidad solo traerá un retroceso a lo que las grandes mentes y/o almas han trabajado por darnos. La xenofobia moderna, dueña del pensamiento de muchos líderes, puede ser el antídoto ante tantos años de excelencia humana. Si se propagan estas ideas discriminatorias, pronto se propagará la mediocridad.
Somos diferentes, somos diversos, y por lo tanto, somos especiales. Bellamente especiales.