Serpientes y escaleras - ¿Quiénes trascenderán al 2024?
En opinión de Eolo Pacheco
La política es de tiempos y circunstancias; para trascender se necesita más que ganas.
¿Quiénes trascenderán al 2024?
Como muchas cosas en la vida, la política también es un asunto de tiempos y de circunstancias; cada tres y seis años observamos figuras que resaltan, vemos oleadas electorales y políticos de moda. Pocas veces aparecen personajes que rebasen la inmediatez del momento y trasciendan más allá de la coyuntura; hoy no hay ninguno a la vista. La sucesión ha colocado a varios actores de la vida pública en el escenario, uno de ellos será gobernador y los demás podrían ver en el 2024 su única oportunidad de competir por el gobierno estatal. Los que hoy son importantes, mañana lo dejarán de ser.
Rabindranath Salazar Solorio es el único de todos los precandidatos a la gubernatura de Morelos que aparece por segunda ocasión en la competencia, pero su presencia en la carrera no es resultado de su trayectoria, de su trabajo o de su liderazgo, sino de una circunstancia en particular que lo ubica en una posición ventajosa respecto a los demás: es cercano al presidente y aparentemente le deben la postulación.
A pesar de ello nada es seguro para el ahora funcionario de la presidencia; su reciente cambio de posición lo ubica físicamente muy cerca del presidente de México, pero esta proximidad es un arma de doble filo: lo puede impulsar a la gubernatura o lo puede dejar fuera de la jugada antes de que inicie el proceso. Todo depende de su desempeño, de sus resultados y de su capacidad para lidiar con la personalidad de Andrés Manuel López Obrador.
Luego están dos alcaldes que han sobresalido por su trabajo, que refrendaron el triunfo en sus municipios y tienen un alto reconocimiento público en sus localidades; Rafael Reyes y Juan Ángel Flores están considerados como precandidatos a la gubernatura por una circunstancia específica: Morena no gobierna la capital; sí así fuera el alcalde-precandidato del Movimiento de Regeneración Nacional sería el edil capitalino.
Rafael Reyes ha destacado por su eficiencia como funcionario, por su capacidad para llevar un gobierno difícil y endeudado en un municipio sumamente politizado; el trabajo del presidente municipal de Jiutepec es bueno, el mejor si se mide desde el punto de vista administrativo, aunque ello no se refleja en el mejor posicionamiento como autoridad. Ahí la ventaja la lleva el edil de Jojutla.
Juan Ángel Flores también ha hecho un buen trabajo y la gente se lo reconoce; lo suyo ha sido un gobierno más humano, más cercano a la gente y más empático. En términos prácticos lo que ha hecho ese presidente municipal de Jojutla no es tan sustantivo como el de su par de Jiutepec, pero su habilidad para conectarse con la gente le concede una mejor calificación frente a la población, incluso más allá de su comunidad.
Pero aunque las dos autoridades municipales están bien calificadas y su trabajo es sobresaliente, aún no se les puede considerar líderes más allá de sus espacios y de este momento; los dos son figuras importantes y a los dos se les toma en cuenta como precandidatos a la gubernatura, pero hay que tener claro que la fuerza de ambos está en Morena y ahora. Si no es a través de ese partido y en esta elección, su liderazgo se diluirá y difícilmente volverán a ser considerados para ese cargo.
En esta historia también aparece la directora de la Lotería Nacional: Margarita González Saravia es una mujer de izquierda de toda la vida que ha participado en gobiernos de varios partidos, incluido el actual de Cuauhtémoc Blanco. A la dama se le toma en cuenta en la sucesión por el cargo que ocupa, pero sobre todo por su condición de mujer; solo en el supuesto de que la candidatura de Morelos se defina por cuestiones de género, lo cual no es sencillo, la funcionaria federal tiene cabida en ese espacio. En cualquier circunstancia la del 2024 será la única ocasión en la que veamos a Saravia competir por la candidatura al gobierno estatal.
Lo mismo puede decirse de quien impulse el gobernador como un posible sucesor; ya sea el secretario del Trabajo Víctor Mercado Salgado o la secretaria de administración (¿Alguien sabe cómo se llama?); la fuerza de esta candidatura radica en la fuerza que a su vez tiene Cuauhtémoc Blanco por su cercanía con el presidente Andrés Manuel López Obrador. Hasta ahora en Morelos no hemos visto que un gobernador deje gobernador, nunca siquiera han podido impulsar a un alcalde de la capital. Pero el 2024 podría ser la excepción.
La condición particular que en este momento tiene el jefe del ejecutivo morelense no es poca cosa: su rentabilidad electoral en la Ciudad de México es valorada por el presidente de México y apreciada por su partido en un momento complejo para la capital. Según las últimas encuestas, si hoy fuera la elección en la CdMx la oposición ganaría la contienda y esta circunstancia podría acentuarse conforme se acerca el 2024, porque a pesar de que Claudia Sheinbaum es la consentida del presidente, el manejo de la ciudad y los constantes problemas que vive, como el reciente incendio en el Metro, la han desgastado al punto de poner el riesgo el refrendo electoral.
Ahí es donde Cuauhtémoc Blanco se vuelve valioso: si el futbolista compite en una de las delegaciones que gobierna la oposición podría convertirse en el fiel de la balanza y otorgar a Morena el triunfo en el corazón de la izquierda mexicana. Aunque en Morelos el desgaste del gobernador es notorio, en su tierra natal su fama como futbolista sigue intacta y medido como precandidato es más rentable que cualquier otro prospecto que tenga la 4T en esa ciudad. ¿Puede el presidente y su partido sacrificar a los morenistas de Morelos a cambio de un acuerdo que le garantice el refrendo en la Ciudad de México? Yo creo que sí.
El punto para reflexionar es uno: cualquiera de los que hoy se mencionan como posibles candidatos a suceder al gobernador Cuauhtémoc Blanco aparece en la lista como resultado de las circunstancias. Todos tienen méritos y cualquiera de ellos puede presumir posibilidades reales para ser postulado y con el impulso de Morena, para ganar, pero nadie tiene asegurado su futuro político.
Lo que ninguno puede afirmar es que su rentabilidad de hoy es permanente, que su presencia actual trascenderá al 2024 y que pasada esa elección, sin importar el resultado, volverán a tener las mismas posibilidades de hoy. En el acomodo de piezas solo uno o una será postulado por la gubernatura y a los demás les puede tocar otro espacio, pero será muy complicado que vuelvan a tener las mismas condiciones para competir en un partido que, como sucede hoy, no tiene oposición enfrente.
La política es de tiempos y circunstancias. Esta puede ser la única ocasión que estos personajes sean considerados para gobernar Morelos.
- posdata
Al finalizar la última caminata por la paz en Morelos el obispo de Cuernavaca Ramón Castro cuestionó la eficacia del programa federal contra la inseguridad, conocido por su mote “abrazos y no balazos”. El clérigo señaló que el 72 por ciento de la población considera que la estrategia para garantizar la seguridad y combatir el crimen es una equivocada, “Casi el 70% dice que el gobierno debe enfrentar el crimen con el uso de la ley y el 62% piensa que es incorrecto proteger la vida de los criminales”.
Y continúa: otros estudios indican que en México y en Morelos sigue habiendo corrupción, que el país se está volviendo insensible ante el dolor, que se están normalizando conductas y actos abominables: la mentira, la extorsión, el secuestro… “Lo mismo han dicho muchas personas y grupos de todo el país, por eso la iglesia se ha sumado a este razonable clamor popular”.
Esto es insoportable: secuestros, asesinatos, feminicidios, trata de personas, desaparecidas… hay tantas formas en que se comenten crímenes, muertes y daños terribles a la naturaleza. ¡Por favor, hermanos y hermanas, no nos vayamos a quedar en el conformismo!
“Nunca será lícito ni legal que la autoridad civil claudique de su responsabilidad en materia de seguridad y paz social, para eso tienen el poder y uso legítimo de la fuerza. Abrazos, no balazos es demagogia y hasta cierto punto complicidad, autoridades no fallen, cumplan su función, garanticen con hechos la seguridad… El dolor de la cruz se vuelve más intenso por tanta sangre inocente derramada a lo largo y a lo ancho del país. Los índices de violencia y sus estructuras de muerte se han desbordado e instalado en nuestras comunidades, desfigurando a la persona humana, y destruyendo la cultura de paz”
Lo dicho por Ramón Castro no gustó al presidente ni al gobernador, pero sin duda refleja el sentimiento de millones de personas en este país que de manera cotidiana padecen los estragos de la inseguridad y observan con impotencia la impunidad como se mueven los grupos criminales.
- nota
El exalcalde Antonio Villalobos fue entrevistado cuando acudía a los juzgados de Atlacholoaya a la audiencia de vinculación a proceso por una denuncia de fraude por 25 millones por concepto de cuotas retenidas a trabajadores del Sistema de Agua Potable de Cuernavaca; soberbio e ignorante, como siempre, el tipo dijo estar tranquilo frente a las acusaciones e indiferente ante la presunta responsabilidad que tendría por el colapso del puente colgante del paseo ribereño.
La audiencia no se llevó a cabo por segunda ocasión porque las autoridades no pudieron notificar a tres regidores y al presidente del consejo coordinador empresarial, este último como integrante del consejo de vigilancia del Sapac.
El de ayer no es el único proceso que enfrenta Antonio Villalobos, sobre él pesan diversas acusaciones, la mayoría por actos de corrupción, desvío de recursos y malos manejos, todas durante su paso por la presidencia municipal de Cuernavaca. Los señalamientos contra Villalobos son comunes: antes de ser alcalde, como funcionario municipal, fue acusado por actos de corrupción y acoso… y lo sancionaron.
La culpabilidad de Antonio Villalobos en la catástrofe municipal es evidente, solo un acto de complicidad de las autoridades judiciales le permitirían evadir la justicia.
Lo ocurrido el trienio pasado en Cuernavaca fue robo en familia.
- post it
“Hasta yo donde sé, será mujer” dice alguien a propósito de la candidatura de Morena en el 2024. El comentario no es único, lo mismo afirman personas cercanas a la senadora Lucía Meza, atribuyendo la decisión al presidente López Obrador.
¿En serio?
¿Y cómo saben?
¿Quién dijo?
¿El presidente?
¿Desde ahora?
La definición de la candidatura a gobernador a partir del criterio de paridad será resultado de un análisis mayor a la simpleza de quienes dicen “hasta donde sé”. Para entender las posibilidades de ello hay que revisar las elecciones que habrá en el 2024 y los posibles candidatos que tenga Morena en cada uno de los estados en disputa. El análisis no es difícil porque la información es pública, pero pocos dedican tiempo para revisar las cosas; la mayoría ni siquiera sabe cuándos gobiernos estatales se renovarán ese día.
Por supuesto que en Morelos puede aplicarse la regla de género que obligue a los partidos políticos a postular a una mujer, pero esa condición pasa por las dirigencias y derivará de un análisis que incluya todos los estados, todas las candidaturas y las condiciones para la competencia en cada lugar.
Más allá de hipótesis o deseos personales, la decisión que tomen los partidos será pragmática. El objetivo es ganar, sin importar el género.
- redes sociales
Las cosas se complican al secretario general del ayuntamiento Carlos de la Rosa ahora que un grupo de comerciantes exigen su denuncia; lo acusan de romper acuerdos y de propiciar actos de corrupción.
No tengo claro hasta qué punto el abogado de la rosa se prestaría a un acto de corrupción, pero conociendo su personalidad y estilo es creíble que se pelee y trate de imponer su criterio más allá de la razón.
Como servidor público no basta conocer la ley, es necesario tener tacto político, humildad y sensibilidad, aspectos que sin duda faltan en la personalidad de Carlos de la Rosa.
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