Serpientes y escaleras - Morena contra Morena

En opinión de Eolo Pacheco

Serpientes y escaleras - Morena contra Morena

Ante la falta de oposición, son los propios morenistas los que pelean y se ponen el pie.

 

Morena contra Morena

Los tiempos políticos se cumplen en el contexto de la sucesión y la definición del abanderado de Morena a la presidencia de la república marcará la pauta para la selección del resto de los candidatos del Movimiento de Regeneración Nacional en el país. En Morelos como en los otros ocho estados en los que habrá elección concurrente, los aspirantes a las gubernaturas, a los congresos locales y federales y a las presidencias municipales ya se están moviendo y ubicando en la posición que cada uno considera mejor para alcanzar sus objetivos. Morelos es un estado importante para la 4T por varias razones, empezando porque es uno de los tres donde el triunfo parece seguro. El reto de los morenistas es no echar a perder las cosas ellos mismos.

         

Las elecciones nunca son iguales, cada una por el tiempo, la circunstancia y los actores que participan tiene peculiaridades y elementos que la distinguen; en el 2024 el proceso electoral morelense se caracterizará por varias cosas: 1- El Movimiento de Regeneración Nacional encabeza la preferencia electoral por casi veinte puntos respecto a su más cercano contendiente. 2- La oposición en Morelos es inexistente, ninguno de los partidos tiene cabeza, liderazgo, ni agenda política. 3- Los mejores candidatos a la gubernatura están en Morena. 4- La mejor oferta política que pueda presentar la oposición tiene menos posicionamiento que la mitad de los contendientes de la 4T.

A pesar de ello la contienda interna es el elemento más riesgoso para el triunfo de Morena. En el movimiento progresista hay ocho precandidatas y precandidatos, cada uno trabajando en solitario y sin reglas; la dirigencia del partido se ha convertido en parte del juego, impulsando sus propias propuestas y dejando de lado la responsabilidad de conducir el proceso.

Veámoslo de esta manera: a lo largo de cinco años la oposición en Morelos ha sido incapaz de hacerse presente, de fijar algún tipo de postura o de actuar de manera contundente contra la clase gobernante. Históricamente los partidos distintos al que gobierna hacían contrapeso, resaltaban las fallas cometidas por las autoridades, hacían suya la agenda social y representaban un equilibrio de poder. Desde hace varios años eso ya no ocurre, en Morelos la oposición desapareció y las dirigencias se convirtieron en espacios burocráticos ocupadas por personas de bajo nivel.

A pesar de ello las cosas no han sido fáciles para el gobierno, porque ante la inexistencia de una oposición política, lo que ha surgido es la crítica desde las propias filas de Morena. Al principio del sexenio los morenistas rechazaban al gobierno estatal porque decían que no los representaba, que el gobernador era de otro partido y que ningún militante había sido invitado a participar en la administración estatal. Este discurso duró muy poco porque fue el propio Andrés Manuel López Obrador quien aclaró que Cuauhtémoc Blanco era un gobernador aliado, alguien afín a la 4T y parte del proyecto de cuarta transformación. A pesar del respaldo público los ataques de los morenistas no cesaron.

El obradorismo morelense no arropó al gobernador Cuauhtémoc Blanco, por el contrario, los fundadores de Morena exaltaron sus críticas y arreciaron el golpeteo interno. Luego las cosas cambiaron: Ulises Bravo les ganó el control de la dirigencia y reemplazó a la militancia histórica por nuevos miembros que venían de Encuentro Social; de la noche a la mañana, cuando los cuauhtemistas se apropiaron de las siglas, los morenistas se volvieron extraños en su propio partido.

En las últimas dos legislaturas hemos visto a personajes morenistas que le han jugado la contra al gobernador, aunque en la 55 la situación se ha llevado al extremo. Hoy Cuauhtémoc Blanco enfrenta una oposición feroz desde el congreso y ataques constantes que surgen desde los equipos de Rabindranath Salazar y Lucía Meza; el boicot legislativo contra el ejecutivo estatal no es cosa menor: los diputados ya le pegaron en el presupuesto y se preparan para nombrar nuevos magistrados afines a ellos, situación que se combina con el proceso de juicio político contra Cuauhtémoc Blanco; también ya advirtieron que en caso de que el mandatario solicite licencia al cargo, su relevo saldrá del congreso.

El pleito al interior de Morena es inédito y va más allá de sus siglas; nunca en la historia local habíamos visto un enfrentamiento tan severo entre miembros de un mismo partido, ni acciones tan agresivas en contra de un gobernador. Los ataques que algunos morenistas han emprendido contra el mandatario y las alianzas que han hecho con miembros de la oposición no lesionan solo al gobernador, son un elemento de desgaste en la carrera por la sucesión, porque ante la ausencia de una oposición partidista, el juego sucio contra Morena se está generando desde las propias filas de Morena.

La advertencia que lanzó el presidente de la mesa directiva al señalar que, ante una eventual licencia al cargo de Cuauhtémoc Blanco su relevo podría salir de la cámara de diputados, muestra el nivel de encono al que han llegado las cosas. El golpeteo al futbolista ha dejado de ser un asunto entre particulares, es decir, entre un bloque de diputados de oposición y el gobernador; el tema afecta el proceso de sucesión y por ende a todos los precandidatos de Morena, porque les guste o no, se trata de un gobernante morenista, de una figura muy cercana al presidente de México y de alguien que por imagen influirá en el sentido de las elecciones del 2024.

Pegarle a Cuauhtémoc Blanco fue un acto de revancha personal que desde hace varios años iniciaron la senadora Lucía Meza y Rabindranath Salazar; el problema es que las cosas ya se les fueron de las manos y la embestida contra el gobernador se ha transformado en un ataque sistemático contra Morena orquestado por los diputados del G15.

Nadie sabe para quien trabaja.

·         posdata

Dos de los ocho precandidatos de Morena a la gubernatura de Morelos son abiertos opositores al gobernador Cuauhtémoc Blanco y a partir de ahí se han convertido en un punto disruptivo al interior de la 4T, porque en lugar de generar unidad interna, al menos del lado de los morenistas tradicionales, se volvieron mercenarios por sus actitudes y por la manera de actuar de sus operadores.

Del lado del gobernador la propuesta más fuerte la encabeza Víctor Mercado Salgado, exsecretario de movilidad y transporte y actual coordinador de asesores; el güero Mercado es un hombre de trato amable, con raíces en el estado y muchas relaciones en distintos sectores; del gabinete es el único que nunca se enfrentó con nadie, el que mantuvo buena relación con todos, incluidos aquellos que en algún punto del régimen se volvieron non gratos.

El trabajo de Víctor Mercado en la carrera por la sucesión es notable, tanto o más que el de los dos alcaldes que resaltan por su activismo y desdoblamiento en todos los municipios de la entidad; al coordinador de asesores le ha faltado fortalecer su relación con los morenistas tradicionales, porque el acompañamiento que recibe del partido no refleja a la base obradorista, sino a una militancia nueva que se presume promotora de la cuarta transformación, pero hace apenas unos meses apoyaba a un partido distinto.

Independientemente de su rentabilidad electoral y de la estrategia para posicionarse, Víctor Mercado Salgado debe buscar ser el eje de unidad entre los precandidatos, para que su crecimiento en el espectro social avance de la mano de su empatía partidista. Pongámoslo de esta forma: en este momento el coordinador de asesores es visto como el candidato del gobernador, no como una propuesta de Morena, circunstancia que a la vuelta del tiempo puede ser determinante en la decisión.

La personalidad del güero le permite ir más allá de lo que ha hecho: conoce a los precandidatos, tiene relación con todos y amistad con la mayoría; su distanciamiento de los demás no responde a él y por lo mismo debería salirse de la burbuja para dialogar con todos. Pase lo que pase en la encuesta, quien gane la postulación necesitará del apoyo de los demás o, por lo menos, que no le hagan la guerra desde dentro.

Víctor Mercado es un buen candidato, es una persona que conoce muy bien al estado y a su gente, pero para conseguir la postulación debe ir más allá del trabajo de posicionamiento personal, necesita unidad y hasta por estrategia, debería ser él quien la promueva y la busque entre todos los precandidatos.

Reitero: su carácter se lo permite.

·         nota

Cuernavaca vive momentos aciagos desde hace muchos años; administraciones pasan y la situación en la capital en lugar de mejorar cada día se vuelve más caótica. En la ciudad de la eterna primavera ha gobernado el PRI, el PAN, Morena y el Social Demócrata; ninguno ha entregado buenas cuentas.

Por distintas razones se ha dicho que en Cuernavaca prevalece una sociedad conservadora, más identificada con partidos de derecha y sumamente participativa; en el 2015 la gente le dio la espalda a los partidos grandes y probó con una figura deportiva, sin arraigo, desconocedora de la ciudad, pero distinta a todo lo que habíamos visto. En el 2018 la gente volvió a votar diferente: por primera vez le dieron oportunidad a la izquierda y los resultados fueron desastrosos, situación que en el 2021 favoreció al PAN.

Quizá sea momento de que en la capital busquemos un cambio no solo de partido, sino de liderazgo; es momento de que gobierne una mujer, alguien con identidad, con trabajo más allá de la política, con identidad, con historia y sobre todo con la capacidad para administrar un municipio tan complejo como Cuernavaca.

¿Por qué no pensar en alguien como Megguie Salgado?

·         post it

De último momento bajaron a Cecilia Rodríguez de la carrera por la gubernatura y en su lugar colocaron a Sandra Anaya. Grave error.

A unas semanas de que Morena comience a evaluar a las y los precandidatos a la gubernatura de Morelos, todo el esfuerzo hecho por la secretaria de desarrollo económico se echó a la basura. Personalmente ignoro las razones por las cuales se tomó la decisión, pero no tengo duda de que se trata de un tropezón que puede costar mucho al gobernador. Explico:

La posibilidad de que la candidatura de Morena en Morelos sea para una mujer es alta; en la carrera hay tres damas: Margarita González, Lucía Meza y ahora Sandra Anaya; la primera lleva una amplia ventaja a las otras en términos de posicionamiento, amén de que representa un enorme riesgo para Cuauhtémoc Blanco, porque de volverse la próxima gobernadora sin duda iría legalmente tras el futbolista, su familia y varios de sus funcionarios.

A la secretaria de desarrollo económico le estaba costando trabajo seguirles el paso a las otras dos competidoras, pero estaba en la carrera; Sandra Anaya no tiene ninguna posibilidad de crecer en posicionamiento en las pocas semanas que hará precampaña; menos de la forma como lo hace.

Cecilia Rodríguez es mucho mejor candidata que Sandra Anaya, no solo porque llevaba más tiempo en la contienda, lo es por resultados en el gabinete, por imagen, lealtad, presencia, capacidad y rentabilidad.

La carrera ahora es solo entre Lucía y Margarita.

·         redes sociales

Si Cuauhtémoc Blanco pide licencia, lo sustituirá un diputado, dice el presidente de la mesa directiva. Imaginen quién sería.

Comentarios para una columna optimista: eolopacheco@elregional.com.mx

Twitter: @eolopacheco

Facebook: Eolopachecomx