Serpientes y escaleras - Los riesgos de la elección

En opinión de Eolo Pacheco

Serpientes y escaleras - Los riesgos de la elección

Una vez más Morena tratará de renovarse; la última vez que lo intentó terminaron a golpes.

 

Los riesgos de la elección

Este fin de semana se llevará a cabo el proceso de elección de consejeros de Morena en todo el país; la renovación del partido incluye el relevo en las dirigencias estatales y en casos como Morelos, incidirá en el proceso de elección del 2024. La presión en esta historia está del lado de la corriente predominante porque hacia allá apuntan las baterías de todos. Aunque la decisión sobre la candidatura gubernamental se tomará en el CEN del partido, los morenistas se juegan mucho en esta contienda.

Los antecedentes de Morena en este tipo de actividades no son buenos, la última vez que los militantes del Movimiento de Regeneración Nacional intentaron reorganizar sus comités directivos y sus consejos la violencia se hizo presente y en algunos lugares hubo agresiones con armas de fuego. En ningún estado del país la 4T pudo llevar a cabo sus elecciones internas, lo que derivó en que todo se quedara en pausa hasta ahora.

La belicosidad de Morena es comprensible porque se trata de una institución conformada por grupos radicales de todos los partidos; ahí conviven figuras históricas de la izquierda mexicana, seguidores férreos de Andrés Manuel López Obrador y muchos políticos que no comparten ni la ideología ni los principios de Morena, pero ven en el movimiento transformador la oportunidad de continuar vigentes en la vida pública.

El choque ideológico al interior del Movimiento de Regeneración Nacional es notorio entre quienes creen ciegamente en las palabras del presidente y los que están llegando con el único interés de seguir pegados al presupuesto. Las posturas se acentúan cuando se topan los morenistas puros, en su mayoría con poca preparación y experiencia, con los neomorenistas, políticos provenientes de otros partidos, muchos con mejor currículum, pero que nada tienen de austeros, ni de republicanos, ni comparten la máxima de primero los pobres.

Este choque de identidades morenistas no es exclusiva de Morelos, está latente en todo el país y se ha convertido en una constante que, además, ha dividido a la militancia del partido de Regeneración Nacional. En el proceso de renovación de este fin de semana veremos la lucha entre grupos, pero también la expresión de una base militante que podría, si lo decide, hacer sentir su peso. Son estos últimos, los morenistas de base, quienes sirven de carne de cañón a los grupos: los acarrean en camiones, los usan para llenar los mítines, ayudan en las tareas de promoción del voto y aplauden en los eventos; rara vez son considerados para una posición importante en los gobiernos. Son mayoría, pero también son relleno.

Mucho se ha hablado de cómo será este proceso y lo que puede suceder el fin de semana; es claro que el consejo se lo disputan dos grupos y también evidente que marca el inicio de una lucha de poder que tiene como premio mayor la candidatura gubernamental en el 2024. Desde fuera de Morena la oposición observa el proceso, porque de ello dependerá la rentabilidad de la 4T en las siguientes elecciones.  

En el marco de lo que está sucediendo en el movimiento de la 4T morelense habría que considerar algo: a diferencia de otros estados en donde Morena es una esperanza de gobierno que contrasta con la mala actuación de las administraciones de otros partidos, en Morelos se trata de una fuerza política que ya gobierna, que lleva años ejerciendo el poder y que se puede medir de la misma manera y con los mismos parámetros que a gobiernos anteriores. ¿Morena es mejor que el PAN, PRI o PRD?

En las elecciones del 2024 ya no se enfrentará la esperanza de un mejor gobierno contra los abusos de los demás; lo que tendremos es un contraste de administraciones y de resultados, es decir, los malos (y buenos) gobiernos emanados del PRI, del PAN, del PRD y de Morena. Es imposible que nos vuelvan a vender la idea de que la sola marca es garantía de resultados o que cualquier candidato de la 4T es mejor que los demás solo por militar en ese partido.

En este momento el Movimiento de Regeneración Nacional tiene ventaja respecto a sus rivales porque no hay oposición; a pesar de ello, aritméticamente los otros partidos no están muertos y pueden, si Morena se divide, dar una sorpresa en el 2024.

Recordemos lo que pasó en Cuernavaca en el 2021: el comité nacional de la 4T entregó la candidatura capitalina a un personaje sin arraigo, sin identidad y ligado al gobernador Cuauhtémoc Blanco; la candidatura de Jorge Argüelles inició con una ventaja de al menos 17 puntos respecto a su más cercano rival y a pesar de que al exdiputado lo respaldaba Morena, la simpatía obradorista no fue suficiente para avalar una administración muy mal calificada por la gente, como la de Antonio Villalobos y ni aceptó un candidato impuesto por el gobernador Cuauhtémoc Blanco. El resultado es obvio: no ganó el PAN, perdió Morena.

Este tipo de circunstancias deben ser consideradas por los morenistas en su proceso de renovación interna; lo que viene es un ejercicio democrático que compete a los militantes y simpatizantes, pero los efectos de lo que ahí suceda va más allá de las fronteras del partido e influirá en la sucesión y en los resultados del 2024.

Las dos corrientes que buscan controlar el consejo estatal tienen elementos a favor y en contra, cuentan con argumentos para defender su posición, pero también se necesitan mutuamente. Veámoslo así: si Ulises Bravo rompe con los Rabines, los siguientes años serán tortuosos no solo para el partido, lo serán sobre todo para el gobierno estatal porque hacia allá enfocará sus baterías este grupo y están las condiciones sociales para que cualquier ataque crezca. Lo mismo sucede al revés: Rabindranath Salazar necesita al gobernador de su lado porque ir a una elección en contra del futbolista supondría una doble batalla que lo dejaría dejar fuera de combate antes de que se instalen las urnas. La relación entre ambos grupos es como el matrimonio de Peña Nieto y la Gaviota: no se quieren, pero necesitan estar juntos al menos hasta que pase el proceso.

La historia de los morenistas en la carrera por la sucesión no concluye el fin de semana con la elección de consejeros, ese será el primer capítulo de una historia mucho más larga en donde todavía hay mucho que ver y pueden venir momentos delicados.

El principal reto para quienes están metidos en la renovación interna de Morena empieza por no romper la unidad interna del Movimiento de Regeneración Nacional; eso pasa por controlar los ímpetus políticos y las ambiciones personales de todos los que tienen aspiraciones para el 2024.

Si continúan elevando el tono de la discusión, todos van a perder.

  • posdata

El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ordenó modificar la convocatoria de Morena, de tal manera que podrán votar todas las personas que en ese momento soliciten su afiliacion; el partido Movimiento de Regeneración Nacional deberá entregar al TEPJF un acuse de recibido de cada solicitud.

Para quienes vayan a ratificar la militancia y con ello establecer la antigüedad en el partido serán válidas únicamente las credenciales del partido y las constancias de afiliación; ya no será válida la credencial de gobierno legítimo.

A algunos interesados en formar parte del consejo de Morena, aspirantes también a conducir los destinos del partido y participar en el proceso electoral del 2024, esta resolución les favorece.

¿Ya notaron de qué lado se está meciendo la cuna?

  • nota

Así abordó el almirante José Antonio Ortiz Guarneros el tema del coordinador general de seguridad pública de la Comisión Estatal de Seguridad de Morelos, Jorge Arturo Rodríguez Pucheta:

“Yo no tengo ningún documento oficial que diga que va ser aprendido, no lo tengo; acaba de salir lo del fiscal Winckler, que ya lo detuvieron, en la televisión mencionaron a otros dos funcionarios que fueron subordinados y que ya tienen orden de aprensión. Al Lic. Pucheta no lo nombraron, oficialmente lo reitero, no tengo nada que me diga que el Lic. Rodríguez Pucheta tiene una orden de aprensión… 

- ¿Pero estará separado temporalmente de sus funciones?

- Él anda de vacaciones, pidió vacaciones la semana pasada y con fecha lunes salió.

- ¿Usted cooperara con las autoridades?

- ¡Por supuesto! si me a mí me llega el documento que tiene orden de aprensión yo lo entrego.

- ¿Serán necesarios cambios?

- Por supuesto, si va a tener un problema de orden de aprensión no va a cumplir con sus funciones y habrá que buscar otro.”

  • post it

Al final del tercer año del gobierno de Sergio Estrada Cajigal, la Procuraduría General de la República “requirió” al entonces director de la Policía Ministerial de Morelos Agustín Montiel López; el jefe policiaco acudió tranquilamente a las instalaciones de la PGR acompañado de su segundo al mando, Raúl Cortés Galindo (a) El Mico; ambos personajes se presentaron de manera voluntaria a declarar y ahí mismo fueron detenidos, acusados de cometer delitos contra la salud en su modalidad de fomento para el comercio y transporte de cocaína.

Avanzado el tercer año de la administración de Marco Adame Castillo el gobierno federal detuvo al jefe de la policía de Morelos Luis Ángel Cabeza de Vaca, acusado de brindar protección a grupos de la delincuencia organizada, específicamente al cártel de los Beltrán Leyva. Como una concesión del presidente Felipe Calderón al gobernador de Morelos, la captura del jefe policiaco ocurrió minutos después de que presentara su renuncia al cargo, es decir, permitieron que el panista lo relevara para que la detención no se llevara a cabo cuando el personaje estaba en funciones.

Ambos hechos marcaron un antes y un después en el rumbo político de los gobiernos estatales panistas.

Ahora trasciende que la Fiscalía General de la República ha “requerido” al coordinador general de seguridad pública de la Comisión Estatal de Seguridad de Morelos, el abogado Jorge Arturo Rodríguez Pucheta; el funcionario estatal se encuentra de vacaciones desde el lunes pasado, justo el día que el gobierno mexicano detuvo al exfiscal de Veracruz Jorge Winckler en Puerto Escondido, acusado de los delitos de desaparición forzada y secuestro. Además de Winckler, la FGR va tras dos elementos más de su equipo.

Jorge Arturo Rodríguez Pucheta es el jefe de todos los titulares de seguridad de los municipios, se le considera el hombre de confianza del almirante José Antonio Ortiz Guarneros y a decir de algunos especialistas en seguridad, es un hombre sobre el cual no pesan acusaciones ni sospechas, por el contrario, se le reconoce por su buen desempeño y probidad.

El historial de este personaje es interesante: formó parte del equipo del exfiscal Jorge Winckler, fue titular de la unidad antisecuestros de Veracruz, donde se ganó el respeto de sus pares en el país y también coordinó la policía de investigación en el puerto.

Sobre el requerimiento que hacia su persona hace la FGR no hay claridad porque ninguna autoridad estatal ha sido informada de ello, todos son trascendidos en medios de comunicación, pero hasta ahora nada oficial. Queda claro es que este tema forma parte del duelo político entre el exfiscal y el actual gobernador Cuitláhuac García. La lucha de los mandatarios estatales contra los fiscales nombrados durante el periodo inmediato anterior no es exclusiva de Veracruz, lo mismo pasa en Puebla y sucede en Morelos, aunque solo en el caso del puerto el titular de la FGE ha sido destituido por el congreso.

No es claro el alcance del supuesto requerimiento al segundo de abordo de la CES Morelos, ni tampoco existen elementos para suponer que su eventual detención tenga que ver con lo hecho en Morelos. En tanto la historia se ubique en el terreno de la especulación, el gobierno de Cuauhtémoc Blanco debe ser cuidadoso con el manejo de esta historia porque fácilmente puede escalar, generar polémica y ubicarse en el mismo plano de lo ocurrido en los gobiernos panistas.

Por eso es importante conocer la historia. Porque muchas veces se repite.

  • redes sociales

Nuevamente el sacerdote Juan Alvarado vuelve a dar de que hablar. Otra vez se coloca en el ojo del huracán y de nueva cuenta genera un escándalo que involucra figuras públicas del estado.

¡Qué bonita iglesia!

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