Serpientes y escaleras - La última oportunidad
En opinión de Eolo Pacheco
No hay mañana: o nos resguardamos ahora o las consecuencias serán terribles.
La última oportunidad
El gobierno de México dio un giro al discurso que desde hace semanas mantenía respecto a la pandemia del Covid-19; se acabó el tono tranquilizador y sereno, el que decía que no pasaba nada y que todo estaba bajo control, el del presidente que se burlaba del coronavirus, el que presentaba amuletos protectores e insistía en salir y seguir abrazándose. El del sábado por la noche fue un mensaje diametralmente opuesto: la crisis es inminente, habrá muchos enfermos y muertos, debemos actuar de inmediato.
El subsecretario de salud Hugo López-Gatell confirmó lo que desde hace varias semanas advertían a México distintas organizaciones internacionales, empezando por la OMS: la pandemia no podrá controlarse, las fases 2 y 3 no se evitarán y lo único que nos queda es intentar administrar la crisis evitando la propagación del virus. México ya está en un punto de inflexión en donde el número de contagios crece exponencialmente, de la misma forma como ocurrió en países que hoy enfrentan un estado de caos con miles de enfermos y cientos de muertos.
“Se requiere reforzar el cumplimiento de las medidas de aislamiento, es responsabilidad de todos y es nuestra obligación cumplir estas medidas cabalmente, de forma enérgica y consistente; todas y todos debemos contribuir para que logremos reducir la intensidad de la epidemia. Tenemos que adoptar medidas masivas de inmovilización, de reducción de la actividad laboral, escolar y concentración de personas en espacios públicos de forma masiva. Lo necesario, lo imprescindible, lo impostergable, es reducir la velocidad de transmisión del virus. ¡Es impostergable! ¡Es nuestra última oportunidad de hacerlo y hacerlo ya!”
El rostro y mensaje del funcionario federal no dejó lugar a dudas: México ha entrado a una fase crítica donde todo va a empeorar y las cosas se pueden salir de control en cualquier momento. El discurso de López-Gatell expuso una situación sumamente compleja que fácilmente puede rebasar al sistema de salud mexicano; si eso sucede no habría manera de dar la batalla. “No tendríamos capacidad de atender a nuestros enfermos” dijo.
¡Quédate en casa! Fue el llamado reiterado del médico, “¡es la única manera de reducir la transmisión del virus!”.
El comportamiento epidémico del covid-19 en México se contrasta con la situación que han vivido otros países y que “no queremos vivir” porque llegado el punto “es incontenible”. La tendencia de enfermos reportados en España, Italia, Francia, Alemania y Estados Unidos se ha comparado insistentemente con la curva de oportunidad que vive México, destacando el punto en el tiempo que marca el momento actual, “Es el último momento de oportunidad, cuando la curva pasa de ser un momento de transmisión lenta a ser un momento de transmisión extremadamente acelerada”.
El 23 de marzo México se encontraba en ese punto, dice López-Gatell “hoy lo hemos rebasado”; estamos en un periodo de aumento acelerado, exponencial en el número diario de casos. Desde la segunda semana de marzo existe un crecimiento acelerado en el número de casos diarios; todavía no hemos rebasado los mil, tenemos la oportunidad de frenar la transmisión de este virus. “No es posible ni aquí ni en ninguna parte del mundo evitar la epidemia; no es posible. La vamos a tener en la Fase 2 y en la Fase 3 que se avecina, que es la más difícil y entraña el peligro grande de que se saturen los hospitales con casos graves, lo que puede implicar el riesgo que no sea posible atenderlos y tengamos muertes que de otra manera serían evitables”.
“La única manera de reducir la transmisión es quedándonos en nuestras casas de forma masiva por un periodo de un mes”; esto no significa que se va a evitar que sigan aumentando los casos, dice, seguirán aumentando, habrá casos graves y van a haber muertes. Lo que se puede lograr es que se retarde la velocidad de contagios “para que cuando lleguemos a la fase de máxima transmisión, que aún no ha llegado, pero inescapablemente llegará, los hospitales tengan suficientes camas para poder atender a los casos”. Que quede claro la importancia de quedarnos en casa todas y todos al mismo tiempo, repetía una y otra vez un desencajado funcionario.
El panorama que pinta Hugo López-Gatell no deja lugar a dudas sobre las acciones urgentes que debemos emprender todos a la vez, México tiene un último chance para tratar de contener el avance de la pandemia, es una oportunidad que no tuvieron otros países y que debemos aprovechar.
Hoy ya no está en la mesa la discusión sobre qué cuidar primero, si la economía o la salud; lo que está pasando en el resto del mundo no deja lugar a dudas: primero debemos atender la salud. Los países que apostaron por la economía antes que por la salud fracasaron, perdieron la oportunidad de frenar la pandemia y colapsaron en todos los sentidos. Intentar primero salvaguardar las finanzas fue un grave error de cálculo, porque al final la economía colapsó y la crisis de salud se volvió incontrolable.
La experiencia en otras partes del mundo, en países altamente desarrollados y con sistemas de salud mucho más sólidos que el nuestro es la prueba más consistente de los pasos que debemos dar. En México no nos podemos dar el lujo de perder más tiempo, de dejar ir la última oportunidad que tenemos para amortizar el golpe y evitar que el covid-19 provoque muertes evitables.
Ya perdimos mucho tiempo simulando que las cosas estaban bien cuando no era así, presumiendo escenarios ficticios y tratando de evadir la realidad con posturas demagógicas y ocurrencias. Si la contención social se hubiese aplicado con más firmeza desde hace algunas semanas, cuando la OMS y distintas instancias públicas y privadas lo sugerían, hoy el escenario podría ser distinto, menos trágico y más maniobrable. Pero no fue así.
Lo que queda ahora es actuar de inmediato y en conjunto, con la conciencia de que el golpe que nos viene a todos es enorme, que muchos no podrán aguantarlo y otros más no sobrevivirán. Podemos preocuparnos por nuestra economía y la estabilidad de los negocios, pero si la pandemia se nos va de control, no tendremos salud para tratar de recuperarnos del golpazo económico que el covid-19 trae aparejado.
La petición que hizo el subsecretario López-Gatell fue también una advertencia: es nuestra última oportunidad, “Si no actuamos ahora, si no entendemos la gravedad de la situación y nos aislamos de inmediato todos, el costo será muy alto”.
Lo que veremos en el futuro si somos omisos a esta recomendación es terrible y se puede entender de la siguiente manera:
“Entre el 70 y el 80 por ciento de los mexicanos será infectado y las muertes dependerán de las intervenciones que hagamos; la mayoría de las personas en México y en el mundo van a estar infectadas, de esos, 8 de cada 10 tendrán una enfermedad leve, 1 o 2 de cada 10 necesitarán ser hospitalizados y menos del 5% requerirán atención en medicina crítica”. Hablamos de millones de personas.
La oportunidad que tenemos los mexicanos no la tuvieron otros países que hoy están en caos, encerrados en sus casas, con sus economías colapsadas, con sus derechos civiles limitados y llorando la muerte de un ser querido; lo que ha dejado en otras partes del mundo el covid-19 debe ser un ejemplo para que actuemos con la seriedad debida, para que entendamos la gravedad de la situación y de una vez por todas nos resguardemos un mes en nuestros hogares.
Ya lo mencionó el subsecretario Héctor López-Gatell: es nuestra última oportunidad para actuar, debemos quedarnos en casa todos al mismo tiempo. La pandemia ya no se frenará, pero podemos hacer algo para que las cosas no se nos vayan de control y quienes resulten enfermos puedan ser atendidos.
Para los mexicanos no hay un mañana: es una decisión de vida o muerte.
- posdata
La pandemia del Covid-19 es una enfermedad que llama a la solidaridad y a actuar con honestidad. Los requerimientos para hacer frente a una situación de esta magnitud rebasan a los gobiernos, porque se necesita la participación de todos.
Es ahí donde entra la solidaridad: las personas debemos entender la importancia de nuestro comportamiento personal en el entorno general, que si nos cuidamos en lo individual estamos ayudando a los demás a mantenerse sanos, que una acción personal influye en lo colectivo y nos ayuda a todos. El acto más solidario que podemos realizar como personas es cuidarnos en lo personal para ayudar a todos los demás.
También se trata de un asunto de honestidad: quien se sienta mal o presente algún síntoma debe aislarse sin esperar a que una autoridad o alguien más se lo ordene. En México no tenemos la estructura médico-hospitalaria necesaria para atender a todos los pacientes, ni siquiera para realizar todas las pruebas que se están tomando en otras naciones, por ello es clave reaccionar frente al primer síntoma: si presento alguna señal relacionada con el coronavirus, lo que procede es replegarme a mi espacio personal por dos semanas, hasta que pase el periodo de contagio.
Ojalá todos lo entendieran, no es tan complejo; el problema es que muchas veces pesa más el egoísmo y la irresponsabilidad, no tenemos la humanidad suficiente para razonar que en este momento todos estamos unidos y el futuro nos lleva de la mano.
Todavía hay mucha gente en la calle, no solo la que por necesidad tiene que salir a ganarse la vida todos los días, me refiero a otros que desdeñan las recomendaciones, que suponen que no les va a pasar nada y continúan su vida con absoluta normalidad, poniéndose en riesgo ellos y poniéndonos en riesgo a todos los demás.
Por estos últimos es urgente que las autoridades tomen medidas más severas de manera inmediata. Desde la semana pasada el gobernador Cuauhtémoc Blanco y el alcalde Antonio Villalobos establecieron medidas concretas de contención: suspendieron actividades públicas, ordenaron cierre temporal de negocios y modificaron la operación de las instituciones públicas, mandando a casa a la mayoría de los trabajadores.
Pero hace falta más, es necesario dar un empujón extra en un momento clave para todos; ya lo dijo el subsecretario López-Gatell: “Es ahora o nunca”.
- nota
La recesión es el segundo golpe fuerte que está dando el covid-19 a todos; la recesión ya es oficial en el mundo entero, las economías están colapsando y en lo local el efecto de la cuarentena dejará muchos negocios quebrados y personas sin empleo.
Por esta razón hay gente que se rehúsa a dejar de salir, porque comprensiblemente intentan hasta el último momento salvar su patrimonio y el trabajo; pero esto cada vez será más difícil porque las personas se comienzan a aislar y la clientela baja. De una u otra manera el golpe financiero nos llegará a todos, por ello es fundamental no perder de vista que lo fundamental es mantener la salud, para poder volver a levantarnos.
En un momento crítico como este es fundamental que el gobierno comunique, que no deje vacíos informativos ni permita que las “benditas redes sociales” suplan su trabajo. Porque frente a la crisis surge el miedo y de ahí comienzan a surgir problemas sociales. Sobre el covid-19 se dicen muchas cosas, se comparten opiniones y se vierten historias que en la mayoría de los casos son falsas, unas sin mala fe, solo por desconocimiento, pero otras con dolo por parte de quienes les gusta ver el mundo arder.
Esa es la razón por la cual los gobiernos deben mantener una línea abierta y permanente de comunicación, detallando el momento, resolviendo dudas, informando, actualizando datos y por supuesto, estableciendo paso a paso las medidas que se deben tomar.
Hoy más que nunca es primordial estar bien informados.
- post it
Tiempos de solidaridad: si te es posible consume productos locales; tiempo de responsabilidad: si tienes que salir, hazlo con las medidas de higiene necesarias; tiempo de organización: si necesitas comprar víveres, ve solo; tiempo de camaradería: si alguien se siente mal o necesita algo, ayúdalo.
- redes sociales
Hay que tener la moral en alto para no perder de vista que podemos salir adelante. Juntos podemos detener al virus.
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