Serpientes y escaleras - La lección de la elección

En opinión de Eolo Pacheco

Serpientes y escaleras - La lección de la elección

El triunfo es solo una parte de lo que debemos observar en este proceso electoral

 

La lección de la elección

El triunfo de Margarita González Saravia es inobjetable y aunque era previsible, sorprendió por la contundencia de su victoria. La celebración es válida y justificada dado el esfuerzo de la candidata y de su equipo, los números no reflejan la adversidad del proceso, ni tampoco explican la manera como los morelenses sufragaron el domingo, pero confirman su decisión en favor de una mujer decente. Lo que viene es tanto o más difícil que la campaña.

La forma como sufragaron los morelenses es quizá el dato más llamativo de esta contienda, porque aunque los ciudadanos expresaron de manera contundente su apoyo a la abanderada de Morena, diferenciaron su voto en otros espacios y no apoyaron a la 4T en los municipios más importantes del estado, empezando por aquellos que se consideraban bastiones de izquierda.

La ola electoral en el país fue impresionante al grado que la candidata presidencial Claudia Sheinbaum Pardo superó los votos que en el 2018 consiguió Andrés Manuel López Obrador y arrebató al PAN un estado como Yucatán, donde su gobernador está calificado como el mejor de México.

Pero el oleaje de este 2024 no fue como el de otras ocasiones, donde la marca jala a todos sin importar perfil o historia. En Morelos hubo una votación copiosa y eso también amerita una reflexión particular, porque a diferencia de otros procesos en donde el ciudadano que no vota sale a votar y lo hace en contra de la propuesta oficial, ahora sucedió lo contrario: salieron a apoyar a la 4T.

Hay que esperar a que concluya el conteo oficial y se vayan tranquilizando las cosas para poder analizar y entender lo ocurrido el pasado dos de junio. Mediáticamente la respuesta es simple: Morena ganó la gubernatura, se llevó los distritos federales, tendrá mayoría en el congreso local y perdió los municipios más importantes.

Pero aunque esto suene simple, en realidad representa un mensaje muy interesante que los estrategas electorales deberán analizar a detalle, porque muestra un comportamiento atípico del ciudadano. Excusas seguramente habrá muchas de parte de quienes se sentían seguros del triunfo, de los que presumían encuestas o estructuras muy sólidas. Al final el resultado es lo que vale y lo que amerita un análisis puntual, porque expone a una sociedad que no se deja manipular y aprendió a engañar a los políticos.

La revisión de lo ocurrido pasa sin duda por la selección de candidatos y la imposición de figuras a cambio del apoyo; la negociación del acuerdo electoral de Morena con los otros partidos y la definición de candidaturas fue un grave error del equipo de la 4T, motivo por el cual los municipios más importantes de la entidad se perdieron.

Individualmente la gobernadora electa debe estar contenta con el resultado, satisfecha con el esfuerzo de su equipo, pero también convencida que a partir de ahora debe comenzar a construir puentes de diálogo porque, como reiteradamente lo dijo en campaña, el suyo será un gobierno para todos.

No tengo duda que como jefa del ejecutivo Margarita González trabajará bien con todos los presidentes municipales y los diputados locales sin importar las siglas que representen, su personalidad es conciliadora y su objetivo como gobernadora siempre ha sido honesto, lo cual le concede una enorme calidad moral.

Pero gobernar un estado tan complejo como el nuestro implica mucho más que eso, porque aunque la voluntad y los deseos de la gobernadora electa sean honorables, el manejo de un gobierno implica la participación de muchas personas y sobre todo, el respeto a las directrices que mande la cabeza.

El triunfo de González Saravia es contundente y eso le dará un respiro a la jefa del ejecutivo antes de que comience la presión ciudadana; esos mismos números anulan la posibilidad de un conflicto post electoral y desinflan a la candidata opositora, que se vendió muy bien en campaña, pero quedó muy por debajo en votos.

El esfuerzo a realizarse en los próximos meses y en los siguientes años será enorme y debe ser colectivo, la gobernadora requerirá a su lado a un gabinete que siga su línea, que comparta sus ideales y que no repita las malas prácticas que hemos visto en las últimas administraciones.

Construir este equipo no será cosa sencilla y definitivamente no puede salir solo de su casa de campaña; la contienda electoral fue una historia que se desarrolló en un ambiente que obligaba a la candidata a abrirle la puerta a todos, lo que viene debe ser distinto.

Gobernar es una historia diferente a la campaña, sobre todo si se trata de hacer un gobierno honesto y realmente en favor de la gente. La gente voto por Margarita y no muchos candidatos de Morena porque vio en ella y no en la marca, la posibilidad de dignificar la política estatal; a diferencia de otros personajes con más habilidad o experiencia, ella es una mujer honesta en toda la extensión de la palabra.

Las primeras decisiones que tome como gobernadora electa pueden marcar el futuro de su administración, me refiero a la selección de las personas que la representarán en el proceso de entrega recepción y los que desde ahora deberán establecer diálogo y construir acuerdos con todos los ganadores del proceso electoral.

La historia y fama de quienes ocupen estas posiciones será su carta credencial y mostrarán lo que será la siguiente administración; en campaña se entiende que se mezclara de todo, que se dejara entrar a figuras corruptas y deshonestas, que se privilegiara el triunfo por encima de la moral y se permitiera que algunos pillos utilizaran el nombre de la candidata para negociar. Eso ya no es posible ahora, porque el nombre de la gobernadora no se puede utilizar a la ligera.

Son muchas las lecciones que nos deja este proceso electoral, empezando por el voto dividido de una sociedad que se volcó en favor de Margarita, pero no otorgó su voto en cascada. El triunfo en la gubernatura es muy importante, la victoria es contundente y los números inobjetables, pero la división política que queda en el estado luego del 02 de junio obliga a todos a poner lo mejor de su parte para que al estado le vaya mejor.

Margarita González Saravia será la primera mujer gobernadora de Morelos y puede ser el punto de inicio para que la primavera regrese a nuestro estado.

·         posdata

Los triunfos electorales no son individuales, dependen de muchos factores que sin duda alguna comienzan con la candidata (o), incluyen situaciones sociales y políticas que rodean la elección y por supuesto los equipos.

La victoria de Margarita González Saravia es resultado de todo: la fuerza de la marca, la personalidad de la candidata y el esfuerzo del equipo; en este último punto hay tres figuras que destacan por la aportación que hicieron al proyecto: Javier García, Margarita Estrada y Luis Machuca, los tres cercanos y de toda la confianza de la hoy virtual gobernadora.

Por supuesto que en estos meses hubo problemas, sobresaltos y momentos de tensión, pero la conducción de estos personajes lograron que el esfuerzo se unificara en un solo sentido y los inconvenientes no pasara a mayores. El equipo que llegó de fuera, los tabasqueños, llegaron a apoyar, pero su labor no fue tan destacada como la tarea que se hizo localmente.

La etapa que viene para el equipo ganador es distinta, pero igual de compleja; los estrategas de la gobernadora tienen que avanzar con prudencia, maniobrando las ambiciones internas que ya sobresalen y atajando a quienes ya comienzan a pelear por un espacio. La definición del gabinete depende de Margarita González Saravia y ella tomará la decisión.

Honor a quien honor merece: contra todos los pronósticos externos Margarita y su equipo lograron una victoria muy por encima de lo que muchos habríamos imaginado. Esperemos que hagan buen uso de la confianza que les otorgaron los ciudadanos.

·         nota

Poco después de las diez de la noche del domingo la candidata presidencial Xóchitl Gálvez reconoció el triunfo de Claudia Sheinbaum en la carrera presidencial; lo mismo hizo Santiago Taboada en la Ciudad de México. Los números no les favorecieron y la tendencia no dejaba lugar a dudas. Aunque unos minutos antes ambos cantaron su victoria, tuvieron la madurez democrática para aceptar la realidad.

En Morelos la historia es distinta: durante la jornada electoral la candidata opositora se notaba tensa, molesta, fuera de lugar, como si anticipara lo que venía; poco antes de que cerraran las casillas su equipo convocó a una rueda de prensa, primero a las seis de la tarde y luego a las ocho de la noche.

La tensión en el bunker opositor era notoria y aunque cerca de las nueve de la noche finalmente aparecieron frente a los medios de comunicación, los rostros de los dirigentes partidistas y de la propia candidata reflejaban que las cosas no iban bien para ellos. A esa hora la candidata de Morena ya había cantado su victoria.

Ganamos, dijo Lucía Meza si dar números o detalles de la votación; “esperaremos a los datos oficiales” dijo al tiempo de afirmar con poca seguridad en la voz, que según sus cuentas, había vencido a Morena por entre cuatro y cinco puntos. Unos minutos más tarde llamó a sus simpatizantes a concentrarse en la plaza de armas para celebrar.

El tiempo y los números no fueron favorables para la representante del FAM, quien finalmente perdió por más de lo que “el más optimista de Morena” habría pensado, me dijo un dirigente opositor. A pesar de ello y de lo irreversible de los números, el lunes por la tarde la senadora lanzó un comunicado sin firma, donde decía respetar la decisión del pueblo, pero no reconocía el triunfo de su adversaria.

Indudablemente Lucía Meza hizo un buen trabajo como candidata, podría decirse incluso que en términos de percepción ganó la campaña, pero luego de la contienda ha demostrado que aún es incapaz de asimilar la derrota y no tiene la convicción democrática que presumió en los últimos meses.

En política no hay triunfos ni derrotas absolutas, el tiempo colocará a cada personaje en su lugar. La ganadora y la perdedora de la elección gubernamental deben tener la disposición para dialogar en pro del estado, como tanto lo repitieron en la campaña.

·         post it

Reitero: no hay victorias ni derrotas absolutas: Morena gana contundentemente el estado, pero pierde los municipios más importantes.

La siguiente administración deberá hacer un esfuerzo permanente para que las crisis de este sexenio no se repitan.

·         redes sociales

Acabó la elección y algunos tuiteros solitarios andan que no los calienta ni el sol.

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