Repaso - sección 19 SNTE: ¿hay partidos que quieren influir?

 No hay que soslayar uno de los aspectos que abordaron, en una rueda de prensa, algunos de los aspirantes a dirigir la Sección 19 del SNTE. Me refiero a su pronunciamiento sobre el rechazo a la injerencia de actos externos al proceso en el que sólo deben participar, dijeron, los trabajadores de la educación en Morelos afiliados a ese sindicato.

Quizá con toda intención expusieron sus argumentos con mesura. Hablaron en lo general, sin mencionar nombre alguno. Lo hicieron también con cierta ambigüedad, como aquello de la no intervención de las dirigencias nacionales y seccionales, asunto en el que valdría la pena profundizar, dado el derecho que todos (todos, repito) los agremiados tienen el derecho de participar en la renovación que viene. Se entiende lo que quisieron decir, entre otros, Marco Aurelio Mares, Felipe Domínguez y Fernando Delgado: requieren, exigen, lo que se llama coloquialmente piso parejo y que implica la aspiración de participar en un proceso justo, igualitario y verdaderamente democrático.

Otros aspirantes no se han pronunciado al respecto, lo que de ningún modo puede interpretarse que piensen lo contrario. Simplemente no lo han hecho y ya.

Como quiera que sea, todos los aspirantes deben andar en la búsqueda de consensos, si no con aquellos que podrían ser sus rivales, sindicalmente hablando, sí con otros actores dentro del magisterio al que pertenecen. También es válido, como históricamente la han hecho los supervisores de primaria, por ejemplo. Incluso, sí aún existen, también podrían hacerlo las expresiones, corrientes o grupos al interior del Comité Directivo Seccional. Pero ellos, como lo mencioné arriba, de igual modo deben someterse a la transparencia y rectitud con la que la inmensa mayoría de la base agremiada espera participar. 

Tienen derecho a participar, pues, aquellos que consideren necesario proseguir con las políticas y estrategias impulsadas por el actual Comité Ejecutivo Nacional que encabeza Alfonso Cepeda Salas. o aquéllos que, nostálgicos, creen todavía que es necesario el repunte de los que simpatizan con la sempiterna Elba Esther Gordillo Morales. Lo deseable, lo imprescindible, enfatizo, es que sea la base magisterial decida libre y conscientemente, con su voto, la planilla que resulte triunfante. Sin mano negra, sin dados cargados, piso plano, pues.

Por eso me parece acertado, si sucede, que uno de los aspirantes, Alejandro Trujillo, no pida ni reciba el apoyo de Morena o de una fracción de ese partido, quien en todo caso intentará seguramente dar su apoyo logístico a algún otro, cosa que deberá de reprobarse. Porque si también se cuestionó la intención que tuvo o tiene el senador priísta Ángel García Yáñez de influir en el apuntalamiento de uno de los aspirantes, no tendría que pasarse por alto los proyectos injerencistas de cualquier otro protagonista o partido políticos.

Por cierto y ya que lo mencioné, hasta donde estoy enterado Alejandro Trujilla tiene toda la intención de participar con sus propias fuerzas simpatizantes. Se ha deslindado de prácticamente los demás aspirantes. Sabe que nada le puede tocar si su presunta planilla ocupa del tercer lugar para atrás en los resultados que se registren. Sabe que se acabó la distribución de cuotas de poder, de carteras al interior del Comité Seccional, como se practicaba antes cuando se construía lo que se dio en llamar planilla de unidad. Quienes ahora vayan solos, se jugarán el todo por el todo en sus aspiraciones de ser dirigentes sindicales.

¿Así actuarán los demás, sobre todo aquellos a los que objetivamente se les ve con escasas probabilidades? De no hacerlo, habremos de enterarnos antes de la jornada comicial, en caso de que los veamos sumarse a cualquier otra planilla.

Piensen, sin decirlo, en los que tienen escasísimas posibilidades de ganar y luego vean hacia donde se mueven. Pero lo dicho: pese a tener todo el derecho por contender, en realidad sólo enmarañan una jornada, la primera, que debería tener todas las garantías para convertirse en una fiesta cívica del magisterio morelense agremiado al SNTE.

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