Morelos: entre las estadísticas y la realidad en el Día Internacional de la No Violencia de Género

En opinión de Tania Jasso Blancas

Morelos: entre las estadísticas y la realidad en el Día Internacional de la No Violencia de Género

En el escenario de Morelos, donde la tierra guarda secretos de historia y cultura, parece que la violencia de género encontró su propio rincón acogedor desde hace ya demasiado tiempo. En un estado que ostenta la dudosa distinción de mantenerse bajo la alerta de violencia de género desde 2015, uno podría preguntarse si la violencia de género ha desarrollado aquí su propia versión de "turismo de larga estancia".

La reciente revelación de Nadine Gasman Zylbermann, presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres, nos arroja a una realidad incómoda: Morelos ya no solo es famoso por sus jardines y murales históricos, ahora también es famoso por ocupar uno de los primeros lugares en feminicidios, con una tasa. que clama por atención, marcado en 1.57 por cada 100 mil mujeres. Una estadística que, lejos de ser una cuestión de orgullo, debería suscitar una profunda reflexión y acción inmediata.

Por otro lado, la Mesa Redonda sobre el Feminicidio en Morelos, organizada por la Comisión Legislativa Especial para el Seguimiento de Casos de Feminicidio de la LV Legislatura local, arrojó una cifra aún más sombría: 299 feminicidios registrados entre 2015 y 2022. Uno no puede evitar preguntarse si las murallas históricas del estado guardan no solo la historia, sino también los suspiros y lamentos de cientos de mujeres que han perdido la vida en manos de la violencia de género. Estamos ante un escenario donde las cifras no solo hablan, sino que gritan la urgencia de una respuesta integral y efectiva.

Quizás Morelos debería cambiar su lema turístico a "Morelos: donde la desigualdad social y los feminicidios son más comunes que los acorazados". Claro, no se trata de minimizar la gravedad de la situación, pero el contraste entre la riqueza cultural del estado y la realidad que enfrentan las mujeres es tan marcada que roza la tragicomedia.

Es evidente que las bases de programas y políticas actuales han demostrado ser insuficientes. Se requiere una mirada holística que aborde las causas estructurales y la interseccionalidad de la violencia de género. No bastan las medidas paliativas; se necesitan acciones de raíz para erradicar la violencia. La salud, la educación y la seguridad deben ser ejes rectores en la construcción de una vida libre de violencia.

En este Día Internacional de la No Violencia de Género, mientras se reflexiona sobre las cifras y estadísticas que pintan una realidad desafiante, es hora de que Morelos se levante contra la tragedia que amenaza con oscurecer su rica historia. Que las murallas de Morelos no solo guardan secretos, sino que también actúan como guardianes contra la violencia de género, impulsando un cambio real y duradero.