Recibe investigador de CIB premio al Mérito Forestal

Recibe investigador de CIB  premio al Mérito Forestal
Armando Burgos Solorio, responsable del Laboratorio de Parasitología Vegetal del CIB de la UAEM, recibió del Congreso del estado de Morelos el Premio al Mérito Forestal por sus aportaciones en materia de protección y restauración de los bosques en Morelos.
Recibe investigador de CIB  premio al Mérito Forestal
Recibe investigador de CIB  premio al Mérito Forestal
Recibe investigador de CIB  premio al Mérito Forestal
Recibe investigador de CIB  premio al Mérito Forestal

Armando Burgos Solorio, responsable del Laboratorio de Parasitología Vegetal del Centro de Investigaciones Biológicas (CIB) de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), recibió del Congreso del estado de Morelos el Premio al Mérito Forestal por sus aportaciones en materia de protección y restauración de los bosques en Morelos.

 

El pasado 21, el pleno del Congreso Local sesionó para entregar los premios al Mérito Forestal en sus diferentes categorías. Armando Burgos Solorio, investigador del CIB, fue premiado por la Comisión de Desarrollo Agropecuario en la categoría de Protección y Restauración, por sus aportes y acciones en la prevención de incendios, obras de retención de suelos y control de plagas para recuperar zonas afectadas en los bosques de la entidad.

 

Dijo que sus 44 años de experiencia en el ámbito forestal, le han permitido observar el continuo y paulatino deterioro ambiental en el que vivimos y envió un mensaje de auxilio sobre la supervivencia, para atender el estatus fitosanitario que impera en los bosques de Morelos, virtud a que esos ecosistemas están en crisis y urge atender esos recursos de los cuales dependemos, en particular el agua, ya que el bosque es sinónimo de agua.

 

Sus estimaciones indican que del total de las 33,901 hectáreas de bosque y selvas, solo 19,901.1 hectáreas, que representan el 58.7 por ciento del total de la superficie de la entidad, están en riesgo, ya que la tasa de deforestación en la entidad, provocada por factores naturales y humanos, es preocupante, ya que este fenómeno alcanzó las 167,811 hectáreas en 2021, lo que equivale a una tasa anual de deforestación del 25.9 por ciento, y las cifras siguen aumentando.

 

Para ilustrar el territorio que se pierde, dijo que esta superficie correspondería al municipio de Tlayacapan, cuya superficie quedaría totalmente deforestada y sin cubierta vegetal alguna, lo que repercute directamente en los recursos hídricos para el estado.

 

Desde su laboratorio, Burgos Solorio propone proporcionar más recursos económicos dirigidos al mantenimiento y a la educación sobre el cuidado del bosque y del agua, así como incidir en el compromiso social en la conservación de este recurso, establecer un Centro de Comando y Control gubernamental en materia forestal y de recursos hídricos para la atención pronta y expedita en caso de emergencia ambiental, y tipificar la parte norte del estado de Morelos como una zona de contingencia ambiental, donde todo recurso o acción, llámese administrativa, social o natural, sea atendido de manera inmediata.

 

En su opinión, la problemática de la salud forestal en Morelos, especialmente en la parte norte del estado, donde hay una grave situación con insectos que están dañando los bosques, es importante atenderla y buscar soluciones, ya que se trata del bosque de agua que provee agua a la capital del estado.

 

México ha implementado diversas estrategias para proteger y restaurar sus bosques, fundamentales para la biodiversidad y la mitigación del cambio climático. Programas gubernamentales, como la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR), promueven prácticas sustentables, como la reforestación y el manejo forestal comunitario, que involucran a poblaciones locales en la conservación. Además, se han establecido áreas naturales protegidas, como la Reserva de la Biosfera Mariposa Monarca, para salvaguardar ecosistemas críticos. Sin embargo, la deforestación persiste debido a la expansión agrícola, la tala ilegal y el desarrollo urbano, lo que exige reforzar mecanismos de vigilancia y alternativas económicas para comunidades dependientes de estos recursos.

 

La restauración de bosques en México enfrenta desafíos como la degradación del suelo y la escasez de financiamiento. Iniciativas como el Proyecto Bosques Sustentables integran técnicas de restauración ecológica, incluyendo la regeneración natural asistida y la siembra de especies nativas. Al mismo tiempo, proyectos internacionales, como REDD+ (Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación Forestal), buscan compensar económicamente a comunidades que preservan sus bosques. A pesar de estos avances, la falta de coordinación entre sectores y la presión por tierras cultivables limitan el impacto de estas acciones, especialmente en regiones con alta marginación social.

 

Un enfoque prometedor es el fortalecimiento de la gobernanza local mediante ejidos y cooperativas forestales, que han demostrado ser modelos exitosos en estados como Oaxaca y Chihuahua. Estas organizaciones combinan conocimientos tradicionales con herramientas técnicas para gestionar bosques de manera sostenible, generando empleo y reduciendo la pobreza. Paralelamente, la educación ambiental y la participación ciudadana son clave para fomentar una cultura de conservación. Aunque el camino es complejo, la protección y restauración de los bosques en México dependen de un equilibrio entre políticas públicas robustas, inversión privada responsable y el reconocimiento del papel central de las comunidades en la custodia de sus territorios.